Muy estimados, respetables y pacientes lectores; amigos y compañeros inseparables de todas mis batallas; pueblo generoso y bueno de estas pródigas tierras que bañan casi a diario las aguas o el sereno del Pacífico mexicano. Aseguro que nada puedo yo desear más en el mundo, sino que todos sus deseos de bienestar general se cumplan en compañía de sus familias. Que todo aquello nocivo que padecieron en este convulso año 2020 que ya termina, sea superado con creces, y desterrado de la vida social a que todos tenemos derecho. Y ya que como persona nada valiosa tengo que ofrecer, que como presente, alguna pena valga el otorgar, ofrezco lo que puede y debe ofrecer un ser humano a otro, cuando se sufren los estragos criminales de las mismas lacras sociales a las que se debe enfrentar: ofrezco mi solidaridad consecuente y mi compasión sincera. Y para cumplir con tal presente, confieso que, si nada soy ni valgo como polvo humano, como dijera Trotski, como organización social soy todo aquello que todo lo puede y todo lo debe. Ofrezco pues, mi organización antorchista para todos los pobres y desamparados de la tierra. Que este 2021 que se acerca, nos encuentre a todas las víctimas del maltrato oficial y de la injusticia, más unidas y organizadas que nunca. ése es, en resumen, mi deseo más profundo y sincero.
A dos lacras sociales se debe atacar en especial en el año que viene: la crisis económica y la crisis de salud. Pero, por todo lo que ya vimos en este año que termina, nada serio podemos esperar de los que hoy son el gobierno, ni mucho menos de los que pretenden serlo en los años venideros. En la difícil batalla por salvar con éxito a nuestras familias, los pobres de siempre estaremos solos. Pero nuestro voto, puede ser la diferencia.
Trabajo y salud para todos, es lo que yo deseo con el título de este artículo, como un antídoto esencial para enfrentar la catástrofe social que viene. Pero con estos gobiernos insensibles, no auguro esperanza alguna. Mi esperanza está, más bien, en la organización del pueblo pobre, destinatario casi único de todo lo que yo siempre escribo. Ojalá no caigan mis esperanzas, como el agua en un desierto.
Pero la condición esencial para el trabajo es la salud. Por eso que urge que exijamos con nuestro voto más seriedad ante la pandemia; los muertos siguen aumentado mientras todos los gobiernos andan ya prácticamente en campaña electoral. Al día de ayer se registraron 120 mil 311 muertes acumuladas por coronavirus, y un millón 350 mil 079 contagiados. Miles de familias ya no estarán nunca más completas en estas fiestas tan especiales. Somos el 4º lugar mundial en número de muertos por la pandemia, y nota mundial por el pésimo resultado de las medidas aplicadas por el gobierno de López Obrador. Los casos que vemos ahora son verdaderamente dramáticos. Tan sólo en Veracruz, estado gobernado por un morenista, los medios nacionales informaron el 4 de diciembre pasado, de la muerte de 90 personas en un sólo día a causa de la pandemia. Por otro lado, la prensa mundial registró que China, país donde se originó el coronavirus, y donde viven 1,395 millones 380 mil habitantes, registró al día de ayer, 4 mil 763 fallecidos y 94 mil 953 casos confirmados. Pero no sólo eso. En China se declaró oficialmente combatida la pobreza y, por lo mismo, no hay pobreza extrema. No cabe duda que para el gobierno del gigante asiático, sí son primero los pobres. Aquí es donde cabe la pregunta: ¿se pudo evitar la catástrofe que hoy vivimos en México, en materia de salud?, sí, se pudo, pero la incompetencia de los gobiernos de la 4T no tiene comparación.
Y, ¿qué decir de la crisis económica que hoy se padece por todo el país? Dígase lo que diga por parte del gobierno federal y sus acólitos oficiosos, hoy estamos peor que en los años pasados. No se necesita ser un economista especializado para darse cuenta de que lo que viven hoy las familias mexicanas, es algo inédito. Según estimaciones del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, las medidas sanitarias contra el coronavirus en México generaron, 11 millones de personas más en situación de pobreza extrema, al pasar de 22 a 33 millones de personas tan sólo al mes de junio pasado. Por otro lado, en el mismo mes que refiero, el periódico La Jornada publicó una nota donde afirmó que en México, 32 millones de trabajadores sobreviven en diferentes niveles de miseria, debido a que no tienen ingresos suficientes para adquirir alimentos básicos. Es decir, los trabajadores mexicanos más pobres, a pesar de que trabajan hasta reventar en lo que pueden, ya no completan ni para la alimentación de sus familias.
Pero como ya dije, al gobierno federal todo esto le tiene sin cuidado. A esta realidad que vivimos hoy todos los mexicanos, y cuyas consecuencias más concretas se verán reflejada en las mesas de festejo de las humildes viviendas de las familias más pobres, o en las camas de hospital si fuera el caso, el presidente responde cuando se le pregunta, negando todo y negándolo siempre.
Pero lo más trágico, es que quienes deberían de dar una alternativa a estas y otras lacras sociales, es decir, los que gobiernan y los que pretenden gobernar, ya decidieron que la prioridad del momento es hacerse con la mayoría del voto popular cueste lo que cueste, es precisamente aquí, y no en otro lado, donde tienen su explicación las alianzas de partidos que ya todos conocemos.
Pero no hay mal que por bien no venga, dice así el pueblo para su consuelo. La actitud de todos los actores políticos ante la pandemia y el desempleo, nos permitirá evaluar muy bien el perfil de quienes pretenden gobernarnos incluso desde las curules. Restará pues, entonces, a todos los mexicanos, hacer valer el voto popular cuando llegue el momento de elegir. Usemos el voto como herramienta para garantizarnos el empleo y la salud. Solo de esa manera haremos realidad el bienestar que tanto anhelamos, y que todos nos desearemos en estas tradicionales fiestas de fin de año. Ojalá que así sea.
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