Democracia ¿Cuántos crímenes se cometen en tu nombre?, así lo afirmó nuestro Dirigente Nacional hace más de 7 años en un artículo en donde mencionaba que en nombre de dicha palabrita se habían cometido los más horrendos crímenes en Afganistán, Libia, Irak, Siria, Ucrania, Yugoslavia, etc. etc.
En los días que corren, la democracia nuevamente está en boca de todos (unos para defender y otros para criticar), como ejemplo: darnos a conocer la candidata oficial del actual gobierno en turno, después de un ejercicio “muy democrático”, en el que uno de los competidores renunció no precisamente por la limpieza en que se llevaron a cabo dichas encuestas y que, contrario a lo que se pudiera pensar, usaron encuestadoras que en otros momentos sirvieron para el viejo régimen.
Por parte de la “oposición”, el denominado Frente Amplio por México, casi de la misma forma democrática se eligió a la que probablemente sea la próxima candidata y que ni siquiera se llevaron a cabo las encuestas (ya que muchos de los candidatos a coordinador renunciaron antes de tiempo), el otrora poderoso partido que gobernó a México por más de 70 años, de buenas a primeras decidieron declinar en la participación de las encuestas.
En lo local, el gobernador del estado dice a sus contrincantes que les quedan 10 meses para mandarlos a la…; en el congreso estatal sigue la lucha por el control del congreso, mientras, por su parte, el gobernador no reconoce algunos munícipes que no pertenecen al partido al que él representa; varios alcaldes declinaron asistir a la reunión de alcaldes metropolitanos, ya que no sirven de nada. Mientras los problemas del estado comenzando por la inseguridad siguen en franca desatención.
Desde el triunfo del actual gobernador, varios regidores, diputados locales, federales y alcaldes que ganaron por otros partidos, se han cambiado al partido del gobernador; y lo que antes era cosa de unos cuantos personajes, parece que hoy es la receta para convertirse en candidato y, posteriormente en funcionario. Ya no asombra que el candidato de un partido, haya militado en todos los partidos que tienen registro legalmente.
Con todo ello, aunque cambien los nombres de los partidos, lo que podemos ver es que son los mismos personajes. Mucho, hace mucho ya iniciaron la próxima campaña que tendrá lugar el 2 de junio del 2024, en la que se definirá el rumbo que tomará nuestro país. Y, precisamente este “show” es lo que desalienta la participación de muchos, pensando que no se puede hacer cambios sustanciales en el rumbo del país.
En su momento, manifesté que lo nuevo se parecía mucho a lo viejo, que se pretendía renunciar, que la mercadotecnia, las redes sociales, el dinero invertido en las campañas, los acuerdos entre las cúpulas. Se habla mucho de los partidos arreglados en el futbol, en que los participantes se ponen de acuerdo para que el pueblo, el ciudadano común y corriente vea que allá arriba se están peleando, que algunos se enojan de los procesos y que en un alarde de congruencia se cambian a otro partido para desde ahí, defender los intereses del pueblo. Pero la realidad, triste y seca realidad, demuestra que lo único que sucedió es que cambiamos de amo.
En medio de todo, al pueblo se le siguen sin resolver sus problemas principales: el agua escasea casi permanentemente, el metro es un asco a pesar de que sus precios subieron y siguen subiendo. Los camiones que propuso el actual gobierno ya cobran 15 pesos y no hay tarifa preferencial para los adultos mayores, estudiantes, etc. A nivel federal, se anuncia un recorte al sector salud del 55 %.
A pesar de lo dicho y quizá mismo por lo dicho, debemos involucrarnos en la política. En este sentido, lo que dijo nuestro dirigente nacional, el mundo está cambiando, cuando el imperio organizó las revoluciones de colores, con el objetivo de llevar la democracia y la libertad a los países que lo necesitaban decía, que esos pueblos estaban en su derecho. Ahora que otros pueblos también se levantan y comienzan a exigir sus derechos, en contra de ese ese imperio y sus aliados resulta que eso es una violación al derecho internacional. Y, es precisamente lo que sucede aquí, la democracia es buena cuando gano yo, si pierdo, entonces no es democracia.
La clase trabajadora de Nuevo León y de México sigue empeorando su situación económica. Tarde o temprano debe darse cuenta que la democracia tal como la conocemos, necesita unos cambios para que realmente gane un representante de su clase y trabaje para ella y no, como sucede en estos momentos, que el gobernante actual, desayuna en la mesa del patrón.
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