Tome carbonato… fue la recomendación del doctor a un estimado amigo de Ciudad Satélite que fue atenderse en un local provisional que habilitó Servicios de Salud (SS) en aquel macro fraccionamiento para dar consultas a los vecinos de esa ciudad emergente y que no cuentan con centros hospitalarios. Mi desafortunado amigo acudió a la atención médica a ese local porque un día antes por la noche había tenido problemas de gastritis, y derivado de ello, fuertes dolores en el estómago. El personal médico le dio una receta a través de la cual le recomendó que tomará Omeprazol para tratar sus molestias de salud, pero no le pudo dar el medicamento porque en el dispensario que tienen en ese lugar, no cuentan con ese medicamento. ¡Tome carbonato! Fue la respuesta.
Éste es sólo un botón de muestra de los problemas de atención médica que padecen los potosinos que carecen de recursos para poder ir a los centros hospitalarios para atender su salud. Y más aún aquellos que viven en zonas marginadas o en la periferia, como es el caso de los habitantes de Ciudad Satélite, que no cuenta con Centro de Salud ni siquiera el servicio de una ambulancia para atender las emergencias médicas.
Esta situación de grandes carencias en el Sector de Salud en la entidad, se han agravado por varias circunstancias. Primero, por la falta de apoyo del gobierno federal a los centros hospitalarios en San Luis Potosí, ya que los recursos destinados para el programa del Insabi, ISSTE e IMSS; este año fueron sumamente limitados y es que del total del gasto a esta dependencia para todo el país, fue de 140,095 millones de pesos, pero el 96.4%, se destinaría a gasto corriente compuesto por los servicios personales, materiales y suministros, servicios generales e intereses, y el resto, se enfocaría en inversión física. ¡Es decir, casi nada para construcción de nuevos hospitales e igual, para compra de medicamentos! Segundo, el año pasado y el actual se han destinado miles de millones para atender y prevenir los contagios del covid-19, dejando en bancarrota al Sector Salud en la entidad. Y, en tercer lugar, la forma deficitaria de cómo funcionan algunos de los servicios de Servicios de Salud, como es el caso del Hospital Central que trabaja con números rojos, con cerca de 500 millones de pesos en adeudos.
Este año, y probablemente los que terminarán con el sexenio de la 4T no será nada favorable para atender la salud de los potosinos. El gobierno que está por terminar de Juan Manuel Carreras, no estuvo entre sus prioridades la atención médica de sus gobernados, ni tampoco el del anterior dirigido por el doctor Fernando Toranzo Fernández; el que viene -de Ricardo Gallardo- habrá que ver su desempeño en los primeros meses de su gobierno, creo que lo más decente es que se ponga la “camiseta de los potosinos”, y que exija al gobierno de la “Cuarta Transformación” los recursos que urgentemente requiere el sector salud en la entidad. La política de “empinarse” ante los designios del autoritarismo federal no es benéfico para la salud los potosinos.
Finalmente, ante la falta de servicios y de atención médica, los potosinos no se callarán ni se mantendrán sumisos ante las entidades oficiales, porque en ello se les va la vida. Que conste.
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