En diferentes medios de comunicación de Guanajuato, circuló información sobre que durante el tiempo que ha durado la pandemia, cuando menos, medio millón de personas en Guanajuato han sido atendidas por las instancias de salud, de manera presencial o vía telefónica, por sus intenciones de suicidio. Y entre las causas se señalan el encierro en casa, la pérdida de un familiar por coronavirus, la mala situación económica y el desempleo.
De acuerdo con los registros de la Fiscalía General del Estado, de enero a junio de este año, se contabilizaron un total de 247 muertes auto infligidas. Es decir, en un día al menos una persona decidió suicidarse.
De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en 2020, en la capital del estado se rompió record de casos de suicidio y el índice sigue en aumento. La directora de Salud municipal en Guanajuato reconoció que los índices de suicidio son alarmantes y han mantenido una tendencia a la alza, que se agudizó por la pandemia, sobre todo en los jóvenes.
Otro de los problemas que enfrenta la juventud guanajuatense es la violencia homicida. Durante los últimos cuatro años, los asesinatos violentos de niñas, niños y adolescentes aumentaron un 32 por ciento. De acuerdo con datos del INEGI, en ese tiempo, 1 mil 585 menores de edad fueron asesinados. El 2018 cerró con 312 víctimas; en 2019 se reportaron 366, en 2020 la cifra de víctimas creció a 494 y para 2021 fueron 413 homicidios.
Estas cifras colocan a Guanajuato como el estado con más asesinatos de menores de edad y como el segundo en proporción por cada 10 mil habitantes, sólo por debajo de Zacatecas. Entre 2008 y 2010, cuando la llamada guerra contra el narcotráfico del entonces presidente Felipe Calderón, mientras Sinaloa reportó 157 homicidios de menores de edad, y durante 2018 y 2020 un total de 170 asesinatos violentos de niños y jóvenes, Guanajuato supera en un 600 por ciento los homicidios dolosos en este grupo de edad. Los municipios de León y Salamanca se encuentran entre los tres con más homicidios de menores de edad en el país, sólo por debajo de Juárez en Chihuahua.
La secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Sophia Huett López, informó, hace unos días, que niños de hasta once años están siendo reclutados por la delincuencia organizada y reconoció que se requiere de un trabajo más contundente para que los niños y jóvenes entiendan que hay otras opciones de vida que no sean vivir en la ilegalidad. Se habla de que son más de 58 mil menores de edad los que viven en condiciones de amenaza de ser reclutados por las organizaciones delincuenciales bajo la falsa promesa de una vida mejor.
Si bien, en todos los estados de la república existe riesgo para los niños, se ha detectado que son 7 los que concentran el 55 por ciento del riesgo, Guanajuato entre ellos. No hay duda, nuestra niñez y juventud ven cada vez más lejano cumplir sus sueños y esto los esta llevando al suicidio o, en su defecto, a enrolarse con el crimen organizado que termina arrastrándolos a ser victimas de homicidios o a terminar judicializados por cometer algún delito.
Sin duda, la terrible realidad que vive nuestra niñez y juventud, en Guanajuato y en todo el país, es resultado del abandono en que los tienen los tres niveles de gobierno. Y aunque la llamada Cuarta Transformación presume que apoya a los jóvenes a través de diversos programas sociales, lo cierto es que todos los días no enteramos, a través de los medios de comunicación, que miles de menores de edad intentan alcanzar el sueño americano y están siendo rechazados por las autoridades fronterizas de Estados Unidos (EE. UU.). Desde que Biden ocupó su cargo en enero de 2021, son unos 50 mil niños migrantes que han sido deportados, quedando a la deriva en la frontera norte. Así vemos que la repatriación de menores en Guanajuato ha aumentado un 45 por ciento.
Ante ello, nuestra lucha, desde hace 48 años, no solo es por conseguir que todas las comunidades cuenten con los servicios básicos que permitan tener a sus pobladores mejores condiciones de vida y combatir la pobreza que agobia a millones de mexicanos. Las actuales condiciones sociales urgen a que la lucha sea por crear condiciones educativas, culturales y deportivas que nos ayuden a forjar el hombre nuevo.
De ahí nuestro llamado permanente a los niños y jóvenes para que practiquen actividades artísticas y deportivas a la par de sus estudios académicos que los alejen de los vicios y adicciones y en este sentido les ofrecemos alternativas en todas las entidades federativas, convencidos que, de ellas, saldrán los hombres y mujeres que construyan un México mejor.
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