En uno de los mensajes del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, que tuve oportunidad de escuchar, mencionó que en su administración la educación es una prioridad y por ello se han realizado importantes esfuerzos financieros para que los alumnos cuenten con instalaciones escolares dignas, maestros bien preparados y actualizados, que en conjunto permitirán mejorar aún más la calidad de la educación que se imparte en las escuelas de todos los niveles, tal y como es el propósito de su administración.
Sin embargo, uno se pregunta ¿en serio su prioridad es la educación? Yo le pregunto gobernador: ¿sabía usted que miles de jóvenes abandonan las aulas por falta de recursos económicos? Y salta a la vista que precisamente debido a la falta de apoyo de los gobiernos y de los bajos recursos económicos de los padres de familia, muchos jóvenes han tenido que abandonar la escuela para dedicarse a trabajar y contribuir al gasto familiar.
Por eso el Movimiento Antorchista ha impulsado la creación de casas de estudiantes, como el Albergue Estudiantil “Felipe Carrillo Puerto" A. C., que ha funcionado desde hace más de 10 años y donde se ofrece apoyo de hospedaje y alimentación a cientos de jóvenes de escasos económicos del estado de Quintana Roo, quienes gracias a esta oportunidad única han logrado terminar sus estudios.
Por ello, la juventud, al pedir la construcción de escuelas, subsidio para sus albergues o becas, no hacen otra cosa que encausar las legítimas demandas de los estudiantes y que las autoridades debieran atender, pues es muy evidente el rezago educativo que existe en todos los rincones del estado. Lamentablemente las autoridades municipal y estatal se han resistido a dar respuesta favorable a sus peticiones.
Para quien no lo sabe, esos albergues estudiantiles fueron construidos gracias a las gestiones de recursos por parte de diputados federales antorchistas, recursos que fueron entregados al Gobierno del estado, ante el impedimento por ley de darlo a alguna asociación o particular, para que se encargaran de su edificación, pero con el acuerdo que esos edificios serían entregados en comodato a los administradores o sea a los propios estudiantes, cosas que en Quintana Roo no ha ocurrido.
Habría que recordarle al gobernador que desde que Morena asumió la administración del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, el edil ha orquestado un montaje propagandístico calumnioso y de acusaciones inventadas con la firme intención de generar un clima de enemistad y enojo de la ciudadanía para que le permita al Gobierno municipal desalojar a la fuerza a los jóvenes del albergue.
Cabe recordar que hace exactamente un año, el presidente municipal Otoniel Segovia, ordenó que un contingente de policías desalojara a la fuerza y encarcelara a los estudiantes y maestros que se encontraban realizando una actividad económica y cultural, consistente en presentar bailes folclóricos cortos en el cruce de las avenidas Insurgentes y Juárez de Chetumal, con la finalidad de recaudar recursos económicos para financiar los gastos de mantenimiento y alimentación del albergue. En ese entonces y hasta la presente fecha, el Gobierno del estado no se manifestó en contra de la represión y tampoco brindó las condiciones necesarias para que los jóvenes tengas las condiciones óptimas para continuar su educación media y superior.
Sin duda, las cosas no son como se recitan y sí existe mucha distancia entre el dicho y el hecho del gobernador. Entonces, en dónde está que el “gobierno es el instrumento del pueblo&rdquo, y ahora quieran hacernos creer a todos que las cosas están marchando bien; de antemano sabemos que eso no es cierto, es pura demagogia, solamente el pueblo conoce el grado de pobreza y marginación que padece, no hace falta observar con una lupa porque el problema es grande y va creciendo cada vez más.
Una vez más queda de manifiesto que no es cierto que el gobierno “Juntos saldremos adelante" de Carlos Joaquín González esté a la disposición de la juventud y menos de la clase trabajadora: no es cierto que está preocupado por mejorar las condiciones de vida de la gente que, con el sudor en la frente, producen las riquezas y en el que muchas veces arriesgan la vida para ganar un salario de hambre.
Es la paupérrima situación en la que viven miles de trabajadores de Quintana Roo la que los ha animado a adherirse al Movimiento Antorchista, para luchar y mejorar sus condiciones de vida, porque saben que es una agrupación auténtica, preocupada por la gente pobre de todo México y que lucha para mejoras sus condiciones de vida.
Al gobernador desde hace 2 años se le hicieron peticiones que no ha cumplido, como entregar el comodato de los albergues a los estudiantes y al parecer no hay voluntad para cumplir. Cada una de las peticiones tienen el objetivo de aliviar la difícil situación de las familias pobres del estado, pero desgraciadamente no hay si quiera interés o cuando menos señales de voluntad política para resolverlas.
Por último, resta decir que el total silencio e indiferencia del Gobierno del estado preocupa al estudiantado quintanarroense y a los más de 35 mil antorchistas organizados quienes siempre han mostrado apertura al diálogo, y quienes también se han presentado a cuantas reuniones con los funcionarios de gobierno se han solicitado, pero no han encontrado soluciones. La pobreza es un gran flagelo y los colonos, campesinos, profesionistas y estudiantes organizados ya no podemos permitir que los compromisos pactados se sigan postergando por ello pido a mis compañeros antorchistas a estar listos al llamado de lucha de nuestra querida organización. A tiempo.
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