Ya han pasado tres años de gobierno con el gobernador Mauricio Vila Dosal, en Yucatán. Para muchos es el mejor gobernador; para otros, el peor; pero dirán que depende de los ojos con que lo vean. El pueblo sólo tiene unos y son esos mismos los que demuestran el sufrimiento que tienen día a día.
Viven al día, sufren por falta de vivienda, escasez de agua, luz, y también de apoyo al campo, a la educación. Con esos ojos mira el pueblo yucateco al gobernador, de sufrimiento, marginación y olvido, tal y como se sienten, por un gobierno que los ha olvidado a pesar de que prometió otorgar toda la ayuda.
Pues así, seguramente para el mandatario, hay quienes lo ven con buenos ojos y hay quienes no, y quienes no lo hacen, son justo a quienes olvida y los margina. Veamos.
Desde el inicio de la administración panista que encabeza Mauricio Vila Dosal, el antorchismo entregó un pliego petitorio que enarbola las demandas justas y necesarias del pueblo de Yucatán, mismas que, año con año, se han agravado. Sin embargo, a pesar de actualizar el pliego año con año, y de pedir audiencia al mandatario, éste ha sido vilmente ignorado, dejando a la buena de Dios a los yucatecos.
Por ello me llama la atención el que se diga que en Yucatán se vive bien y se tiene al mejor gobernador cuando el sufrimiento de la gente está a flor de piel, las carencias y marginación no se quedan atrás, y donde la pobreza ha ido en aumento. A pesar de que se diga que no puede haber dos yucatanes, el de prosperidad y el de pobreza, predomina más el de pobreza.
Los compromisos de combatir la pobreza se ven rebasados y sólo queda en la demagogia. En su tercer informe de gobierno, Vila Dosal manifestó que sacará de la pobreza al casi millón de yucatecos en 2022, pero el tiempo avanza y es el que no espera, y no se ve en verdad que se luche o haga algo para contrarrestarla.
En el sur de Mérida es donde más se ve el sufrimiento de la gente, que al no tener un hogar digno que a raíz de la pandemia perdieron, tuvieron que buscar opciones y una de ellas es la conformación de colonias irregulares que carecen de todos los servicios, pero las familias se acercaron al antorchimos y hoy buscan que su gobierno las voltee a ver y los apoye. Pero esto no ha sucedido.
Esto en tan sólo la capital, pero al interior del estado está igual o peor. Los campesinos no tienen el recurso para producir, no hay pavimento, servicios públicos, de salud, de vivienda, entre muchos otros. Yucatán se mantiene en el rezago.
Por ello causa asombro el ver que encuestadoras lo tienen o sale en buenos lugares, considerándolo como el mejor gobernador.
Recientemente, la organización México Elige, a través de una encuesta, mencionó que el gobernador de Yucatán ocupa el primer lugar en la opinión pública, con el 73.7 por ciento de aprobación, supuestamente lo colocó en esta posición su “buen trabajo” en quipo con la ciudadanía y el gobierno que encabeza.
La encuesta que aplicó la organización a través de Facebook señala que a 10 mil 98 personas entre 5 y el 9 de abril, el mandatario tuvo esa aprobación a su trabajo, por el cual Yucatán mantiene su tendencia en crecimiento económico al registrar un incremento de todos los sectores en conjunto, el 8.5 por ciento respecto del tercer trimestre de 2021 y en comparación con el mismo periodo de 202.
Sin embargo, esto no se traduce en obras, servicios públicos, viviendas que serían de gran beneficio para el pueblo de Yucatán, sino todo lo contrario, se le margina y olvida. Por ello, ante esta situación, el antorchismo de Yucatán denunciará la negligencia del gobierno y el olvido en el que mantiene a los yucatecos, con una marcha que realizará el próximo 21 de abril por las principales calles de Mérida. Si el gobernador no viene al pueblo, éste va a él.
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