La sequía es un fenómeno cada vez más recurrente a nivel nacional y mundial. Hidalgo no es la excepción, de acuerdo con una nota de La Jornada, según el histórico de municipios de 2003, es la peor sequía registrada en la entidad en los últimos 20 años. El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Napoleón González Pérez informó que de los 84 municipios 72, equivalente al 85.7 por ciento de la entidad, tienen afectaciones agrícolas lo que representa a alrededor de 25 mil hectáreas.
Lamentablemente, el panorama a futuro no es alentador y se espera que la falta de agua vaya en aumento. El cambio climático ha modificado las temporadas pluviales, para este año (2024) se prevée sequía severa y escasez de lluvias. Y datos recientes concuerdan, la sequía en Hidalgo recrudeció durante la primera quincena del año, ya que pasó de 77 a 81 municipios afectados, con incremento en condición extrema y excepcional.
Y evidentemente, el sector económico más dependiente del agua es el campo, ocupa el 70%, y el agro hidalguense es altamente dependiente de la lluvia, por lo que la falta de lluvia provocará nuevas y cuantiosas pérdidas para las familias campesinas hidalguense. Según datos de 2017 del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, la agricultura del estado de Hidalgo es principalmente de temporal, con 75% de la superficie sembrada; los principales riesgos asociados a esta actividad agrícola son las heladas tempranas y las sequías, que llegan a provocar pérdidas de entre 30 y 35% de la superficie sembrada. Así, gran parte de la población campesina hidalguense depende de las lluvias y su disminución provoca que peligren sus ingresos por lo que se acrecentarán sus condiciones de pobreza, lo que forza a gran parte de ellos a migrar de sus lugares de origen en busca de trabajo.
En cuanto a productividad, el 49% de lo producido por la actividad agrícola en la entidad equivale a la modalidad de riego (que corresponde solo al 25% de la superficie sembrada). El 51% restante corresponde a la agricultura de temporal. De esto se desprende, la importancia de la modalidad de riego, pues es más eficiente y se logra mayor producción.
De todo esto, se comprende la necesidad del establecimiento de sistemas de riego tecnificado, que tengan como objetivo impulsar el aprovechamiento sustentable y óptimo del agua. Sin embargo, a nivel nacional o estatal no existe un plan serio para enfrentar la problemática. La Conagua, dependencia encargada de garantizar la seguridad hídrica del país, tendrá en términos reales una reducción presupuestal de 13% este año, pasará de 71,772 millones de pesos aprobados en 2023 a 62,674 autorizados para 2024, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación de este año. En cuanto a apoyo al campo, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2024 (PEF) asigna 74,110 millones de pesos para el Ramo 08 (Agricultura y Desarrollo Rural), monto superior por 3,581 millones respecto a 2023, lo que representa un crecimiento de 5.08 por ciento, sin embargo, especialistas aseguran que las vertientes a las cuales se les otorgó mayores recursos no fomentan la productividad del sector, señalan que el presupuesto asignado a la Sader, muestra una orientación hacia el gasto asistencial contra el gasto productivo.
Urge que el gobierno de Hidalgo, tome medidas que eviten que continue la pérdida de las cosechas para los campesinos de la entidad, algunos de ellos han perdido sus cultivos por tres años consecutivos. Agricultores del Valle del Mezquital, han acudido en constantes ocasiones a Palacio de Gobierno para pedir solución a esta cuestión, pero no hay respuestas concretas.
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