“No tengo señal”, es la sentida queja de los padres y niños de un pequeño pueblo llamado Ignacio Zaragoza, el cual, está situado en el municipio de Simón Bolívar, Durango.
Este pequeño pueblo está prácticamente en la marginación. Al estar tan lejos de los suburbios, como la ciudad, la cobertura telefónica es prácticamente nula, por lo que las personas tienen que salir de sus casas, a buscar señal en algún lugar del pueblo.
Podría sonar absurdo decir que hay gente arriba de sus casas, buscando señal. Pero no lo es, muchas personas optan por trepar a sus techos para conseguir algo de cobertura y así, poder hacer llamadas telefónicas, acceder a redes sociales, etc.
Esta situación es muy compleja y trae consigo muchas consecuencias. Debido a la contingencia sanitaria, originada por la covid-19, el gobierno optó por cerrar las escuelas y, por consiguiente, impartir las clases de manera virtual. Y aquí viene lo preocupante, pues el pueblo está en un gran apuro porque no puede acceder a dichas clases por la falta de red.
Los profesores están conscientes de esto, así que decidieron dejar sólo tareas y darles una fecha límite para entregarlas juntas.
Muchos alumnos están inconformes, pues dicen: ¿qué aprenderemos?
El gobierno no ha hecho nada al respecto, a pesar de que en varias ocasiones los habitantes han pedido antenas para poder acceder a dicha señal.
La única opción es, esperar y seguir en busca de una repuesta.
¿Te quejas de tus clases virtuales? ¿De lo preocupante que es estar aprendiendo a través de tu celular o computadora? Piensa en los que están en esta difícil situación, y analiza.
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