En estas últimas semanas, el tema de la revocación de mandato del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ha estado en boga, y a mi parecer no es para poco, ya que analizando más a fondo y viendo el fenómeno desde diferentes ángulos, podemos sacar varias conclusiones. Pero bueno, poniéndolo en contexto, mi querido lector, la revocación de mandato es un derecho constitucional, solicitado por la ciudadanía, en el cual se decide la conclusión anticipada del cargo al presidente de la república o mantiene sus funciones para concluir su periodo de gobierno. Iniciando por el principio, el que solicitó que se hiciera este ejercicio, propiamente fue el presidente, quien incitó a sus seguidores a hacer eco, los cuales comenzaron a instalar mesitas en diferentes lugares públicos, para que le gente fuera a firmar, como una muestra de que están solicitando “la revocación de mandato”, o sea, no fue una demanda sentida del pueblo, es otra cosa menos un sentimiento genuino de pueblo trabajador. Bueno, finalmente juntaron las firmas solicitadas por el Instituto Nacional Electoral, que son el 3% de las personas inscritas en lista nominal de electores, llenas de irregularidades, pero finalmente aprobadas. Hasta la fecha de hoy, el asunto está en que el pasado 4 de febrero el INE emitió la convocatoria
Para llevar a cabo la RM, el INE se gastará mil millones, 812 mil 6 pesos, para integrar las mesas receptoras, contratar a los capacitadores asistentes y supervisores electorales, que serán 37 mil 851. Para distribuir documentación y materiales, dar apoyo a los funcionarios de mesas receptoras y pagar los arrendamientos de inmuebles se gastarán mil millones, 212 mil nueve pesos. En total, para este ejercicio el INE solicitó 3 mil 830.45 millones de pesos (ine.mx). Bueno, así las cosas hasta aquí.
Y todo esto, al pueblo humilde, ese que sale día con día a buscar el pan para medio comer, que se levanta de madrugada para ir al trabajo y llega ya muy tarde solo a medio descansar, ¿qué beneficio le trae? A aquellos jóvenes que tienen que caminar kilómetros para llegar a la escuela, a la madre de familia que tiene que sortear sus necesidades básicas en su casa, ¿qué beneficio le trae? ¿Acaso con esta revocación de mandato nuestro país será uno de los más democráticos, o será que millones de mexicanos ya saldrán de la pobreza en la que se encuentran? ¿Con esta RM ya bajará la gasolina, o ya tendremos un mejor sistema de salud? No mi querido lector, sin ser extremista, hasta diría yo, con este circo promovido por AMLO, estaremos un poco más jodidos. ¿Cuántas escuelas, clínicas; cuántos kilómetros de pavimentos, de red de agua potable, de drenaje; cuántas viviendas para los humildes se podrían construir con ese dinero? Yo creo que muchas obras se pudieran hacer. Agregando un dato comparativo, por poco se gastarán el presupuesto asignado al municipio de Hermosillo para el ejercicio fiscal del año 2022 (poco más de 4 mil millones de pesos).
No podemos dejarnos engañar con estas prácticas disfrazadas de democracia, el pueblo debe de aprender a detectar la navaja que le dan dentro del pan, y para evitarlo, es necesario politizar al campesino, al obrero, al estudiante. Los mexicanos no necesitamos un ejercicio de este tipo, ya que con tanto derroche de dinero con las consultas populares es mucho. El pueblo necesita que el presidente se ponga a trabajar, pensando en cómo acabar con la pobreza que aumenta cada vez más.
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