En México, los partidos políticos son las instituciones de participación política a través de las cuales los ciudadanos pueden aspirar a cargos de elección popular y así puedan llegar al poder público. En estos se agrupan ciudadanos con una ideología o pensamientos similares con un objetivo en común, todos encaminados a establecer la forma de gobierno que les convenga; los primeros intentos de su creación pueden verse cuando se desarrolló la ideología liberal y conservadora en el siglo XIX, pero tomaron más fuerza en el siglo XX cuando se requería un verdadero organismo que representara los intereses de los grupos sociales de ese momento, el más reconocido históricamente es el PRI porque sus ideales se basan en la democracia, la libertad, la justicia social y en nacionalismo de México, pero además porque ahí se encontraban los hombres de mayor influencia política de ese entonces.
Y así, en el país, han existido a nivel nacional varios partidos que mantienen su registro, como el PAN y el PRD, más algunos de reciente creciente creación como Morena, y otros más a nivel de los estados que al no lograr suficientes votos no duran.
Hoy en día, la ley electoral establece los lineamientos para la creación y formación de un partido. Y por eso existen los partidos satélites porque de no estar en alianza con algún partido fuerte, perderían su registro, como el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) o el Partido del Trabajo (PT), y se ponen al servicio de este para candidatear y lograr mayores posiciones en las cámaras o en los cargos públicos.
En Querétaro se anunció la creación de Querétaro Seguro, un partido local que tal vez compita en las elecciones de 2024, pero que es liderado por la fundadora del extinto Querétaro Independiente, mismo que trabajó en alianza con el PAN para asegurar algunos diputados en el Congreso Local y luego perdió su registro por falta de votos, pues bien, ahora va de nuevo.
¿Y qué podemos decir de quienes integran estos partidos, de quienes se adhieren a estos? Hace unos días en los medios de circulación corrió la noticia de la renuncia de los diputados locales del PRI y su dirigencia en el estado de Hidalgo, también ya antes Omar Fayad, exgobernador de ese estado, había presentado la renuncia a su militancia; la renuncia de todos ellos, dicen, obedece a que en el partido hay simulaciones democráticas no hay espacios para la crítica.
Pero eso no es algo nuevo, curiosamente cuando un partido político que se ha perpetuado en el poder por algunos años y luego pierde, es cuando se nota más la desbanda y hasta conferencias de prensa realizan para anunciar la renuncia a sus militancias. Como en Querétaro cuando el PRI antes y después de perder la gubernatura en 2015, un grupo de líderes anunciaba su renuncia al partido. Mientras hubo PRI en el poder, muchos eran de hueso colorado, pero con las constantes pérdidas de cargos de elección y representación en municipios, regidurías y diputaciones, prefirieron salirse “porque no eran escuchados o nunca se les tomó en cuenta”. Y hoy trabajan para los partidos en turno, en el poder.
Pareciera pues que estos chapulines, como se conoce a los actores políticos que andan de un partido a otro, sólo buscan un interés personal y no persiguen una ideología que sustente su supuesto liderazgo y representación de la población. Como ya no hay beneficio, se busca en otro lugar para seguir viviendo de lo mismo y aprovechan cualquier coyuntura para salir a escena.
Otros, como ya no pueden seguir en poder porque la ley no se los permite (si no, ahí seguirán), buscan dejar a su sucesor, para seguir beneficiándose del poder. Casos de estos chapulines y sucesores, Colón y El Marqués en Querétaro. La población a la que dicen representar o de la que dicen ser oriundos se va quedando siempre en las mismas, sin progreso y sin beneficio alguno.
Por eso en México hacen falta verdaderos partidos políticos que tengan principios reales con soluciones reales para todos, sobre todo para quienes padecen o viven en carne propia las carencias de servicios públicos, salud, vivienda, educación y empleo; así como verdaderos líderes con una visión más humanista de la realidad en la que se vive y con soluciones y acciones contundentes para mejorar la vida de todos.
El llamado en el país a toda la población es claro, México necesita otro tipo de gobierno. Ni el PAN, ni el PRI ni Morena han demostrado que solucionen los males de la pobreza y por eso debemos organizarnos como un solo hombre y con un solo ideal, el Movimiento Antorchista Nacional a eso llama a la población, a organizarse y luchar de manera real para mejorar sus condiciones de vida.
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