Las condiciones de acceso a los servicios de salud, ubicados principalmente en zonas rurales del estado de Durango, se han deteriorado debido a la poca atención que reciben en cuanto a infraestructura y equipamiento debido a los recortes económicos en este sector, perpetrados desde el Gobierno federal en la propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación de cada año, permitiendo con ello que las clínicas rurales empeoren cada vez en mayor medida; el alcance de las acciones sanitarias, empeora y, con ello, también las formas de atención a la comunidad y la satisfacción de los usuarios.
En 2020, Andrés Manuel López Obrador dio un fuerte golpe a la población más humilde al desaparecer el programa del Seguro Popular, que funcionó por 17 años consecutivos y que atendía a un padrón de poco más de 54 millones de beneficiarios. López Obrador implementó el llamado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), con el que sustituyó al Seguro Popular, pero su fracaso es innegable a pesar de las expectativas que tenía.
Ahora existe el IMSS-Bienestar, que, sin ser pesimistas, se espera también que sea un rotundo fracaso, pues el tema no es cambiar de nombre para engañar al pueblo que demanda atención médica y medicina.
Millones de mexicanos no tienen acceso a un sistema de salud porque no cuentan con un trabajo formal, y los que la tienen (en el IMSS, ISSTE, PEMEX, CFE) es de mala calidad, ya que no hay en muchas ocasiones hospitales cercanos, medicamento, camas, especialistas.
A más de cuatro años de que Andrés Manuel López Obrador prometiera demagógicamente que en México tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca, pero en los hechos, que son los que cuentan, desapareció programas de salud que en algo ayudaban a la población más vulnerable, y, por otra parte, ha recortado presupuesto desde su gobierno neoliberal los de por si pocos recursos para este sector.
En 2022, a la salud se destina apenas 824,181 millones de pesos, cifra que según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) dijo que este monto es del todo insuficiente, pues hay diversos problemas de salud que han incrementado como la diabetes, entre otros, problemas a los que se suma el virus de la covid-19.
En las zonas rurales de Durango donde las características de la geografía local, la persistencia sigue en las desigualdades estructurales, y exigen mejorar las condiciones de infraestructura, abastecimiento y seguridad del personal de salud que laboran en las zonas rurales del estado.
Tras los hechos de sangre suscitados en días pasados, es necesario que el Gobierno federal implemente las condiciones necesarias en los centros de salud, pues se enfrentan a un rezago en infraestructura, falta de servicios básicos, insumos y medicamentos inmediatos para brindar una atención de calidad, además de que se garantice la seguridad y mejorar las condiciones para los médicos que laboran en las comunidades alejadas. Se debe de garantizar la seguridad de los hombres y mujeres que acuden a las localidades alejadas a cumplir con esta encomienda, debido a que se trata de estudiantes que, todavía dependen de las instituciones y no pueden quedar desprotegidos, ni en materia de seguridad, ni en cuanto a su situación económica.
De 2021 a la fecha son 10 médicos los que han sido asesinados y en la mayoría de las comunidades, y prestan su servicio en situaciones precarias. No hay insumos, medicamentos, y las herramientas de diagnóstico son insuficientes. Además de que las condiciones de trabajo son extenuantes.
Las cosas deben cambiar; ante la situación actual de nuestro país se requiere de más médicos, no a más médicos muertos, los médicos salvan la vida, pero desafortunadamente a muchos les arrebatan la suya.
En medio de tan sombrío panorama no existen más opciones que insistir en la urgente necesidad de despertar la conciencia del pueblo mexicano para que se organice, conozca y defienda sus verdaderos intereses. Es preciso trabajar con entusiasmo y creatividad para sacar al pueblo del engaño y manipulación en la que quiere mantenerlo sometido el gobierno morenista y, sobre todo, poner en pie al pueblo pobre para luchar por una patria nueva, en donde todos podamos vivir y trabajar dignamente, cada vez en mejores condiciones, teniendo las mejores condiciones de vida. Es difícil, pero es absolutamente necesario.
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