El 2021 fue un año en el que vislumbraron con mayor claridad un sinfín de problemáticas económicas, sociales y culturales. Esto fue así a nivel local, estatal, nacional y desde luego mundial. En ese sentido, obreros, campesinos, estudiantes, profesionistas, artistas y demás sectores sociales que alguna duda tenían sobre las condiciones de nuestro país, este año fungió como una lección irrepetible para acentuar lo que ya era evidente; la pobreza, migración, la delincuencia, la corrupción, el carente o nulo acceso a la salud, el pésimo nivel educativo, la falta de vivienda digna, agua, drenajes, electrificaciones, pavimentaciones, infraestructura social, desempleo, etc.
Estas condiciones tan dolorosas, tan apremiantes, han ido aumentando mes con mes, disminuyendo la calidad de vida de las mayoría de México y del mundo. Durante 2021 fuimos testigos y víctimas de la incapacidad de MORENA por amainar las precarias condiciones de vida de los mexicanos; los dichos programas de transferencia monetaria directa que el gobierno en turno vanagloria, han demostrado ser insuficientes y precarios en comparación con las inmensas necesidades de la población. Así lo señalaron el Movimiento Antorchista Nacional y especialistas durante las campañas presidenciales del 2018. No por cuestiones de simple oposición, políticas o diferencias ideológicas, sino porque ningún país del mundo ha superado el fenómeno de la pobreza y la desigualdad a través de programas sociales. Por el contrario, aquellos países como Alemania, Noruega, Francia, etc., han implementado reformas fiscales progresivas y reorientado los recursos recaudados en materia educativa, infraestructura social, salud y en última instancia, siendo sus países estables y atractivos para la iniciativa privada.
Dicho esto, por muy claro y sencillo que parezca, no quiere decir que sea algo que se pueda llevar a cabo de la noche a la mañana, pero son las medidas adecuadas; así lo señalan organismos internacionales como la OXFAM y economistas de prestigio global como Joseph E. Stiglitz. “Nuestro país está inmerso en un ciclo vicioso de desigualdad, falta de crecimiento económico y pobreza. Siendo la décimo sexta economía del mundo, hay 53.3 millones de personas viviendo en pobreza. La desigualdad ha frenado el potencial de capital físico, social y humano de México; haciendo que en un país rico sigan persistiendo millones de pobres. ¿En dónde está esa riqueza mexicana? En términos de renta y capital, se encuentra concentrada en un grupo selecto de personas que se han beneficiado del poco crecimiento económico del que ha gozado México en las últimas dos décadas. Así, mientras el PIB per cápita crece a menos del 1% anual, la fortuna de los mexicanos más ricos de multiplica por cinco”. (Informe de OXFAM México, autor: Gerardo Esquivel Hernández).
Es evidente que la pobreza y la desigualdad no son problemas de los individuos como afirman los ideólogos del capital, que pregonan: “el pobre es pobre porque quiere”, “eres pobre porque no trabajas lo suficiente”, “son pobres porque son ociosos y tienen vicios”. No obstante, el problema es sistemático, es del modelo de producción.
Pregunto yo, ¿se es pobre porque no se trabaja mucho? “A pesar de una reducción de las horas trabajadas en 2020, México se mantiene como el país con las jornadas más extensas, incluso durante la pandemia. En promedio, los mexicanos laboran 2,124 horas al año, esta proporción es de 1,687 entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)” (El Economista, 16 de agosto de 2021).
La estancia prolongada en los centros de trabajo, se deriva en el nulo interés del trabajador por acercarse a actividades recreativas sanas. Aunado a ello, es sencillo deducir que los trabajadores prefieren descansar tranquilamente en sus hogares, librarse de sus extenuantes jornadas. Es consecuente que en casos más lamentables la juventud obrera y campesina, recurra al consumo de drogas o el exceso de ingesta de bebidas alcohólicas. Aunado a ello, el desempleo y la deserción escolar engrosan las filas del ocio. La solución sería que el Estado brinde empleo para quien esté en edad de trabajar. Ya que la empresa privada prefiere mantener su ejército de reserva.
La tarea de los mexicanos en este 2022 es la misma que en 2021; informarse, adquirir un conocimiento elemental de política, de la economía y sus condiciones de vida y en ese sentido, organizarse para destituir a los gobernantes que no velan por los intereses del pueblo trabajador. Van cuatro años de gestión y MORENA ha demostrado ser un partido político que no comparte las inquietudes de la gente. “Por el bien de México, primero los pobres”, fue su bandera electoral en 2018, y a la fecha, más de tres millones de mexicanos cayeron en las garras de la pobreza, producto de su ineptitud y carencia de un proyecto de nación sustentable. Los mexicanos nos debemos pronunciar con voz firme en contra de los gobernantes que asumen como logro histórico el haber logrado que no se cobren cuotas en los baños de las gasolineras.
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