La sequía es un problema que ha aumentado en los últimos años. La contaminación ambiental ha detonado un impacto irreversible en el ecosistema que afecta a toda la población, pero como es sabido siempre repercute en los sectores más humildes.
Si bien, el deterioro ambiental es algo que desde hace años ha desatado una intensa campaña mediática, hoy es una realidad a la que nos enfrentamos. El modelo económico que predomina y cuya principio guía es la ganancia, nos ha enfrentado a una de las peores consecuencias: la sequía.
Los periódicos locales y nacionales ya informan sobre la terrible falta del agua en la que viven ciertos sectores del país, el problema es grave y la solución dependerá de las medidas que cada gobierno pueda realizar. En este tema el norte no es la excepción, pues los campesinos que son los primeros en resentir estas graves consecuencias ya han declarado una pérdida inminente en sus cultivos, lo que acarrea graves problemas para todos.
Los gobiernos deberían entender que antes de ganar el poder y crear leyes que sólo benefician a unos cuantos, el tema del agua es uno de los más importantes.
Los campesinos han optado como una medida desesperada para salvar parte de sus cultivos, por uno que sea más resistente a la sequía. La siembra del sorgo en lugar del maíz como una medida para reducir la necesidad de agua. Sin embargo, en Tamaulipas existe una fuerte disputa precisamente de agua en la región 026 que comprende la región fronteriza y que es especialmente para el riego de este cultivo.
Esto es un problema, pues Tamaulipas es uno de los principales productores de este grano en el país. Vivimos momentos difíciles y críticos, donde el agua como el vital líquido que es se está acabando; lo peor es que a este paso también estará afectando a un sinnúmero de sectores que dependen del abastecimiento del agua y esto a su vez afectará a la población de forma directa.
Por ejemplo, en la producción agrícola, con la disminución de granos, provocará la baja producción de alimentos balanceados; además, estos a su vez aumentarán su precio y la producción como la carne, huevo, leche y sus derivados. La falta de producción de maíz afectará el precio de la tortilla, y su impacto irá directo al bolsillo de los trabajadores, pues es el alimento universal del mexicano.
Como vemos, la falta de agua también empieza ya a afectar en los hogares, pues para los quehaceres es muy indispensable. Sin el agua son pocas las cosas que podríamos realizar, y en algunas colonias de las principales ciudades más pobladas ya se está resintiendo el problema.
Es necesario que los gobiernos atiendan el problema; que nuevamente se arme una campaña nacional para su cuidado y la creación de políticas para que las grandes empresas que contaminan el agua sean castigadas y que la ley sea efectiva para sancionar a quienes no las cumplen. Además, es necesaria la creación de programas para el tratamiento de agua de lluvias, su almacenamiento y reutilización, así estaremos contribuyendo con una buena parte.
Cuidar el agua depende de todos, pues la supervivencia del ser humano depende de ello. El problema es grave y los gobiernos deberían entender que antes de ganar el poder y crear leyes que sólo benefician a unos cuantos, el tema del agua es uno de los más importantes, pues de aquí se desprende un gran número de problemas que difícilmente se podrán contrarrestar sino se actúa en consecuencia.
Es necesaria entonces la colaboración de todos, la exigencia a una sola voz para evitar momentos críticos como ya se viven en otros países. Es tiempo de actuar; es nuestra obligación y debemos hacerlo; de otra forma, cosas muy inhóspitas nos esperan.
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