Como sabemos, cada año son rechazados decenas de miles de jóvenes por las universidades públicas, motivo educativo que inspiró a AMLO y a Morena para sacar raja electoral, para lanzar el programa "100 Universidades del bienestar "Benito Juárez&rdquo, por medio de un decreto publicado en el diario oficial de la Federación, programa que forma parte de un organismo descentralizado, dejando al frente Raquel Sosa Elízaga. Dichos planteles se construirían en municipios o regiones donde no hay oferta educativa a nivel superior o están muy alejados de los centros urbanos, en los que se encuentra la mayoría de las universidades públicas y privadas; es decir, universidades para regiones donde la marginación, la exclusión social y económica sean lo predominante, con el propósito de ampliar las posibilidades de acción a la educación superior. Pero qué ha pasado en realidad con este proyecto educativo que contó con 1,760 millones de pesos en los años 2019, 2020, más 1,019 millones en este 2021. Pues hasta la fecha no se conoce con certeza el funcionamiento de la mayoría de los 100 planteles; sólo se sabe que los planes de estudio son incompletos, de 36 carreras ofertados sólo se imparten 19, en su mayoría funcionan con inmuebles prestados, carecen de equipamiento; además, se desconoce cómo se está operando el presupuesto, debido a que no están incorporadas en la plataforma nacional de transparencia, tienen incompletas las plantillas de docentes, escuelas mal diseñadas, etc. Así está el programa educativo seccional estrella de AMLO a dos años de su gobierno: desarticulado, rezagado, incompleto.
La pésima infraestructura y carencia de equipamiento de las universidades de Morena es evidente y está a la vista de todos, en particular las que se encuentran ubicadas en las zonas rurales. A dos años de gobierno no vemos nada claro -más que obras de bienestar serán obras de malestar-, a no ser de algunos espacios que parecen granjas de pollo, con diseños de aprendices, aulas con escasa luz y ventilación, sin equipamiento de laboratorios, sin salas investigación, cero espacios deportivos y culturales, carente de auditorios, etc. Así se miran las que acaba de inaugurar en Guerrero el presidente, a todas luces baratas. Este plan estrella del sexenio se ha convertido en un claro ejemplo de la incapacidad de los funcionarios de Morena, lo acepten o no, les guste o no, los hechos vergonzosos hablan por sí solos. Todo esto contrasta con el planteamiento que hizo el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, cuando dijo que las universidades Benito Juárez estaban sustentadas en una filosofía de servicio y equidad para el bienestar colectivo y servirían para resolver problemas en las comunidades, que eran una respuesta de Morena ante la necesidad de que la docencia, la investigación, la innovación cultural, estén enfocadas a resolver problemas sociales concretos, problemas económicos locales y tener visión de impacto en lo comunitario. Contrariamente a estas floridas declaraciones, en esos centros, por las deficiencias mencionadas, no hay equidad, no podrá realizarse ninguna investigación ni innovación cultural ni se resolverán problemas concretos económicos; por lo tanto, no habrá ningún impacto comunitario positivo. México necesita otro modelo de educación superior que no sea este de transformación de cuarta.
Los profesionistas que se formen en las universidades de verdad han de ser competentes y competitivos ante los nuevos retos que el futuro nos imponga, pero con tales irregularidades, desaciertos y falta de transparencia en el manejo de las universidades patito, el ostentoso programa en lugar de ser un impulso a la educación superior se convierte en un lamentable ensayo y error propio de aprendices, resultado de ocurrencias y novatadas, donde se revelan más que aciertos, errores y fracasos con resultados raquíticos. La educación superior no está para aprendices improvisados e ignorantes. Las becas más que un verdadero apoyo e impulso a la educación de la juventud son una carnada política electorera para las próximas elecciones 2021; las becas deben estar sustentadas en ciertos requisitos que obligan a los estudiantes a corresponder recíprocamente con buenas calificaciones, trabajos de investigación, así como el desarrollo de la personalidad de los estudiantes con actividades complementarias. Los niños y jóvenes inevitablemente deben educarse en espacios dignos, con personal competente y capacitado, formarse en una carrera profesional acorde a sus capacidades y con habilidades que refuercen su vocación, misma que se fortalecerá durante toda su vida productiva. Urge apoyar a la educación básica, media superior y superior, muchos talentos se quedan truncados por falta de apoyo económico; urgen programas federales integrales que motiven, impulsen, apoyen a los jóvenes a seguir estudiando, sustentados no en la improvisación electorera sino en un verdadero proyecto de nación, vinculando a todos los sectores sociales.
Morena, con la creación de esas "universidades&rdquo, está demostrando incapacidad para visualizar a corto y largo plazo los grandes retos en educación superior en México, por eso construye verdaderos criaderos de pollos -indignos de un gobierno con tantos recursos y que presumiblemente pretende transformar a México- presentándolos como si fueran edificios universitarios y planea "carreras” que no van acordes con las necesidades laborales de nuestro país. Es lamentable que los funcionarios encargados de la educación en México, en todos sus niveles, estén dando estos pésimos resultados; no estamos igual "que antes&rdquo, estamos peor. Estas son razones suficientes por las que el próximo 6 de junio en estas elecciones intermedias, deberemos razonar mejor nuestro voto, porque el hartazgo social no es buen consejero ni nos lleva a tomar las decisiones más correctas. Ahí están para recordárnoslo los pésimos resultados de un proyecto electoral que prometió un gran cambio, Morena ha resultado una mala copia, así están los hechos y así terminarán todos los programas y compromisos estrella del actual mandatario. El tiempo nos está dando la razón más temprano de lo que esperábamos.
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