Es lamentable escuchar a muchas familias de Nuevo León decir que les asesinaron a un familiar, al hijo, al esposo, o a un amigo. Este sentimiento de indignación crece en la medida en que las víctimas indirectas no reciben el respaldo o apoyo por parte de las autoridades encargadas de procurar justicia, como la policía, los tribunales, así como los alcaldes y gobernadores.
Todo este sentimiento acumulado hace que la gente, cuando se ve en peligro, actúe por cuenta propia para defender a su familia, así hay casos; por ejemplo, donde alguna persona cumple sentencia por haber actuado en defensa propia, o bien, donde los inocentes están encerrados, y los verdaderos culpables en libertad impunemente; esta falta de atención y de justicia se nota que a las autoridades correspondientes no les preocupa tanto.
El secretario de seguridad del estado, Aldo Fasci Zuazua, se comprometió a dar resultados, pero al parecer ha sido rebasado. El gobernador, Samuel García, solo en el discurso dice que se está combatiendo a la inseguridad y delincuencia, pero los asesinatos siguen en municipios como San Pedro, Ciénega de Flores, Monterrey, Cadereyta Jiménez, García y, recientemente, en el municipio del Carmen, ¿Qué están pensando los gobernantes en turno?
Esto mismo sabemos que sucede en todo el país, de ahí la urgencia y necesidad de que el ciudadano común tome conciencia de la situación y empiece a actuar como los verdaderos dueños del poder, ya que a quienes se lo han dado los han dejado solos.
Si la democracia es el poder del pueblo, entonces tenemos ese poder para actuar, ya que a quien elegimos como autoridad competente simplemente se hace a un lado, pero se mantiene con discursos que no están basados en la realidad.
Debemos luchar por mayor seguridad para nuestras familias y esto lo podemos lograr si nos organizamos en un verdadero movimiento del pueblo trabajador y ponemos en práctica nuevas leyes con carácter más humanista, que sean ejecutadas por los hombres limpios y honrados, no por arribistas y oportunistas que solo buscan vivir del erario, pero sin cumplir con la función que les corresponde.
Un pueblo organizado y decidido es capaz de mover montañas y hacer temblar a sus enemigos de siempre, gobiernos y delincuencia, que al parecer son lo mismo, si no, veamos cómo gobierna Andrés Manuel López Obrador y Morena al país, y quienes son sus aliados.
México necesita un nuevo tipo de gobierno, con otra mentalidad política, que no siga gobernando con la política de siempre, porque solo son copia de los viejos políticos, pero nada nuevo saben implementar.
Los ciudadanos, el pueblo, tienen que decidir, o nos seguimos hundiendo en la ola de asesinatos y violencia de todo tipo, o cambiamos de forma de hacer política y nos damos un gobierno que realmente defienda nuestros intereses y el derecho a la vida.
Decidamos un nuevo rumbo con una nueva organización política, en la que el ser humano se vea a sí mismo como verdadero ser humano y no como enemigo de todos.
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