Escalando rápidamente, vemos día tras día, el repudio que han levantado los nuevos libros de texto promovidos por el presidente del país, por el daño, se dice, que ocasionarán a la niñez. No son pocos los amparos promovidos por los descontentos,debido a las anomalías en sus contenidos.
En los análisis sobre el tema que se han publicitado en los medios de difusión y en las redes sociales, los menos, a favor de los mencionados textos; los abrumadoramente más, en contra.
El blanco de todas las críticas por los errores de descuido e ignorancia de sus creadores y el mensaje propagandístico que traen, a todas luces, a favor de los líderes de la Cuarta Transformación, y en primer lugar de Andrés Manuel López Obrador, por ser el jefe de la 4T. Me importa decir que los libros de texto son la última parte de un hilo tensado que ha ido acumulando error tras error en la actual administración y que, amenaza con romperse.
La visión errónea de los gobernantes, como de cualquier persona, los hace caer en equivocaciones cada vez mayores con resultados muy fuera de sus deseos, aunque estos fueran ¿“buenos”? Esta es la gran tragedia de López Obrador. Este es uno de los últimos episodios del drama y comedia al mismo tiempo, que está perjudicando a los habitantes de nuestro país, nuestro país se está hundiendo con todo y lo que quedaba de progreso real.
En materia de educación estamos viviendo lo que el Movimiento Antorchista Nacional ya preveía y prevenía que iba a pasar, si el gobierno de Morena se metía a reformar los lineamientos generales de la educación en México, para imponer ideas y acciones en la enseñanza de los educandos.
Como ya anticipaba nuestro secretario general, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, que iba a ocurrir, porque saltándose a la torera, advertido como estaba de que podría enfrentar obstáculos tal vez insalvables para su gobierno, se decide a poner en práctica un programa de reforma de estudios en la educación (que el Estado tiene la obligación de impartir) que, choca de manera frontal con el estado que guarda la economía de México y la situación política en la República.
En efecto, ignorar u omitir que, vivimos en un país capitalista, es decir, en un país de economía de mercado como se dice hoy, en donde la educación sobre todo de los estudiantes tiene la función de preparar cuadros para su integración a la producción de mercancías para su venta, y con ello dejando así a los dueños del dinero, la ganancia que esto genera.
Este es el juego que todos jugamos al vivir y producir en un régimen económico dominado y controlado rigurosamente y sin falta, por los grandes capitales del planeta incluidos los grandes adinerados del país. Ellos no saben ni quieren saber nada de jueguitos a la “economía moral” como es la que dice Obrador que sostiene y lleva a cabo su gobierno en México.
La “economía moral” es un invento o mejor dicho, una de las tantas ocurrencias del presidente. Y para tratar de hacer ¿“realidad”?, más bien esta ilusión que, suena bonito pero que, no es más que una barbaridad, ya que los capitalistas no están ni tantito en la disposición de compartir con sus trabajadores y empleados sus jugosas ganancias.
Pues bien, el presidente ha decidido que en las aulas se enseñe a los escolares con los nuevos libros de texto, en vez de Matemáticas y ciencias exactas, que es lo que los hace aptos para que al egresar de las aulas se integren preparados y eficientes a la industria y a la investigación, para innovar con los mejores métodos que incrementen la producción. En vez de ello, se vuelvan partidarios de la 4T y voten por ella.
En materia de educación estamos viviendo lo que el Movimiento Antorchista Nacional ya preveía y prevenía que iba a pasar, si el gobierno de Morena se metía a reformar los lineamientos generales de la educación en México, para imponer ideas y acciones en la enseñanza de los educandos.
En tales circunstancias, ¿qué de extraño tiene que por ahí, allá y acullá ocurra el fenómeno, ese sí novedoso, que se vaya uniendo por un lado, la sociedad más preocupada contra el adefesio educativo que le quieren imponer a sus hijos, y en el otro extremo, una fuerza política, enemiga declarada desde hace siglos de las causas populares, opuesta a todo lo que signifique libertad de pensamiento, progreso de las masas y acción revolucionaria popular, y contra la cual el pueblo de México se ha enfrentado una y otra vez y la ha derrotado, a decir: los gobiernos de Benito Juárez, los de la Revolución Mexicana y el del General Lázaro Cárdenas?
Esta fuerza, enemiga del progreso, se ha manifestado también en contra de los libros de texto por considerarlos, según ellos, “comunistas”. Pero lo más grave es que, se alcanza a ver, una muy peligrosa provocación al gobierno de Morena y particularmente a López Obrador en persona, al proponer la quema de los susodichos textos.
En resumen. López Obrador despierta (provoca) a quién no duerme, como cancerbero que nunca dormía, a esa fuerza política con poderosos recursos económicos que sueña despierta con recuperar el poder político del país y que, de lograrlo, el pueblo mexicano será más explotado, su pobreza aumentará, será más reprimido y sus libertades cercenadas. No nos dejemos confundir por el griterío de las fuerzas reaccionarias que han encontrado material inflamable suficiente en los “libros de texto”.
En Antorcha no estamos de acuerdo con los nuevos libros, no porque, mencionan a Carlos Marx, que como hombre de ciencia que fue, los estudiantes deben conocer y estudiar, que es lo que tiene espantada a la derecha; sino, por el abandono de contenido científico y cultural, pues en estos tiempos en donde tenemos graves, gravísimos problemas sociales y económicos, no podemos darnos el lujo de perder el tesoro que significa el legado de nuestra historia en arte, ciencia y cultura. Nos oponemos a querer hacer de los libros un instrumento ideológico para que las nuevas generaciones sigan votando por Morena, que ya ha provocado un desastre en nuestro país.
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