MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

2024: el oportunismo en Sinaloa

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“Nosotros tenemos que marchar por nuestro camino, llevar a cabo sin desfallecimientos nuestro trabajo sistemático, y cuanto menos contemos con lo inesperado, tanto más probable será que no nos coja desprevenidos ningún ´viraje histórico´.”
Lenin

Antes de finalizar el 2023 ya estaba tapizada la capital sinaloense de propaganda electorera. Es de esperarse de una lógica política que no ha cambiado en casi nada. Aquello que tanto se criticaba a “la vieja política” sigue siendo tradición en el partido gobernante y no es de sorprenderse, pues su nombre lo dice, Movimiento de Regeneración Nacional, regenerando la vieja estructura.

En Sinaloa dicha regeneración no ha sido la excepción, pues priistas y panistas de “hueso colorado” a lo marxista, pero no del revolucionario alemán sino del cómico estadounidense, se sumaron públicamente en un evento con la candidata presidencial morenista el septiembre pasado. Claro que no iban a ser bien recibidos, por lo que los gritos y rechiflas no se dejaron esperar, con dedicación especial para ex alcaldes de cuyos nombres no quiero acordarme, dijo Cervantes.

Los saltimbanquis no son nada nuevo, esta actitud camaleónica se da por varias razones, ya sea por resentimiento, inconformidad o mero oportunismo político electoral. Más que diferencias de fondo y verdadera preocupación y ocupación por resolver los problemas, usan las distintas plataformas para llevar a cabo su fines personales o facciosos. Y hoy Morena es el caballo ganador, al menos así lo ven.

Pero lo mismo ocurre con el partido en el poder. No llevaban ni la mitad de su administración y funcionarios públicos se apresuraban a realizar ruedas de prensa para hacerle ver a la ciudadanía (o a sus compañeros o jefes de partido, el famoso madrugete) sus intenciones por competir por un curul.

La propaganda con clichés como “YoConozcoSinaloa” o “Es turno de las mujeres”, que más que atracción provocan cringe, no hacen más que demostrar lo dicho líneas arriba: cambió la forma, pero no el contenido.

Lo peor de todo esto es que son las cúpulas las que se reparten los huesos dejando a un lado a los militantes de base de los partidos (por eso las inconformidades), que sólo sirven de escalones, y que, lamentablemente, sus quejas y pujidos no cambian el parecer de los que dirigen dichos institutos. Y no lo harán, como ha quedado demostrado n veces por la historia política de nuestro país.

Hoy, el oportunismo está vigente, la oposición va disminuyendo cada día más que no le queda más que la alianza con pasados contrincantes, por su lado el “partido defensor de los pobres” ha servido de bolsa de pepenador que recibe cascajo que nadie quiere, orbitando en caudillos aprendices de dictadores.

Esta lógica oportunista se mezcla con el discurso demagógico de “no a los intermediarios” que busca dinamitar la organización popular para desarmarlo en la defensa de sus intereses y así seguir repartiéndose el botín mientras a la gente se le consuela con apoyos asistenciales y apoyos superficiales que no resuelven de raíz la situación marginal de la ciudadanía.

Pero eso no requiere nuestro país. Lo que México necesita es que el pueblo participe, que dejemos de verlo como un menor de edad al que sólo se le hacen halagos en el discurso, pero se le dan migajas en los hechos. Para ello es precisamente el pueblo el que debe hacer valer ese derecho.

Lenin decía que “Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”. Por eso el requisito fundamental para no ser sólo una oposición ni un contrapeso sino una verdadera alternativa para hacer de México un mejor país, es ir a los pueblos a luchar a brazo partido con ellos, sí, organizarlos y luchar juntos, sí, pero para antier.

El líder de la Revolución rusa era consciente que para “vencer la resistencia de esas clases (que no dejan avanzar al pueblo, agrego yo), sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, las fuerzas que pueden – y, por su situación social, deben – constituir la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo, y educar y organizar a esas fuerzas para la lucha." Educar y organizar, organizar y educar, esa ha sido la tarea de siempre de todo verdadero luchador social.

2024 es un año electoral, parece ser que las fuerzas políticas se van acomodando a su interés. El Movimiento Antorchista seguirá insistiendo en la educación política del pueblo, primero, encausando sus necesidades en la lucha por resolverlas, como la falta de salud pública, de vivienda digna, de obras y servicios de calidad, etc., y, a la par, explicando que la única manera que tiene dicho pueblo para resolver de fondo su carencia es que se disponga a tomar las riendas de su destino en sus manos, esto es, participando en las decisiones políticas elevando su consciencia de clase. Si no lo hace así, seguirá siendo víctima de discursos huecos y políticos arribistas. Que conste.

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