Decenas de familias de la comunidad de Barbechos, en el municipio de Mexquitic, San Luis Potosí, viven en carencia de agua potable en sus viviendas porque cuando fue construida la red de distribución de agua potable en el resto de la comunidad, estas familias no fueron incluidas como beneficiarias, por parte del comité, porque, según los integrantes, estas se encontraban en condiciones de pobreza y era inútil fijarles una cuota porque nunca iban a pagar.
La distribución de agua dentro de las comunidades de este municipio está a cargo de comités regionales compuestos por vecinos, quienes organizan labores de mantenimiento y convocan a faenas comunitarias, además de fijar cuotas a los nuevos usuarios. Para el caso de estas familias de Barbechos se les ha solicitado una cantidad de 20,000 pesos por cada toma, cantidad que, a todas luces, es irracional, pero que ellos justifican por los años de cooperación acumulados.
Ante esta carencia, han acudido a la presidencia municipal desde enero de este año para que se les apoye, así sea momentáneamente, con el servicio de pipas de agua; la respuesta fue anotarlas en una larga lista de peticionarios. Les han dicho que por cada servicio tienen que pagar de 400 a 600 pesos y hacer una espera de hasta tres meses.
El personal administrativo de este Ayuntamiento aprovechó la grave situación para burlarse de su problema y decirles que “ellos no tienen la obligación de solucionarles nada porque ellos simpatizaban con la antorcha”. ¡Vaya sentido humanista!
Sobra decir que la discriminación no solo muestra falta de sensibilidad sino también falta de eficiencia administrativa: como si burlarse de la necesidad buscara generar el desánimo en los pobladores y con ello el favor de no molestar más a los administrativos municipales. Mientras, el problema prevalece.
Desde luego, que es un problema generalizado en todo el país. Los presupuestos asignados a obra pública se han reducido considerablemente en las últimas décadas, incluido, también, en los tiempos de la Cuarta Transformación. Es de hecho, en esta administración federal que la situación se ha agravado: la inversión en infraestructura pública ha sido menospreciada para fortalecer el apoyo directo en becas y transferencias monetarias y en las obras insignes. Es decir, en México se ha priorizado la construcción de un aeropuerto, una refinería y un tren, aunque exista un buen número de mexicanos en el interior del país que necesitan con urgencia de obras de infraestructura urbana básica.
En este sentido, hasta hace apenas un mes México sufría los estragos de una sequía implacable, porque el mantenimiento de la red hídrica ha sido abandonado paulatinamente y retomarlo implicaría un elevado costo que un gobierno, que sólo tiene miras electorales, no está dispuesto a realizar.
Ante este vacío presupuestal, por años, las comunidades han tomado en sus manos mediante cooperaciones el mantenimiento de algunas redes hídricas. Pero, como se ve, resulta insuficiente ese valiente esfuerzo.
Aunque la dinámica económica de esta entidad es una de las principales en nuestro país seguimos siendo una tierra de contrastes sociales. A la par que tenemos obras de infraestructura importantes, zonas residenciales elegantes, espectáculos masivos costosos, la población, en una buena parte, sigue padeciendo de lo más estricto: agua potable, energía eléctrica, alimentación.
Es claro que desarrollar la equidad social es muy costoso, pero es más costoso para impulsar el desarrollo económico de San Luis Potosí tener a una población con carencias definitivamente inaceptables.
Por nuestra parte, acudiremos de manera respetuosa a buscar una audiencia con el alcalde de Mexquitic de Carmona para que nos otorgue una solución a este grave problema. Porque, definitivamente, el carecer de agua potable no admite aplazamientos ni discriminaciones.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario