El titular de un diario nacional dijo este 18 de febrero que a los mexicanos nos espera un diluvio de 22 millones de spots electorales en los siguientes tres meses a través de todos los medios de comunicación, y pienso que quizá serán muchos más, debido a que los aparecidos en internet en las poderosas redes sociales, disfrazados o descarados, será muy difícil registrarlos y evitarlos, por lo menos a tiempo, es decir, antes de que causen su efecto en la mente de todos los mexicanos.
Pero quizá sea más preciso decir que simplemente continuará el diluvio electorero a que ya hemos estado sometidos durante cinco años de mañaneras y su eficaz eco mediático.
Esto es así porque el INE y el Tribunal Electoral están diseñados para que las mentiras políticas y los abusos y violaciones durante el proceso electoral hagan su efecto sin que los mentirosos y abusivos sean castigados antes de que causen daño, empezando por el propio presidente de la república. Los “multan” u “ordenan” no hacer o decir tal o cual cosa hasta después de que frente a sus mismas narices estuvieron violando las leyes electorales, mas ni detienen su mañosa estrategia electorera ni les quitan su tramposo triunfo.
Morena, la 4T y López Obrador quieren volver a programar la mente del pueblo mexicano con su cuota de 22 millones de mentiras, 22 millones de spots, para que vote a su favor.
Son instituciones, pues, destinadas a coronar como triunfadores a quienes tuvieron más poder de violar sus propias leyes: un paraíso electoral para el capitalismo, que, con su poder económico se garantiza políticos chapulines y venales en los cargos gubernamentales clave, dispuestos a permitirle seguir incrementando su riqueza, sus ganancias y sus excesos, como exactamente ha sucedido hasta hoy día.
Al respecto, es conveniente recordar que la validez, cientificidad, justicia, racionalidad y oportunidad de cualquier propuesta política no están determinadas por la cantidad de spots que publique por cualquier medio. Lo único que garantiza la actual propaganda electoral es la mayor o menor capacidad de inculcar en la mente de los electores uno u otro tipo de engaño y hacerlos víctimas de uno u otro abuso… y que se sientan contentos.
La argumentación profunda y racional no cabe en las necesidades del sistema electoral burgués: requiere necesariamente la superficialidad, porque es la que más rinde electoralmente, dado el nivel de despolitización de nuestro pueblo.
El tambo o barril de hojalata vacío es ruidoso precisamente porque no lleva adentro nada, pero es el que llama la atención de todos. Con 22 millones de mentiras adicionales a los cinco años de mentiras mañaneras se pretende adiestrarnos para votar a favor de una u otra opción que seguirá beneficiando a los ricos.
Como un ejemplo a nivel internacional de cómo se moldean los pensamientos y actitudes de las masas populares del mundo está la reciente estadística que publicó la agencia rusa RT este 18 de febrero, respecto al tratamiento desigual que se dio en la “prensa libre”, o sea, la imperialista, a la muerte de dos personajes: el periodista chileno-estadounidense Gonzalo Lira y el opositor ruso Alexéi Navalny.
Gonzalo Lira fue encarcelado y torturado en varias ocasiones y, finalmente, asesinado el 12 de enero de este año de 2024 en Ucrania por el régimen nazi de Zelensky. Su delito fue evidenciar desde su blog la realidad ucraniana desde dentro, viviendo en Jarkov, una actividad periodística que mostró la terrible condición de los pueblos oprimidos de Ucrania, actividad que no era del agrado ni de los nazis ni de sus promotores imperialistas de Estados Unidos y sus títeres de la OTAN, quienes trataron de silenciar y censurar sus publicaciones.
Su viacrucis de meses de persecución policial nazi y su muerte a manos de ellos fue silenciada en las cadenas noticiosas occidentales, como veremos enseguida. Los que pudieron, supieron de él gracias a la prensa no sometida al imperialismo, procedente de los países Brics y afines.
Alexéi Navalny también fue un bloguero, ruso, extremista, con financiamiento gringo y de la OTAN comprobado por jueces rusos; murió el pasado 16 de febrero.
Navalny fue y es presentado como un activista, opositor a Putin, perseguido por el “terrible régimen criminal ruso”, un “mártir de la democracia”, como la entienden los Gobiernos de los monopolios financieros que agreden al mundo con su industria bélica para sacar jugosas ganancias, es decir, la democracia dedicada a hacer la guerra, su principal negocio y cualquier declaración o acontecimiento en torno a Navalny, su agente en Rusia, era de inmediato dado a conocer por sus poderosas cadenas noticiosas.
Hoy, la muerte de Navalny es presentada como “misteriosa”, acusan directamente al presidente ruso de ser el responsable y le exigen casi que lo confiese, aunque por el momento en que sucedió el fallecimiento sirva perfectamente para hacer una campaña mundial de distracción ante los fracasos militares que está teniendo la OTAN en Ucrania.
Y, por supuesto, la prensa proyanqui dedica grandes espacios y tiempos de transmisión al “líder” de las multitudes anti-Putin que, por cierto, por ningún lado aparecen en los cables deformativos, perdón, informativos.
He aquí las cifras reveladas por RT: aparecerán en el orden acostumbrado el nombre del medio periodístico, después la primera cifra, que corresponde a la cantidad de veces que dio notas acerca de Gonzalo Lira del 12 de enero al 18 de febrero, y luego la cantidad de veces que el mismo medio dio notas acerca de Navalny, tan sólo en los últimos dos días, es decir, del 16 al 18 de febrero.
CNN 0-16; CBS News 0-17; NBC News + MSNBC 0-17; The Wall Street Journal 0-7; New York Post 1-6; Newsweek 1-8; The New York Times 0-22; The Washington Post 0-12; Bloomberg 0-14 y, finalmente, Reuters, que no escribió ninguna publicación acerca de la muerte de Lira y sí, en cambio, en los dos días referidos sacó ¡26 notas! periodísticas acerca de Navalny.
En resumen, en un mes y una semana, el imperialismo le dedicó sólo dos notas a Lira y en dos días le ha dedicado 145 notas a Navalny, mismas que son y serán reproducidas millones de veces por toda la jauría mediática, “imparciales” informadores y distinguidas plumas que tiene compradas o controladas en el mundo.
Así se moldea la mente. Y así esperan Morena, la 4T y López Obrador volver a programar la mente del pueblo mexicano con su cuota mayoritaria de esos 22 millones de mentiras, para que vote a su favor.
Hay que ponerse un casco protector para no ser víctima otra vez de la misma estrategia, que sólo funcionó para hacer más ricos a los ricos, mantuvo a unos cuantos pobres contentos con el dinero público “regalado” por AMLO y dejó a la inmensa mayoría más sumida en la pobreza.
Ese casco protector es la organización, el estudio, la disciplina, la unión, la fraternidad y la lucha para transformar todo tomando el poder: ¡Póngaselo, para que descubra que las verdades entre el alud de mentiras sólo son otras tantas mentiras convenientemente disfrazadas para aturdirlo!
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