En días pasados se suscitaba en la Cámara de Diputados y posteriormente en la Cámara de Senadores una batalla de índole partidista, donde el frente del partido en el poder Morena y sus aliados buscaban a toda costa la extinción de 109 fideicomisos que a su parecer no tenían ninguna razón, pues su utilidad era utilizarlos de caja chica por los gobiernos anteriores.
Tal reflexión es un análisis burdo para aquellos que durante los dos años de gobierno que tienen en el poder, pues pareciere que no saben otra forma de justificar las incoherencias que realizan o en su caso la falta de conocimiento en las normas y procedimientos que rigen al país los convierte en simples lacayos al servicio de un mandatario ruin.
Para esto es importante entender los que significa un fideicomiso, cuál es su función y cuándo se puede ejecutar, una vez comprendiendo estos puntos se darán cuenta que fue un grave error la eliminación de estos Fideicomisos.
Un fideicomiso es un dinero destinado para la ejecución de eventualidades no programadas pero si contempladas, las cuales surgieron debidamente conforme la norma y el código constitucional vigente.Un ejemplo práctico de un fideicomiso es el Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden), instrumento que utiliza la Secretaría de Gobernación para auxiliar a la población que se encuentra en peligro de ser afectada por un fenómeno natural, o que ya ha sufrido las consecuencias del mismo.
Por tanto es uno de los fideicomisos más importantes con que cuenta nuestro país, pues esos recursos se utilizan para compra de agua embotellada, alimentos, ropa, artículos de limpieza y aseo personal en caso de una emergencia, además cuenta con recursos para reconstruir viviendas y reparar la infraestructura dañada por los efectos de un desastre natural.
Ahora bien, es preciso comprender que estos fideicomisos son de suma importancias, pues son pensados para situaciones futuras, pues la cultura de la prevención es la mejor arma contra los desastres naturales.Sin embargo, el Gobierno federal ha realizado la extinción de 109 causando un duro golpe a las y los mexicanos los cuales quedamos expuestos, pues al no tener estos mecanismos provisorios, nos convertimos en presas fáciles.Por lo que es preciso entender el trasfondo del tema, la realidad concreta del asunto, pues el Gobierno federal y sus lacayos legisladores saben que esta maniobra de extinción es más bien una bocanada de oxígeno para la 4T, pues las finanzas del país se encuentran en etapa crítica ante una mala planeación del Presupuesto de Egresos y una proyección desproporcionada de sus proyectos faraónicos que de entrada aumentaron sus costos, pues tan solo el Tren Maya incrementó su gasto en 17 millones de pesos más.
A esto le agregamos que sus programas clientelares siguen ejecutándose buscando así apoderarse de la voluntad de los jóvenes buscando ser bien visto entre ellos han minado la raquítica economía mexicana, que por cierto decreció al 21%.Aunados a estos gastos se debe de contemplar el gasto que costará la elección del próximo año, en fin el escenario no parece el indicado para la 4T.De ahí la importancia de recaudar dinero a como dé lugar, no hay otra solución, pues la extinción de estos fideicomisos será un ingreso que le permita al gobierno hacer frente a sus compromisos, dejando expuestos a los mexicanos.
Pero… regresando al tema del Fonden, en esa misma semana que concluyeron los legisladores la extinción de los Fideicomisos se presentó el huracán "Delta", el cual provocó graves daños en el estado de Quintana Roo y una vez extinto el Fonden cómo ayudarlos y en pregunta abierta a López Obrador sólo se concentró en decir que "aunque el Fonden ya no existe, se buscará apoyar a los damnificados".
Por todo lo anterior, es necesario que las y los mexicanos formando un frente nacional amplio, que defienda en todo momento los verdaderos intereses de un pueblo organizado, que defienda en todo momento la Ley y la razón como pilares fundamentales de nuestra Constitución y el Derecho como garantía absoluta.La extinción de estos 109 fideicomisos quedará como antecedente de lo que parece ser un gobierno ocurrente, pasando a convertirse en el más retrograda de los últimos 50 años.
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