El martes, 8 de junio, el titular de la Secretaría de Salud, Mauricio Sauri Vivas, a través de un mensaje en redes sociales, anunció el regreso de las medidas restrictivas en el estado, ante el aumento de casos de covid-19 en el estado, con cifras oficiales, desglosó que durante las últimas tres semanas, Yucatán ha pasado de 117 a 154 casos diario detectados, un incremento del 32%; en ingresos hospitalarios pasamos de 23 a 33, crecimiento de 43%; y una ocupación hospitalaria del 59%, y por lo cual, el estado regresaba de Semáforo amarillo a Semáforo naranja.
La noticia del incremento en contagios no sorprendió a la población yucateca, y lo que de verdad sorprendió, fue la declaración de las autoridades al señalar como responsables de este rebrote, a los jóvenes de 16 a 39 años, pues denunciaban que eran ellos los que habían relajado las medidas, acusaciones erradas tomando en cuenta los recientes elecciones, que lanzaron a miles de ciudadanos a las calles para apoyar a sus partidos, por lo que la declaración de las autoridades acusando a los jóvenes sonaba a incongruencia.
Sin embargo, aunque este suceso fue señalado por los yucatecos en tiempo y forma, y aunque los jóvenes no han sido los culpables en esta ocasión, si es una clara referencia de aquello que la Federación de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) ha venido denunciando con el posible regreso a clases presenciales.
A través de ruedas de prensa, cadenas humanas, mítines y actividades en redes, esta organización estudiantil, con presencia en toda la república, ha denunciado desde el 23 y 24 mayo que el regreso a clases presenciales programado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para el periodo de agosto, es peligroso para miles de hogares, ante el poco avance de la aplicación de la vacuna en nuestro país, con apenas un 19.06% de la población vacunada.
La FNERRR denunciaba que a pesar de las medidas sanitarias tomadas en los planteles, los espacios públicos, como el transporte público, pueden ser fuertes fuentes de contagios, para todos los jóvenes que deberán movilizarse día a día, para acudir a sus clases, por lo que el temor de contraer el virus en el camino, es el temor de contagiar a sus familias, y que la pandemia continúe incrementando contagios y más muertos.
Por lo que la demanda generalizada es el regreso a clases con el 70% de la población vacunada para tener un regreso a clases seguro.
El Gobierno de Yucatán informaba que durante este período hubo un incremento del 70.2% de los contagios en jóvenes, por lo que también esto incrementaba el temor del contagio en los hogares, aunado a que el virus ha evolucionado, y se ha anunciado una nueva cepa más agresiva contra los jóvenes, y a pesar de ello, el estado, es uno de los que se aferra a comenzar las clases presenciales como se ha anunciado, en el mes de agosto.
El gobernador, Mauricio Vila Dosal, salió a desmentir que se acusará a los jóvenes del incremento, ante la reacción de la sociedad yucateca, y aunque en esta ocasión, el señalamiento del gobierno de Yucatán no es correcto, si es un claro ejemplo de que las clases presenciales son un riesgo de contagio para los jóvenes y las familias, y una culpa que el gobierno no se echará a cuestas.
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