En estos días la información dada de manera alarmante por los medios de comunicación de “Occidente”, por ejemplo, la BBC, las cadenas de información francesas como France Info y también medios mexicanos, como El Universal o el portal de Sinembargo), señala con videos, artículos y hasta mapas, que Rusia está provocando la hostilidad de las potencias de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de Estados Unidos. Señalan que Vladimir Putin ha movilizado más de 100 mil hombres a su frontera con Ucrania y esgrimen argumentaciones de “expertos” para inducir al público a la conclusión de que estamos ante los inicios de una guerra de ocupación sobre el oeste europeo o a las puertas de una “tercera guerra mundial” para doblegar a los países europeos.

Pero las afirmaciones de los medios informativos no se verifican sino como una justificación mediática de las intenciones declaradas por las propias potencias Occidentales: el presidente norteamericano Joseph Biden acusó a Rusia de querer atacar a Ucrania y señaló que está dispuesto a responder fuego con fuego, y la OTAN no ha retrocedido en su oferta de otorgar una membresía a Ucrania.

Como dice el periodista Thierry Meyssan, la prensa occidental no puede seguir las relaciones de Occidente con Rusia porque las segmenta, dando así información tergiversada al público. En ese sentido, se oculta que la movilización de tropas rusas es simplemente una respuesta a la negativa de las potencias occidentales a respetar los acuerdos internacionales que ellas aceptaron, especialmente la Carta de las Naciones Unidas. La OTAN nació en 1949 y desde entonces ha sido una amenaza militar deliberada contra Rusia. También, tras la caída de la Unión Soviética se ha violado el principio de autodeterminación de los pueblos de la Carta de las Naciones al incluir automáticamente bajo la protección militar de la OTAN a Estados soberanos que se integran a la Unión Europea, sobre todo a aquellos antiguos miembros de la Unión Soviética que son actualmente vecinos de Rusia. Esta misma política de amenaza incesante desde hace más de 70 años se reproduce ahora, porque con la oferta abierta de incluir en la mesa de la OTAN a Ucrania, que está proponiendo localizar bases militares a unos minutos de vuelo de Moscú.

En resumen, el equilibrio no está en peligro porque los rusos quieran extenderse hacia el oeste. El peligro de guerra es culpa de las potencias Occidentales que están violando, una vez más, el equilibrio diplomático que ellas mismas aceptaron. Los medios de comunicación mienten: Rusia no busca una guerra mundial, ni una invasión; los rusos en realidad se están protegiendo de los verdaderos invasores.