Además de cerrar las puertas de la casa de todos, mandó a llamar a su seguridad municipal, dejando las calles sin seguridad; como si se tratara de un grupo de delincuentes y malhechores, los policías rodearon al grupo de apenas 50 manifestantes que su única arma era su voz.

El contexto de la manifestación ha sido solamente el de la exigencia de apoyos sociales, de obras y servicios públicos para las colonias, tema que ya se había puesto de manifiesto primeramente en sus oficinas con una solicitud y, al no tener respuesta, se volvió a pedir audiencia con el presidente municipal. Así, al ser ignorados los pobladores, la inconformidad desembocó en la manifestación.

En la pasada reunión donde salió el presidente municipal a recibir a los antorchistas, dijo a varias cosas “no me toca”, algunas sí, sin embargo, nunca dijo qué se podía buscar la forma de gestionar, de darle el sí a las necesidades del pueblo trabajador, de tratar de hacer su trabajo y buscar soluciones, pues es hasta una grosería que por un lado se asista a la puesta de la primera piedra de un negocio, que a lo mejor dé algunos trabajos, y por otro lado se tenga una ciudad que cada vez se hunde en la pobreza, con los baches, con la falta de oportunidades para buscar una mejor calidad de vida.

¡Y no me venga usted con los intermediarios! Aquí no somos intermediarios, como lo asegura el presidente, aquí somos el pueblo organizado, aquí buscamos soluciones para colonias, aquí buscamos respuesta para las familias de Tecate. Que nadie se crea el cuento de que no se resuelve a intermediarios o a Antorchistas porque de manera individual es más fácil callar a alguien y omitir su exigencia, por eso los quieren desorganizados, por eso quieren que de manera individual se metan las solicitudes.

Tecate está en peligro de ser una de las ciudades más peligrosas y, con ello, también de las más pobres, donde la desigualdad crezca de manera importante. Hoy hace falta poner los ojos en estos rubros importantes, en el bienestar de los ciudadanos, revisando que las familias cuenten con los servicios de primera necesidad.

Darío tiene la última palabra, atender al pueblo o ser denunciado por incapacidad de solucionar problemas, el llamado se hizo en tres ocasiones, no es una mentira cuando dicen que los antorchistas seguimos las líneas que ellos mismos, como dependencia, marcan y aseguran tienen respuesta, pues a dos meses de pedir esta audiencia, la respuesta sigue siendo la misma, ni los oigo ni los veo, pero ahí estarán los antorchistas, gritando para ser escuchados y ser atendidos, y de ser necesario, al grito se unirán otros cientos y miles de antorchistas de otros municipios, porque como lo dice nuestra consigna, somos un solo hombre y somos un solo ideal.