Durante la pandemia por coronavirus, 4 mil 552 créditos cayeron en cartera vencida en esta entidad, con un índice de 12.66 por ciento en junio, la cifra más alta de la que se tenga registro. El Instituto afirma que tiene finanzas sanas, pese al incremento de las cuentas en prórroga, la pérdida de 3 mil 550 patrones y casi un millón de trabajadores. Además, apoya a 290 mil 239 trabajadores que perdieron su empleo; sin embargo, la situación en Baja California es todavía más crítica; donde los empleos van en picada y las familias siguen sin tener la solvencia para adquirir una casa.
En México hay 650 mil viviendas abandonadas, de las cuales 38 mil 470 se encuentran en Baja California. De ese número, 90 por ciento se localiza en los municipios de Mexicali y Tijuana, donde hay 18 mil 191 y 16 mil 640 inmuebles, respectivamente. Estas casas abandonadas han sido foco de delincuencia para muchas colonias, así lo han denunciado ya los vecinos en distintos puntos del estado, sin obtener respuesta alguna a la solución del problema.
Hoy quien ocupa una de estas casas abandonadas con la esperanza de poder regularizarla es catalogado como un invasor, dejando de lado la necesidad que tiene el pueblo pobre; sin embargo, aunque no es el camino correcto, para muchos que no tienen la mente cerrada, es aceptable que las casas abandonadas sean ocupadas por familias que lo requieren a que sean puntos de encuentro donde los delincuentes vendan drogas, donde quemen basura, que sean picaderos o que se encuentres simplemente abandonadas, creando estos focos de infección y una mala imagen para los fraccionamientos.
En Antorcha no hemos promovido nunca ocupar casas abandonadas, sin embargo, existen cientos de familias que se no han acercado con la finalidad de que se les apoye para que en cierto tiempo se les pueda regularizar, no piden que se les regalen nada, están dispuestos a pagar por ese inmueble, pero al no tener créditos o no cotizar con el Infonavit, es imposible que así lo hagan.
Hemos planteado ya desde hace varios años, un programa de regularización de la vivienda, que se destinen recursos por parte del gobierno estatal y federal, para que las familias que no tienen un empleo formal, y que son la mayoría de las que ocupan casas abandonadas, puedan tener un patrimonio digno, no estamos planteando que se les regale, sino que brinde los créditos módicos para que así ellos puedan ir pagando, con sus bajos ingresos, este patrimonio.
Aunque no están en estadísticas, miles de familias en el estado no cuentan con este derecho, derecho constitucional al que está el gobierno obligado a brindarle, así como a la educación, salud, buena calidad de vida, entre otros, que son harina de otro costal; hoy quedó demostrado con mayor relevancia la poca importancia que se le ha puesto al tema de la vivienda; los gobiernos saben de sobra la gran necesidad que existe, solo falta que se pongan en marcha los programas.
Es de reconocer el compromiso que hizo el gobernador del estado, en brindar apoyo a la vivienda a más de 1500 familias que así lo requieren en el estado, compromiso que esperamos se cumpla en tiempo y forma, no porque así lo queramos los antorchistas, sino porque así lo requieren las necesidades del pueblo bajacaliforniano, pues la pobreza sigue avanzando y quienes la padecen están cada vez más alejados de las oportunidades de progreso y bienestar de la que tanto se habla.
Queda claro, para los antorchistas que encabezamos a un gran número de bajacalifornianos, que el reto es inmenso, pero que con esfuerzo y trabajo se sabrá salir adelante, así lo hemos demostrado ya en varias colonias que hemos fundado, en varias colonias donde con gestiones se han introducido los servicios más básicos como agua potable, electrificación, drenaje y pavimentaciones, colonias que se encontraban en el olvido desde su fundación y a las que hemos llegado para impulsar el progreso y el desarrollo, no fruto solamente de Antorcha, sino del pueblo organizado, que ha entendido que la fuerza la hace la unión y la organización.
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