De hacer caso a la noticia publicada en El Universal el 3 de diciembre de este año que dice con el título, “Encuesta: Aprueban labor de Sheinbaum 63.2% de los capitalinos”, cualquier ciudadano medianamente informado en esta Ciudad no lo creería; y por lo menos se puede preguntar “a ver, a ver ¿cómo está esto? Si en concordancia con lo anterior se entera que la propia jefa de Gobierno ha mandado a realizar su propia encuesta de promoción con la pregunta: ¿Estaría usted de acuerdo en que Claudia Sheinbaum sea la próxima presidenta del país?, interrogante que hacen en la calle empleados de la Agencia Digital, anotando la respuesta. La Agencia Digital es una dependencia controlada en absoluto por la Sra. Claudia Sheinbaum. Y si recordamos que en tres ocasiones recientes también apareció declarando y en fotos en periódicos de talla internacional como Financial Times y The Economist, que se editan en Inglaterra, y en el editado en España, El País, indudablemente ya no le cabría duda a nuestro ciudadano que Claudia Sheinbaum se promueve a la presidencia con recursos de los impuestos de los capitalinos.
Bien contados sus hechos, sus realizaciones en estos tres años de gobernar la Ciudad más poblada de la República, realmente sus resultados son que quedó a deber casi todo a los habitantes que votaron por ella, y también les queda a deber a los que como habitantes de esta metrópoli también estaba obligada a cumplir con un buen gobierno que resolviera problemas que arrastra la ciudad por décadas. El Metro se le cayó porque no le dio mantenimiento dejando 26 muertos y más de 100 heridos, la pandemia le ganó con 52 mil 567 muertos y haciendo oídos sordos a la necesidad de pruebas anticovid suficientes en nuestra ciudad. Prácticamente no hay obra pública que tanta falta hace, no hay por la política de austeridad establecida a rajatabla por el supremo mandatario de México, sin que chistara por la Ciudad ni antes ni ahora la jefa de Gobierno.
En lo que toca a movilidad, yo ya lo he dicho en ocasión anterior, solo dos miserables líneas de cablebús que mucho festeja ella y le festejan en la prensa, mientras se agudiza el problema de un buen transporte de pasajeros para los nueve millones de capitalinos. Sigue la inseguridad pública y la economía de esta capital sigue deprimida por falta de apoyos, sobre todo a los pequeños empresarios, apoyos que a ella y solo a ella como gobierno le corresponde gestionar y ofrecer por la pandemia. Ella se propuso crear hasta un millón de empleos y solo logró que se perdieran 200 mil en la pandemia por su política errónea.
Entonces, ¿qué festeja en tres años? A no ser que sea el que siga en su puesto, porque nada de lo que ha prometido se cumplió. Para pintar con los verdaderos colores el paisaje de su gobierno hay que ver los desalojos de gente muy humilde sacada por la fuerza de sus viviendas y echadas abajo por la picota sus construcciones, y exhibiéndose en los medios con la promesa de reubicarlas. Esto sucedió hace un año en el predio Tempiluli en la alcaldía Tláhuac y las 200 familias afectadas siguen en la calle a pesar de la pandemia, y sus comisiones al gobierno no tienen respuesta, es la negativa de siempre. Y en otra alcaldía que rebosa hasta los topes de pobres, en Álvaro Obregón, el gobierno de Claudia Sheinbaum maniobró para instalar una de las universidades que publicita, expropiando los lotes de 151 familias en el predio Campos de Jalalpa y las familias esperan bajo unas carpas, en plantón, que cumpla su promesa de darles otro sitio para vivir, mientras los amenaza el fantasma de perder su escaso patrimonio. Como estos dos ejemplos de injusticia y engaños permanentes sufren en carne propia miles y miles de familias humildes en la Ciudad de México, cuyo delito es ser pobres y aspirar a una modesta vivienda. Este gobierno, como casi todos, los utiliza solo como carne de urna con los programas sociales, pero no es destinataria a la hora de exigir una vida mejor, más humana, el gobierno de Claudia Sheinbaum les responde cínicamente con engaños y maltratos.
Los habitantes de esta urbe aprenden en las penosas dificultades que viven que el único modo de no permitir las burlas de los de arriba, de los que tienen autoridad y mando y que coronan todo con el manejo arbitrario del presupuesto, de los impuestos de todos, aprenden que es la exigencia por todos los medios legales, su derecho a que les resuelvan sus justas y alcanzables peticiones.
La exigencia unida de todos se consigue con la organización y la lucha, organizados y luchando hombro con hombro como un solo hombre. Éste es el llamado que Antorcha lanza a todos los sobajados por las autoridades. El individuo solo no vale nada, organizado es la única defensa que tiene frente a los que no tienen la atención y solución a sus carencias.
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