La ilusión debe ceder a la dura realidad; la esperanza de las personas, que de buena fe confiaron en el actual gobierno morenista como sivieran a aquel Moisés bíblico que debía conducir a su pueblo hacia mejores condiciones de vida, debe convertirse en espíritu de rebeldía y de lucha consciente, al comprobar que aquellas promesas, con las cuales se disfrazó de pueblo esa fracción de la burguesía nacional autodenominada Cuarta Transformación, para obtener el voto mayoritario, ha significado, en realidad, un mayor incremento de los problemas sociales, violencia y miseria.
De acuerdo con los resultados del reporte “MX. La guerra de los números”, de TResearch International, en lo que va del sexenio se tienen contabilizadas más de 123 mil 584 muertos por homicidios dolosos; el sexenio todavía no ha terminado y algunos investigadores calculan que, de continuar a este ritmo en la tasa de muertes, al terminar la administración de Andrés Manuel López y su proyecto de la cuatroté, será aproximadamente de 211 mil 357 víctimas más.
La estrategia propuesta por López Obrador ha sido, a todas luces, un enorme fracaso. Este descalabro ante la creciente violencia, es una realidad que duele, pues se trata de la vida de los mexicanos, no de pequeñeces. Los abrazos prometidos a los delincuentes, por parte del Gobierno federal, se han convertido en un incentivo para los grupos que actúan al margen de la ley, quienes los han interpretado como una muestra más, de la indiferencia que administración morenista tiene hacia los padecimientos de la población y, por lo tanto, en una garantía de impunidad para continuar, sin impedimento alguno, con sus actividades criminales, acrecentando la inseguridad hasta estos trágicos niveles.
También ha sido una ficción aquella afirmación, con la cual intentan hacernos creer, que este gobierno está atendiendo las causas que provocan la violencia. No lo han hecho los anteriores y tampoco lo está haciendo el actual. La desigualdad social entre los que más tienen y los desposeídos, no ha disminuido; al contrario, continúa acrecentándose. La miseria, origen de todas las calamidades que aquejan al pueblo humilde, sigue siendo hoy el problema principal.
A pesar de la insistencia del discurso presidencial, en el que se señala que la prioridad de esta administración son los pobres, la realidad es muy diferente: el salario mínimo aumentó sólo 31 pesos con 17 centavos, mientras que, los amigos del señor presidente incrementan desmedidamente su riqueza; como, por ejemplo, Carlos Slim Helú, que en 2021 tenía una fortuna de 55 mil 930 millones de dólares, en lo que va del año, ya posee, en lo que va del presente, 81 mil 240 millones de dólares.
Se ha demostrado ya que la 4T, disfrazada de un gobierno de izquierda, está más preocupada por servir a los ricos que de resolver las calamidades que azotan a los menos favorecidos de nuestro país. Las pruebas se encuentran, por ejemplo, en el curioso enriquecimiento que ha tenido la mayoría de los integrantes del consejo asesor empresarial del presidente de la república, el cual, está formado por eminentes hombres de negocios como Ricardo Salinas que cuenta con una fortuna de 11.6 millones de dólares, de acuerdo con la información de la revista Forbes.
Nuestro municipio no es ajeno a la dolorosa realidad nacional, la creciente violencia ha alcanzado incluso, al mismo presidente municipal, Armando Navarrete López, cuyo vehículo recibió varios impactos de bala el pasado 7 de junio, afortunadamente, sin consecuencias mayores. Sin embargo, no se puede decir lo mismo en otros casos dentro de la demarcación, en donde los ciudadanos, lamentablemente han perdido la vida.
La ausencia de políticas claramente diseñadas e implementadas para incidir directamente en la disminución de la desigualdad social, en el aumento de empleos bien remunerados que ayuden a enfrentar la pobreza y sus consecuencias, también aquí, al igual que en la federación, tiene su impacto negativo.
Hacen falta alternativas para la población; esa es una realidad que se nota en el aumento de los delitos que se cometen en el municipio, por ejemplo, el robo de vehículos, el robo en el transporte público, las actividades del narcomenudeo y los asaltos cotidianos a los negocios. Ese incremento de estos casos concretos, aunque no los únicos, son sólo son una pequeña muestra de lo que ha sucedido en nuestro país con la llegada al poder de un gobierno que se ha aprovechado de la buena voluntad y de la buena fe de los habitantes, para engañarlos con supuestos apoyos directos, que sólo han beneficiado a los empresarios más ricos de México.
Para terminar con esta situación, que amenaza con agravarse cada día más, es necesario que cada habitante, analice bien la cruel realidad que ha sido impuesta a los pobres de nuestro país, que se tome la firme determinación de no apoyar más a un proyecto que sólo ha traído violencia y miseria, que las herramientas democráticas de elección popular se conviertan en un verdadero instrumento razonado en las próximas elecciones y que, entre todos, formemos una organización de lucha, que nos ayude a identificar a los verdaderos enemigos del pueblo trabajador para no volver a confiar en sus palabras.
Mientras tanto, hay que seguir luchando por una vida más justa y equitativa que es un derecho de todos los seres humanos; el movimiento honesto por una mejor sociedad y la educación política desarrollada paralelamente no deben ser criminalizadas, son un derecho también de todos los oprimidos.
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