México sigue enfermo. Los contagios por la covid-19 se han disparado más que en las olas anteriores, la saturación de hospitales -en este caso de población joven- y la alta demanda de oxígeno nos vuelven a mostrar el tamaño y la gravedad a la que nos enfrentamos millones de mexicanos en este octavo mes del 2021. Tan fuerte es la alarma que organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha advertido que el incremento de casos y los decesos se deben al relajamiento de las medidas sanitarias además de la variante Delta; relajamiento que, sin lugar a dudas, tiene que ver con la falta de atención y prevención oportunas del gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
La OPS, en voz de su directora, Carissa Etienne, destaca que en la última semana hay más de un millón 600 mil casos de Covid y más de 19 mil muertes relacionadas con el coronavirus y que “fueron registradas en las Américas”; y, se ha remarcado, que los casos y la muertes siguen aumentando en Canadá, México y Estados Unidos, esto en relación directa a que las medidas de salud pública se relajan de ordinario; en el caso de nuestra nación podemos agregarle la lentitud con la que se ha vacunado a la población y el manejo político del semáforo epidemiológico por parte de la autoridad.
Llama mi atención, porque está muy relacionado con el tema, la reciente entrevista que el joven periodista Jesús Anaya realizó al investigador del Colegio de México (Colmex), Julio Boltvinik, con respecto a los recientes datos que dio a conocer el Coneval, los cuales muestran cifras, que por la situación de la pandemia -considero-, no son exageradas y sí muy reales: 96 millones de mexicanos han caído en la pobreza.
Desgraciadamente, esa información causa pánico porque nunca en la historia moderna, la pobreza y la miseria se habían agudizado tanto y menos en un panorama en el que se supone que se entregan “más ayudas del bienestar”, o donde se supone que las condiciones deben ser mejores que con los gobiernos pasados.
La realidad que presenta Julio Boltvinik debe ser una advertencia para que en los próximos años, necesariamente, tengamos que corregir el rumbo del país y evitar una catástrofe mucho mayor; pero para esto, los mexicanos tenemos que cobrar conciencia de la situación y rechazar el engaño y la manipulación oficiales que se sigue haciendo por parte del gobierno, que ahora se hace llamar de la Cuarta Transformación (4T).
Lo que observamos es un panorama, inédito en las cifras de pobreza, además de aterrador y mortal sobre la pandemia. Hoy el país llegó a los tres millones de contagios, cifra oficial; una tragedia colosal si la relacionamos con los datos que el mismo Coneval reveló hace unos días sobre que más de 35 millones de mexicanos no contaron con servicios de salud hasta 2020 pero que en este 2021 la situación es la misma o ha empeorado. Las cifras que la Secretaría de Salud y el propio subsecretario de esta, Hugo López-Gatell, proporcionan, están “maquilladas” para evitar medidas más estrictas que el gobierno federal no pueda cumplir y financiar.
Esto también va de la mano con lo que señaló Arturo Erdely, actuario y doctor en Ciencias matemáticas de la UNAM, sobre que el gobierno federal “no quiere” decretar los cambios en el semáforo epidemiológico porque se contradice el discurso Presidencial para abrir las escuelas. En cierta parte, el cierre de negocios en las principales capitales del país podría colapsar las finanzas de los mexicanos, pero de ese tamaño debiera ser el apoyo que se tendría que entregar, por parte del gobierno o autoridad correspondiente, para evitar una hambruna nacional.
Lo que el doctor Erdely aseguró hoy en entrevista con un medio nacional, sobre que esos 3 millones de contagios en realidad serían unos 90 millones de mexicanos que habrían tenido contacto con el virus, la mayoría asintomáticos, es decir, 2 de cada 3 mexicanos ya habrían sido contagiados porque "el contagio real es 30 veces más que lo confirmado". Esto "no es un dato del que le guste al gobierno hablar, porque es un dato que se presta a comentarios" y muy seguramente, la inconformidad sería mayúscula, además de que la población podría entrar en un terrible pánico que pondría en una verdadera encrucijada al gobierno federal, y de la que quizá no podría salir fácilmente.
Al gobierno federal y a AMLO se les acaba el tiempo para sentar sus bases y continuar con su proyecto político; la pandemia los ha acorralado tanto que ni los mejores distractores y manipulaciones les están sirviendo para ocultar la realidad mexicana. El tiempo para el gobierno ya es muy corto y conforme avancen los meses la situación política, económica y social va a empeorar. El gobierno de Obrador se ha convertido en un falso “régimen” político que no prioriza la vida de los mexicanos; parece que la idea oficial es: ¿si ya se murieron 244 mil o -en cifras más exactas-, más de un millón de mexicanos, que más da que en esta tercera ola se mueran otros 100 o 200 mil más? Fuerte, cruel, inhumano o aterrador, pero muy cercano a la realidad.
La gran mayoría de los que habitamos en este país, lleno de carencias y penurias, debemos reaccionar y organizarnos como un solo hombre para cambiar lo que hoy vemos mal. México está en crisis y estamos muriendo por culpa de un gobierno irresponsable que solo nos ha enfermado y plagado de más pobreza, miseria y marginación. No perdamos más tiempo; los pobres deben romper sus cadenas y hacer realidad el sueño de las mayorías; un México más justo y equitativo, un México en que sus hijos ya no lloren lágrimas de color rojo y por culpa de un gobierno que “asesina indirectamente”. Por el momento, querido lector, es todo.
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