La situación económica por la que atraviesa el país, va de mal en peor, aunque algunos se empeñen en decir lo contrario, la realidad es terca y se empeña en desenmascarar a los que dicen y defienden lo indefendible. Veamos.
El medio digital esnoticiahoy menciona lo siguiente: La tasa de desempleo en México no tuvo cambios de septiembre a octubre pasado por lo que se ubica en 3.9%, de acuerdo con el último reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El porcentaje de la OCDE sobre la tasa de desempleo en México es la misma que presentó hace una semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), lo que significa que 2.3 millones de mexicanos elegibles para laborar no están trabajando actualmente.
A esto hay que sumarle el empleo informal, que, según datos de El Economista, en septiembre del 2021 la Tasa de Informalidad Laboral incremento un 1.3 puntos porcentuales respecto del mismo mes del año previo; esta situación muestra que el sector del trabajo informal también ha ganado terreno durante este periodo de recuperación postpandemia.
A escala nacional 56 de cada 100 trabajadores son informales, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi. Esta situación refleja que más de la mitad de los trabajadores enfrentan alta vulnerabilidad laboral: sin contratos, sin prestaciones, sin acceso a la salud, sin seguridad social o incluso con intermitencia en las remuneraciones. En términos absolutos, son 30 millones 963 mil 006 trabajadores en este contexto de informalidad laboral.
Cifras lamentables para millones de mexicanos, que, dicho sea de paso, la informalidad laboral, se suma a las filas del desempleo, pues ¿qué pasa con los vendedores ambulantes cuando las condiciones del clima no son propicias para la venta? ¿Qué pasa con el vendedor que enferma y no puede salir a trabajar? Así es, tiene que quedarse en casa, sin trabajar y sin ganar el sustento para llevarle algo de comer a su familia.
Y, aunado a esto, ahora hay que agregarle una raya más al tigre, como se dice coloquialmente, pues ahora cae sobre los hombros de la clase trabajadora otra desgracia más; el aumento de la canasta básica.
Datos del medio digital La Jornada, menciona que la primera quincena de noviembre el precio promedio de la canasta básica de disparó 10 por ciento frente al mismo periodo de 2020, con lo que registró su mayor incremento en cinco años, así lo reveló el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
“Durante el inicio de este mes el bolsillo de las familias mexicanas fue golpeado con más fuerza por la inflación, pues según el monitoreo que realiza cada 15 días el organismo privado, el encarecimiento anual de octubre fue de 8.3 por ciento. En el segmento de abarrotes, según el monitoreo del GCMA la inflación ha sido de 5.4 por ciento anual, pero el precio de la lata de atún se disparó 44 por ciento al pasar de 23.7 a 34.3 pesos; en tanto, la tortilla de establecimiento subió 20.4 por ciento al subir de 15.7 a 18.9 pesos el kilogramo. Otros productos con importantes incrementos anuales fueron la tortilla de supermercado (19.7 por ciento), chiles en lata (13.2), harina de trigo (12.7), harina de maíz (12), aceites y grasas (10.2), pan de caja (9.4) y refrescos (6.3 por ciento), entre otros”.
Los datos mencionados anteriormente reflejan la cruda realidad por la que esta atravesando nuestro país, y es solo una muestra de los males de México, aunque como dije al principio, muchos se empeñen en negar la realidad.
Urge pues que todos los mexicanos se organicen y luchen por cambiar las condiciones de vida no solo de ellos, sino la de su familia, hoy el desempleo y la falta de alimentos está golpeando a la puerta, luego será la falta de salud, de educación y de vivienda. Aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo del país, juntos y organizados, luchemos por una mejor vida.
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