Que llegara Morena al gobierno de México, y muy particularmente al de la Ciudad de México, marcó un punto más crítico para los mexicanos y capitalinos que habitamos el corazón del país, pues la gestión de gobiernos anteriores estuvo muy mal, pero con Morena ésta es pésima, ya que restringieron una serie de servicios, programas e instituciones que antes existían y hacían su trabajo, de modo que dejaron a los mexicanos solos con sus programitas sociales, si bien les va a los que los reciben, porque existe un amplio sector de la población que no es beneficiaria ni puede acceder a ellos.
No hay salud gratuita y tan eficiente como en los países nórdicos, tal cual, lo prometió el propio presidente Andrés Manuel López Obrador; a cambio ha empobrecido aún más el ya de por sí empobrecido sector salud, situación que quedó al desnudo con la pandemia de covid-19 en sus momentos más álgidos, seguro todo tenemos algún caso que comentar de algún familiar o conocido que falleció por no encontrar lugar en algún hospital por la saturación y falta de instrumental médico y medicamentos para brindar una atención adecuada.
A veces creo que López Obrador muy temprano se toma el elixir del alucine, que lo hace viajar e imaginar un mundo y un país paralelos en donde todo es vida, dulzura y felicidad.
Y qué decir de la Ciudad de México, aquí donde desde hace más de 25 años gobierna con la derecha la falsa izquierda, en donde el propio AMLO fue gobernador, con una gestión no gris sino color hollín, pues solo benefició a las clases altas dejando en el olvido a los más pobres, y esto quedó plasmado, más claro ni el agua, con la construcción del segundo piso, con el que dejó al descubierto sus verdadero rostro de mezquindad, él prefirió hacer la vida más cómoda de los ricos que construir vivienda para familias pobres.
Transcurrió el gobierno de otros personajes también poco importantes que, bajo la bandera del PRD, hicieron de la ciudad su minita de oro para enriquecerse y en nada beneficiaron a la ciudadanía la que siguió igual de pobre, ahora tenemos una ciudad carente de construcción de obras populares, por ejemplo de vivienda, no hay inversión en seguridad, en nivel de vida de los capitalinos va de mal en peor pues ya no alcanza para nada; con Claudia Sheinbaum, por ejemplo, durante la pandemia se perdieron muchos empleos que la señora no ha sido capaz de recuperar, ya que ni siquiera dio apoyos a quienes estaban sufriendo los embates de este horrible mal que enluto a todo el país, y en dónde la CDMX mantuvo siempre los primeros lugares en contagiados y muertes por coronavirus.
El transporte está pésimo, ya no sabes si llegarás con bien a tu destino después de abordar el metro, porque el peligro acecha con un STC en muy malas condiciones y la falta de interés en arreglarlo es nulo por parte de las autoridades a pesar de que más de 5 millones de usuarios diarios de este transporte están en riesgo. A Sheinbaum parece no importarle porque ella está más concentrada es su anticipada campaña política con gran derroche de recursos públicos, por eso sus repetidos subejercicios.
Todos los días nos enteramos o vivimos en carne propia el peligro de esta bomba de tiempo llamado metro, porque si no es una inundación, sucede una intoxicación de usuarios por el humo acumulado o ya de plano un accidente mortal, como los ocurridos el 3 de mayo de 2021, en la L-12, en donde fallecieron 26 personas y más de 100 resultaron heridas; o el que sucedió en la L-13, el pasado 7 de enero, donde falleció una joven estudiante de artes de la UNAM y también más de cien usuarios quedaron heridos, algunos de gravedad.
Y todo esto a causa de negligencia y la falta de inversión pública en mantenimiento, pero eso sí, la jefa de Gobierno sí anda supervisando que se coloquen todos los espectaculares programados, con su rostro, que se hagan todas las pintas o que se publiquen los reportajes sobre su exitoso gobierno en revistas prestigiosas que cobran grandes sumas de dinero.
Los antorchistas de la Ciudad de México, desde el inicio de la gestión de Sheinbum, hemos acudido a sus oficinas de gobierno en donde ella despacha, para darle curso a la solución de nuestro pliego petitorio en donde se enumeran una serie de necesidades apremiantes de cientos de familias habitantes de las distintas alcaldías de la ciudad, a pesar de que viven en una ciudad de “primer mundo”, tal como Claudia lo ha pregonado, justo como leía en un cartel pegado en un vagón del metro, donde decía ciudad innovadora. Como era de esperarse estas demandas no han sido resueltas y de parte de Sheinbaum, por luchar por una solución, hemos recibido ataques y golpes.
Recientemente, acudimos de nueva cuenta al zócalo capitalino en busca de solución a estas sentidas demandas sociales de las familias de la CDMX, que ni los innumerables oficios ingresados en el Gobierno de la ciudad ni las gestiones han podido solucionar, y las citas hechas con el secretario de Gobierno, Martí Batres, son canceladas minutos antes de que se lleven a cabo sin explicación alguna, así con todo el cinismo y la falta de educación que los caracteriza.
Curiosamente, esta vez que acudimos al zócalo ni siquiera nos dieron oportunidad de manifestarnos, pues salieron funcionarios a informarnos sobre una nueva cita con Batres para el próximo 22 de mayo, misma que la dirigencia aceptó, no sin antes advertir que si se vuelve a cancelar y a no resolver las necesidades de la gente más pobres, volveremos a las calles a manifestarnos, porque esa es única manera que le dejan los funcionarios insensibles y cerrados a la ciudadanía, ésta es la única manera que tenemos los más humildes para exigir lo que por derecho nos corresponde.
Porque esos funcionarios son simples administradores del dinero que, con tanto esfuerzo, aportamos a través de nuestros impuestos, y que ellos, con la mano en la cintura, deciden en qué gastarlos, y quedan muy lejos de hacerlo en cosas que realmente beneficien al pueblo pobre, sino que los gastos son para cosas de su mezquino interés personal, como la publicidad pagada para levantar su desgastada imagen, o en viajes por todo el país, como lo hace Claudia, dando conferencias magistrales para presumir los éxitos de su gobierno, cuando todos sabemos que la señora va a hacerse promoción porque a ella se le metió en la cabeza que quiere ser la sucesora presidencial y anda empecinada en lograrlo a costa de gastarse todo el erario en sus aspiraciones políticas.
Así las cosas en la Ciudad de México, mientras tanto nosotros continuaremos en nuestra lucha porque lo peor que podemos hacer es rendirnos, hay miles que nos siguen en nuestra organización social y que aprecian nuestro proyecto de país, así que no los defraudaremos. Antorcha seguirá de pie y luchando por todos aquellos que padecen triste pobreza y a los que las autoridades han hecho a un lado condenándolos a vivir en la marginación.
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