La semana pasada, un grupo de familias del fraccionamiento Margaritas, en el municipio de Mexicali, Baja California, fue brutalmente desalojada de las casas que ocupaban. Sin previo aviso, las familias fueron enviadas a la calle, muchas de ellas perdiendo todo lo que tenían, pues los policías no se detuvieron a ver cómo y de qué manera sacaban sus cosas.
A raíz de este suceso, se acusó al Movimiento Antorchista de promover invasiones, de ocupar casas abandonadas; sin embargo, quien quiere realmente conocer la verdad, cuestiona y se va un poco atrás para enterarse de cómo es que llega Antorcha a este lugar. En primer lugar, Antorcha llegó tras el llamado de las familias que ocupaban estas casas en total abandono. Nos buscaron para que encabecemos la demanda de regularizar, buscar la manera de cómo pagar y continuar viviendo ahí. Desde el inició del proceso, Antorcha dijo que era complicado, pero apelaríamos a las autoridades para que interviniera.
Sin embargo, a pesar del proceso que inició nuestra organización, de la nada fueron desalojadas, tirándolos a la calle; luego de negociar y permanecer en plantón, logramos como organización que a las familias se les diera un terreno a cómodos pagos, pagos que se tienen que hacer al gobierno del estado, con quien se tuvo un convenio, no a Antorcha.
Ante la opinión pública, a nuestra organización se le ha querido manchar como invasora, ya sea por los medios de comunicación o por otras organizaciones que han visto nuestra lucha en defensa de los más desprotegidos, como una amenaza, hoy nuevamente levantamos la voz y la bandera y decimos: ¡no!, Antorcha promueve la vivienda, en Mexicali, como en todo el país, así lo hemos demostrado en los últimos meses, donde hemos solicitado al gobierno que encabeza Jaime Bonilla, se dote de lotes de viviendas a familias de Mexicali, Ensenada y Tijuana, todo ello con la ley de frente.
En este proyecto hemos tenido avances significativos, pero es todavía muy pequeño ante la gran necesidad de vivienda que existe en el estado; conocemos de primera mano cómo las familias piden a gritos un programa de vivienda popular, al que puedan tener acceso y con el que tengan la posibilidad de irlo pagando poco a poco, por eso Antorcha se pone a la cabeza.
Veamos unos datos. Según las estimaciones de Coneval, en Baja California residían 105,500 personas en situación de pobreza multidimensional extrema, a los que se sumaban 879,400 en pobreza moderada. Estas cifras representaban, respectivamente, el 3.1% y el 25.5% del total de habitantes del estado. En conjunto, 28.6% de los bajacalifornianos clasificaban como pobres, lo que supone una proporción relativamente reducida en comparación con otras entidades federativas del país. Sólo Nuevo León (20.4%) y Ciudad de México (28.4%) disfrutaban de cifras menores, mientras que el 46.2% de la población residente en México se encontraba en situación de pobreza multidimensional.
El estado de Baja California tiene otra particularidad importante. Es uno de los de mayor crecimiento demográfico de la Federación. Entre 1990 y 2010, el número de residentes se elevó un 86.1% (Conapo, 2014). Sólo Baja California Sur (91.4%) y Quintana Roo (135.0%) experimentaron crecimientos mayores. En el mismo periodo, la población del país apenas se expandió un 31.2%.
Hoy más que ayer, es necesario dar la lucha por la vivienda para que nadie más tenga que vivir con el temor de ser desalojado y cuente con este derecho constitucional. Antorcha está trabajando en ello, y los logros se ven no muy lejanos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario