En lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador han desaparecido casi todos los programas que había de apoyo a la población, se han implementado muy pocos nuevos y éstos, juzgue usted, sin pies ni cabeza. Tal es el caso del que hoy está terminando con algunos de los mantos acuíferos en nuestro municipio Villa de Arriaga: el programa Sembrando Vida que se dijo tenía como objetivo ayudar a los campesinos y al medio ambiente, reforestando para ayudar al ecosistema, sobre todo nuestro suelo que está muy degradado por la tala de árboles y que, por no tener con qué más alimentar a su ganado, los campesinos han utilizado desde siempre al nopal, los mezquites, el maguey, la palma, etc. para la subsistencia de éste.
Como teoría, lo anterior no suena mal. Sin embargo, en la práctica, las cosas sucedieron de otra manera, pues aparentando “ayudar a los productores” con beneficios económicos a través de dicho programa, éste ha causado mucho más daño que beneficio, al grado de que los mismos productores se ven en la necesidad de sacrificar sus propios bienes, pues la primera regla del mismo es que los árboles otorgados por el programa federal que son sobre todo mezquites, huizaches, deben de cultivarse en terrenos fértiles, de labor, que antes estaban destinados para la siembra de maíz, frijol, cebada, avena, trigo, sorgo etc., afectando con ese cambio tanto a la economía, como a la propia subsistencia de las familias campesinas, al tener que ocupar directamente las parcelas productivas que antes se ocupaban para la siembra de especies consumibles.
Además, el mantenimiento que necesitan dichas plantas requiere agua constantemente; porque se debe regar la planta de mezquite una vez por semana durante los calurosos meses de mayo a septiembre, y dos veces al mes el resto del año. Tales regadíos son hechos por los productores constantemente y por eso disminuye la cantidad de agua para el uso doméstico, por lo que, de seguir así, afectará sin duda, la existencia de nuestros mantos acuíferos, pues cada vez es mayor la escases del vital líquido. Pero no por culpa de los campesinos sino del programa, pues éstos tienen la necesidad de acudir a obtenerla de donde se puedan, pues el chiste es extraerla para darle mantenimiento a las plantas y así poder obtener el apoyo económico que mensualmente ofrece Sembrando Vida, que por cierto no es otra cosa, sino la forma de comprar voluntades con dinero del erario público para tener votos cautivos en el campo, de tal manera que en las próximas elecciones voten por los candidatos de la 4T y sus partidos aliados, partidos paleros, partidos máscara, que le prestan sus siglas y colores a los caciques de siempre, que son los que han sumido a los municipios en la miseria y el abandono ancestral.
Por eso debemos hacer conciencia y evitar que por culpa de esos programas sigan habiendo más escasez de agua en nuestro Municipio, exijamos en todo caso al Gobierno federal que utilice los recurso para obras de infraestructura que no afecten nuestros mantos acuíferos, y en el caso de éste, que no sea una regla afectar parcelas productivas para la siembra de estas especies que bien pueden reforestar tierra yerma, pues con las reglas vigentes se afecta la producción de granos necesarios para el alimento de la población, además de que se consume inútilmente el agua de nuestros mantos para llenar de mezquites y huizaches parcelas productivas que, además, cuando termine este gobierno, tendrán que desmontarse para volver a hacerlas cultivables, pues por simple lógica, está claro que los primeros pobladores para poder ocupar sus parcelas en sembrar lo que necesitaban para comer, tuvieron que ganárselas al monte, tuvieron que limpiarlas de mezquites y hizaches, y que además para que éstas especies crezcan y se vuelvan maderables tendrán que pasar alrededor de 30 años, lo que es un completo contrasentido, salvo para quienes quieren comprar votos por anticipado para seguir gobernando, aunque al pueblo sea el que tenga que pagar los altos costos de sus ambiciones. No hay más.
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