Los antorchistas hemos aprendido que el discurso de acabar con la corrupción es algo que carece de fundamento porque, desde hace ya tres años, el gobierno de la Cuarta Transformación no ha hecho más que refunfuñar todo lo malo que dejó el gobierno anterior, sin ofrecer una solución real a los problemas que vive el pueblo mexicano.
Entre los refunfuños de Andrés Manuel López Obrador están las agresiones que, desde la más alta tribuna, ha lanzado en contra del Movimiento Antorchista Nacional (MAN), actos de difamación con los que acusa a nuestra organización intermediaria, conducta criticada que en nada caracteriza a esta organización, y menos a quienes difundimos las ideas centrales.
Los ataques continúan y ante esto hemos defendido la verdad, pues, con conocimiento de causa, sabemos que todo lo gestionado y lo poco que el Movimiento Antorchista ha logrado arrancar de los gobiernos es siempre entregado a los beneficiarios, gente humilde que necesita todos los apoyos sociales para aminorar los embates de la pobreza que se sufre en la mayoría de las colonias, ciudades y estados. Ante todo esto, sostenemos que la línea política, que ha utilizado el Gobierno federal es para lograr el desprestigio de nuestras demandas y exigencias, pues son pocos los apoyos que se distribuyen entre la población.
Por ejemplo, se han eliminado programas y recursos económicos asignados, sobre todo, en uno de los rubros más sentidos para los mexicanos: la salud. Ahora los hospitales donde se antienden miles de familias carecen de medicamentos, el sistema se ha deteriorado aún más con la implementación del INSABI, programa que dificulta la cónsulta y la entrega de medicamentos a toda la población en general y que afecta, principalmente, a los niños con cáncer, a las personas enfremas de diabetes y pacientes con otras enfermedades.
El dinero que se invertia en salud, programas para la vivienda, el campo y otros rubos fue entregado a través de tarjetas a los adultos mayores y jóvenes en edad de votar, ambos sectores este año tendrán una alta participación para decidir sobre las elecciones electorales.
Si acuñamos la idea que tiene el Gobierno federal por la simple razón de decir el que paga manda y así el apoyo mensurado para este sector es evidente, a pesar de que estos apoyos son producto de los impuestos de todos los contribuyentes, es decir, todas las personas que se encuentran trabajando.
Así como la entrega de becas Benito Juárez, que también es otro de los programas que distribuye dinero a manos llenas, comprando la conciencia de los estudiantes que inician su mayoría de edad, además, porque dentro de dos años con ideas falsas y miedo a que el programa sea eliminado o los deje fuera, su apoyo incondicional será para los candidatos de Morena, sin importar los verdaderos intereses que estos tengan para conquitar el poder y hacer de él lo que les venga en gana, sin importar y sin resolver las necesidades de sus gobernados.
Son estas ideas y acciones con las que el Movimiento Antorchistas no coincide porque, desde su creación, ha insistido que el verdadero problema que lacera la vida de millones es la pobreza, la cruda desigualdad que existe, es decir, mientras 100 millones de mexicanos sufren de carencias, solo unas cuantas familias disfrutan los cúmulos de dinero que han generado a costa del trabajo no retribuido de los trabajadores.
Se acercan tiempos difíciles en los que están en juego varias gubernaturas, entre ellas la de Tamaulipas, es evidente que los representantes del partido morenista no tienen un verdadero proyecto que ofrecer a nuestro estado, pero es preciso que hoy más que nunca seamos críticos de nuestras decisión y participación, pues son seis años para que votemos por un cambio o de lo contrario un retroceso.
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