Con bombo y platillo, la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, dio el banderazo para la pavimentación de la calle La Hacienda, en la colonia Lomas de Buenavista, en el municipio de Chimalhuacán (El Sol de Toluca, 14 de julio de 2024), con una inversión de ocho millones 725 mil pesos y 4,582 metros cuadrados de concreto hidráulico.
Las imágenes difundidas por una veintena de medios dan cuenta de la presencia de la gobernadora, la presidenta municipal de Chimalhuacán, Xóchitl Flores, el secretario de Desarrollo Urbano e Infraestructura mexiquense, el director de la Junta de Caminos, un senador en funciones y reelecto, el subsecretario de Movilidad, un diputado y “un vecino del lugar, Everardo Vera” (Todotexcoco, 15 de julio de 2024), así como una veintena de funcionarios de la administración local.
Una gobernadora y una presidenta municipal anuncian la pavimentación de una calle en un año en el ejido Santa María… ¡Nos llevaría más de 500 años pavimentar toda esta zona!
Claro, todos los funcionarios acompañados por un enjambre de personal a su servicio, aunque también se señala que “ya eran esperados por un nutrido grupo de vecinos de Ejidos de Loma de Buenavista” (El Sol de Toluca, ibíd.).
Las imágenes difundidas no muestran el nutrido grupo de vecinos y sí una buena cantidad de funcionarios y personal administrativo del Ayuntamiento de Chimalhuacán.
Con todo, no deja de ser impresionante el operativo mediático, la cantidad de medios que difundieron la noticia, parcos en los últimos años a las noticias de esta naturaleza, para el “encementado” de una calle, que el titular de la Junta de Caminos dijo que tiene “una longitud de 0.58 kilómetros” (El Sol de Toluca, ibíd.), es decir, 500 metros, medio kilómetro.
Aunque nadie le preguntó sobre un posible acto de corrupción, ni le acusó de alguna irregularidad, como rayo en cielo sereno, el director de la Junta de Caminos la soltó: en “la actual administración no se solapa la corrupción, no hay sobreprecios ni sobrecostos y las licitaciones son públicas” (Todotexcoco, ibíd.).
Su intervención sólo nos recordó que el portal Chimalhuacán Sí publicó, el 16 de agosto de 2021, en relación con la obra realizada en todo el Ejido, que:
“para la construcción de guarniciones y banquetas en 63 calles, se destinó un presupuesto superior a los seis millones de pesos del Programa de Acciones para el Desarrollo (PAD)”.
Como que sí hay una rara diferencia entre los 8 millones para una calle y los 6 millones para 63 calles.
Más aún: la obra hidráulica que ahí se menciona que se va a construir ya existe y fue realizada por las administraciones anteriores. En el tema del agua potable, las casi 30 mil familias que viven en las colonias y cortes de lo que fuera el Ejido Santa María Chimalhuacán tenían agua porque se perforaron tres pozos y se construyeron cinco tanques elevados; con eso se levantó bandera blanca en el año 2021, lo que quería decir que todos tenían agua potable en sus casas.
Como, con razón y sustento, presumió el exsecretario de Gobierno, Saúl Torres Bautista, y lo hizo en plena pandemia de covid-19, de ahí que no hay razones para encarecer la obra de pavimentación de medio kilómetro.
La venta de terrenos y la explosión urbana ocurrieron en los primeros años del presente siglo; cobijados con la autonomía que les daba la legislación agraria, los ejidatarios vendieron a troche y moche, no dejaron ni un centímetro para equipamiento urbano.
Una vez que el ayuntamiento pudo realizar actos de Gobierno, lo primero que hizo fue la inclusión de toda la zona en el Plan de Desarrollo Municipal. Pero no había espacio donde construir escuelas, parques, pozos de agua potable, clínicas, calles, así que la autoridad municipal tuvo que comprar terrenos a particulares para poder construir la infraestructura urbana que se inició de forma acelerada en 2016.
Con el cambio de administración, quedaron por pavimentar, según el exmunícipe, unas 700 calles; el tiempo ya no les dio para avanzar más.
Así que, al paso que vamos, cuando una gobernadora y una presidenta municipal se juntan con sus funcionarios importantes en el tema para anunciar la pavimentación de una calle en un año, en el ejido Santa María, nos llevaría más de 500 años pavimentar toda esta zona y sabrá Dios cuánto nos vaya a costar, porque si para medio kilómetro de cemento hidráulico se gastan 8 millones de pesos, imagínese lo que dirán que necesitan para lo que resta del ejido.
La presidenta municipal tampoco se quiso quedar atrás y “relató que en la zona de los ejidos de Loma de Buenavista, en el año 2022, se invirtieron más de 92 millones, mientras que en el 2023 cerca de 170 millones y que ya cuentan con una policlínica” (El Sol de Toluca, ibíd.).
Pero más contundente es la cita de El Universal online del 15 de julio:
“En esa área fue construida y puesta en operación una policlínica porque las familias que viven ahí tenían que desplazarse a otras zonas de Chimalhuacán o fuera del municipio para atenderse”.
Cabe mencionar que en dos años y medio de Gobierno de Xóchitl, sólo “encementó” seis calles en todo el ejido; la obra más grande fue un tramo de Camino Viejo, de aproximadamente 400 metros, así que no se sabe en dónde se gastaron los otros 262 millones, en dos años, que ella misma menciona, porque, además, su administración no ha construido ninguna policlínica.
A la que hace referencia, seguramente es la que se encuentra en el Centro de Desarrollo Comunitario Lomas de Buenavista, construida en administraciones anteriores y que lenta, pero sin parar, la presidenta ha ido quitando servicios.
Presumir obras ajenas como propias es otra virtud del actual gobierno municipal de Chimalhuacán, pero mentir sin desparpajo delante de la gobernadora, pues deja mucho de qué hablar.
Como la misma gobernadora afirmó, en el banderazo de referencia: “Para que todos los municipios tengan esa justicia de decir, me tocó algo; porque a veces a unos municipios les toca mucho, a otros poco y a algunos nada”, deberíamos estar agradecidos por lo poco, ¡poquísimo!, que le tocó a Chimalhuacán. No, pues no, así no.
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