“Si los antorchistas nos atrevemos a volar tan alto es porque merecemos el cielo y porque tenemos alas para hacerlo”, reza una frase escrita por el ingeniero Gabriel Hernández García, destacado escritor y dirigente de las filas del Movimiento Antorchista.
Con esta frase quiero iniciar para, esta ocasión, hablar sobre las voces del pueblo, voces que cantan con antorcha.
Es muy conocido por la sociedad mexicana que desde hace varias décadas; cuatro, por lo menos, la Comisión Nacional Cultural, —integrada por jóvenes que salieron de sus colonias y comunidades para estudiar artes lograr una carrera profesional gracias al antorchismo— se encarga de realizar los eventos culturales bajo la dirección del ingeniero Juan Manuel Celis y la doctora Soraya Córdova. Son ellos quienes organizan la Espartaqueada Cultural, el Concurso de Teatro, el Encuentro de Folklor Internacional, el Concurso de Dibujo y Pintura y el Concurso Nacional de Voces.
Cada uno de esos eventos requiere de un esfuerzo en conjunto, pero sobre todo son eventos bonitos que alegran el corazón y arrancan una sonrisa a quien tiene oportunidad de disfrutarlos.
El arte y la cultura son dos frentes que han sido poco atendidos y poco difundidos por los gobiernos. Nos damos cuenta de que sólo usan el arte cuando conviene a sus intereses políticos.
En Antorcha, sin embargo, trabajamos para que el arte y la cultura se rescaten, preserven y difundan, sobre todo en las capas más bajas de la sociedad; aquellas que no pueden pagar el acceso a un evento de calidad, como una obra de teatro o un ballet en algún recinto importante, pues en nuestro país el obrero gana apenas para comer.
¿Qué hace Antorcha al respecto? Crea grupos culturales en las colonias y comunidades adonde llegan profesores que con mucho ánimo imparten sus conocimientos y después se realizan eventos gratuitos, para que el pueblo trabajador pueda acudir. El alimento es necesario para el hombre pero el alimento espiritual es importante.
En Antorcha trabajamos para que el arte y la cultura se rescaten, preserven y difundan, sobre todo en las capas más bajas de la sociedad, donde el pueblo se deja oír cuando se une a actividades como nuestro Concurso de Voces.
En días recientes, los antorchistas hemos realizado la jornada de declamación en homenaje a Pablo Neruda por el 50 aniversario luctuoso; el Concurso de Voces en el cual, al igual que en declamación, niños, jóvenes, amas de casa, campesinos y obreros subirán al escenario para, desde ahí, interpretar una canción: el pueblo canta con Antorcha.
Los antorchistas nos sentimos felices; estamos masificando el arte y la cultura, estamos logrando que muchas personas tengan la oportunidad de hacer oír su voz al interpretar una canción.
Seguiremos trabajando, seguiremos impulsando a los niños y jóvenes y seguiremos invitando a las amas de casa y obreros del campo y la ciudad para que suban a un escenario y se unan a las miles de voces en el país que cantan con Antorcha.
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