A pesar de que en la capital, la movilidad y el transporte público Qrobus que desde hace años se encuentra en proceso de modernización para lograr un sistema más eficiente y brindar mejor atención a los más de 600 mil pasajeros que se mueven todos los días en la ciudad, nomás no satisface la necesidad de los usuarios.
El deficiente transporte fue utilizado en su momento para inducir a la población a inconformarse contra el gobierno priista y su RedQ, y al final, Pancho Domínguez reconoció que aún y cuando se trabajó en la construcción de ejes estructurantes, carriles confinados, estaciones de ascenso y descenso y una empresa que aglomera a las compañías concesionarias con nuevas reglas, el transporte público colectivo de la zona metropolitana Qrobus, “no cuajó; es uno de los pendientes que debe atenderse”, dijo. Y sí, es uno de los servicios más deficiente en la capital y en todo el estado, entregado a una o dos empresas.
Casi al final de 2020, el Inegi públicó los resultados de una encuesta sobre el transporte público realizada por la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (Encig) en la que Querétaro fue el peor evaluado a nivel nacional en 4 de 6 indicadores.
En el primer indicador, de “Rutas suficientes”, Querétaro ocupa el último lugar con el 47.1 por ciento; la media nacional fue de 68 por ciento. En la segunda variable, sobre “Tiempo breve de espera para abordar”, sólo el 35 por ciento de los usuarios dijeron, “no se demoró esperando abordar”, porcentaje que ubicó a la entidad apenas arriba de Aguascalientes, el estado peor evaluado.
En relación al servicio de “Autobuses de tránsito rápido”, que circulan por un carril confinado, se alcanzó el 72 por ciento, el último lugar nacional; el promedio fue de 95 por ciento. En el indicador “Operadores amables”, el 67 por ciento de los usuarios dijo recibir buen trato de los choferes, mientras el promedio nacional fue de 85 por ciento.
En lo que tiene que ver con la variable “Operadores amables y respetuosos”, Querétaro obtuvo un 50 por ciento, apenas arriba de la media nacional, 47.7 por ciento, y en la variable “Operadores respetuosos de señalamientos viales”, nuevamente el estado se colocó en el último lugar nacional con un 547 por ciento de los usuarios que los choferes u operadores respetaron los señalamientos viales, siendo que la media fue de 87.3 por ciento.
Y como si el objetivo fuera empeorar, en el último año, con pandemia, las cosas se han complicado. El servicio no es barato, las rutas son infuncionales, no hay unidades suficientes, provocando aglomeraciones y el trato y la seguridad no son las mejores. Las quejas de los usuarios se incrementan todos los días porque tardan hasta una o dos horas para su traslado al trabajo o zonas de comercio y con alto riesgo de contagios por covid, obligando a la población a trasladarse en taxis o unidades de Uber o Cabify, con altos costos. Del transporte urbano y suburbano mejor ni hablar, el servicio es peor aún. El gobernador Mauricio Kuri tiene un gran reto.
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