La falta de vivienda en nuestro país es un problema que cada día es más grave, pero poco se habla de ello, pues hay otros problemas que ganan el escenario en la prensa y la televisión. Sin embargo, la vivienda es, para empezar, el lugar donde se formarán las futuras familias, que, según se dice, son la célula de toda la sociedad, por lo que no deberíamos menospreciar el problema. Veamos.
“En un levantamiento de datos de octubre a noviembre de 2020 realizado en más de 55 mil hogares, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer un estatus parcial de la vivienda a la mitad del Gobierno Federal”, (realestatemarket.com.mx), encabezado por López Obrador. Los datos que aquí se manifiestan son para preocuparse, se trata de los diez problemas en cuanto a la vivienda en México. De los cuales quiero destacar, para mi análisis, solo algunos.
El dato número uno que quiero destacar es, que el 41.3% de las viviendas en México miden de 56 a 100 metros cuadrados. Estas medidas son de casas muy pequeñas en donde solo puede caber lo más básico, y en donde inevitablemente habrá hacinamiento, pero se ha convertido en el prototipo de vivienda actual, pues son las que promueven las constructoras desde hace algún tiempo, por el bajo costo que representa su construcción, y también porque para eso le alcanza al comprador.
Otro dato que llama mi atención es, que el 43% de la población no tiene vivienda propia. El 16.4% de ellos, renta, (la mayoría de estos manifestó, que así lo hace porque no tiene acceso a hipotecas), hay 5.8 millones de casas rentadas; el 14.2% vive en casas prestadas; el 10.7% está pagando su casa, y el 1.7% padece otra situación. Es decir, casi la mitad de la población padece de falta de vivienda. Esto me parece un verdadero problema; pues todas las implicaciones de no contar con casa propia determinan en mucho, la calidad de vida de los ciudadanos. Por ejemplo, implica cotidianamente cambiar de casa, y con ello, cambiar de escuelas de los hijos, de lugar de trabajo, etc.
Este otro dato también es determinante: “57.3% de la población ha autoconstruido su casa; 20.8% la ha podido comprar nueva, y el 14.6% la compró usada”; lo que significa que la mitad de la población esta carente de recursos económicos para contratar a un especialista de la construcción, lo que le ha obligado a hacerlo él mismo, y las consecuencias de eso, deriva en casas mal hechas, inseguras, de baja calidad, que en un plazo corto empezaran a tener desgaste mayor o problemas recurrentes.
El estudio realizado, dice también que, “65.4% de la población hizo su casa con recursos propios; 18% a través de Infonavit; y solo 9.1% fue a través de institución financiera privada”. Nuevamente aquí puede notarse la falta de acceso a las prestaciones de ley, problema que tiene la gran mayoría de la población.
Por último: “de los 34.3 millones de casas en México, debido a la pandemia, 9.4 millones de hogares identificaron que se necesita adaptar, remodelar o construir algún espacio de la vivienda” (realestatemarket.com.mx). En este rubro se identificó que el 52.2% tuvo dificultades para el pago de crédito de vivienda y renta, lo que le generó un atraso, y el impedimento para dar mantenimiento a sus casas.
Los datos señalados hasta aquí, reflejan una sociedad carente de vivienda, o con problemas referentes a la vivienda, como el hacinamiento, por ejemplo; un grave problema que genera malestar social. Pero lo importante aquí es encontrar la causa del problema, ¿Por qué, la mitad de la población en México, según ese estudio, carece de vivienda propia?, ¿por qué no tienen acceso a créditos e hipotecas? ¿Por qué, gran cantidad de personas tiene que autoconstruir su vivienda, aun sin saber hacerlo? La respuesta a todas estas preguntas es la misma: la injusta repartición de la renta nacional; pero más en concreto, la falta de empleos formales y salarios dignos. Pues es bien sabido por todos, que solo un empleo formal te permitirá acceder a los prestamos de ley, a hipotecas para vivienda u otra necesidad. Sin embargo, el empleo informal, crece cada día más, generando un aumento en el porcentaje de personas sin vivienda propia.
En Manzanillo las cosas no son distintas. En nuestro Puerto, el empleo informal es de un porcentaje muy elevado, por lo que miles de Manzanillenses no tienen acceso a esos préstamos, ni están generando antigüedad en sus empleos para su retiro. Por lo que el 40%, aproximadamente, carece de vivienda propia; rentan o viven en casas prestadas. La necesidad de vivienda es apremiante, pues un trabajador tipo, en el Puerto, gana alrededor de $8,000 pesos mensuales, salario que tiene que distribuir en renta, alimentación, educación y salud. Y las rentas aproximadas en Manzanillo van, desde los $2,500 a los $5,000 pesos, dependiendo del lugar de la ubicación. Refiriéndome nuevamente el estudio citado, también puede percibirse en el municipio la falta de mantenimiento a las casas por falta de recursos, pues, la mayoría de las viviendas requiere una reparación inmediata como impermeabilización, pintura, herrería etc.
La vivienda, por ser un bien material expuesto a las inclemencias del tiempo, requiere un mantenimiento constante para garantizar el uso seguro de la misma, que, evidentemente en la mayoría de los casos, es casi imposible dar por la situación económica de los usuarios. Sin embargo, tal como dice el artículo 4to constitucional: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo” (https://mexico.justia.com), es el gobierno quien debe establecer mecanismos para que así sea, pero en la realidad vemos otra cosa.
El Movimiento Antorchista de Manzanillo, conoce la necesidad apremiante de los ciudadanos que no cuentan con vivienda propia; y también de los que la tienen, pero que ni es digna ni decorosa. Y la lucha por tener mejores condiciones en este aspecto, ha sido constante. En los últimos meses, por ejemplo, hemos estado en Casa de Gobierno, insistiendo en que se atiendan las necesidades de los habitantes de todo el Estado, pues, tras las pasadas lluvias, muchos de nuestros compañeros tuvieron afectaciones en sus viviendas, que está claro que no podrán resolver por su cuenta, pues los escasos recursos que obtienen trabajando los usan para garantizar la alimentación de sus familias. A pesar de la solicitud insistente, acompañada de marchas y mítines, el Gobernador saliente ignoró a miles de colimenses que han quedado en el abandono en este lapso de cambio de gobierno.
Esperamos que el nuevo gobierno colimense, considere este problema nacional que también afecta a gran cantidad de habitantes en Manzanillo y en todo el Estado. Hacen falta programas permanentes de mejoramiento de vivienda; que se busquen y establezcan mecanismos para que los trabajadores, puedan tener oportunidad de tramitar un crédito para vivienda, y, en el mejor de los casos, que los habitantes tengan suficiencia económica para comprar sus viviendas a su gusto y preferencia.
Esperamos también que el Gobierno de Indira Vizcaíno, brinde apoyo a los proyectos de colonia (realmente populares) que encabeza el Movimiento Antorchista colimense, pues no tendría que haber ningún impedimento para hacerlo, dado que mucho se ha dicho en el partido de morena, que, “primero son los pobres”; y que “vendrán mejores tiempos para Colima”. Deseamos en realidad que esto no solo sea discurso, y que de manera inmediata se atiendan todas las necesidades, que respecto a vivienda tienen los miles de habitantes en todo el Estado. ¡Ya veremos!
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