Lo que pareció un rayito de esperanza para las familias de los mineros caídos en diversas minas de Coahuila, una vez que el presidente de México y promotor de la llamada Cuarta Transformación Andrés Manuel López Obrador, llegara a una de ellas para tomarse la foto y en una estancia brevísima prometer que rescataría los cuerpos de esos lugares, incluyendo a los que quedaron atrapados en Pasta de Conchos, se ha convertido en otro artero engaño por parte del mandatario emanado de las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
En la región carbonífera, recuerdan mucho al Presidente, pero no con agrado, sino con sobrado rencor y lo llaman mentiroso. Lo catalogan como un político que ha utilizado el dolor de los mineros para acrecentar su populismo, haciendo promesas que nunca cumplirá y manteniéndose alejado de toda esa gente que sigue viviendo en la más espantosa de las miserias, que continúan sucumbiendo a los derrumbes de minas, sobre todo de los llamados pocitos, que funcionan sin la seguridad necesaria.
Es evidente que se requiere de amplios recursos que permitan mayores acciones en favor de todos los habitantes de la región carbonífera, pero desgraciadamente, los dineros se han destinado a la realización de las obras suntuosas del mandatario mexicano.
En este sentido, la promesa incumplida de López Obrador ha generado sobradas críticas a nivel nacional, mientras que él sigue mintiendo y utiliza las “mañaneras” para asegurar que quienes lo cuestionan por esos hechos son sus enemigos, son parte de la corrupción del pasado que, según él, ya ha logrado desterrar del país, sin que eso sea verdad.
Los reclamos no cesan, ya que mientras el señor Presidente desde sus cómodas habitaciones en Palacio Nacional, se la pasa promoviendo a sus “corcholatas” para ver cuál de ellas logra convertirse en su sucesor, la tristeza y el desamparo persisten en la región minera de Coahuila.
Aún se recuerda el cuestionamiento que se lanzó hacia el presidente mexicano tras el derrumbe que se registró en una mina de Sabinas, señalando que prefería ayudar a sofocar el fuego en Cuba, en lugar de rescatar a los 10 mineros que quedaron atrapados en uno de esos reductos.
Han sido más de 80 mineros de Coahuila, los que han fallecido desde que tomaron las riendas de la Nación los morenistas, trabajadores que realizan esas labores sin los equipos de seguridad respectivos, que entregan su vida como parte de una herencia que viene desde sus ancestros con tal de generar más electricidad y donde el gobierno federal ha legislado en favor de que se utilice más de ese “carbón coquizable” hoy llamado “carbón rojo” por estar manchado con la sangre de los mineros.
Como se recordará El Heraldo de Saltillo, publicó el 14 de febrero de 2022 un reportaje con el cabezal; “Rescate en Pasta de Conchos, la gran promesa incumplida”, una vez que López Obrador, se comprometió a rescatar a los 63 mineros fallecidos en la explosión de febrero de 2006, sin siquiera haber iniciado con los trabajos y únicamente removiendo el dolor de la gente.
Han sido más de 80 mineros de Coahuila, los que han fallecido desde que tomaron las riendas de la Nación los morenistas, trabajadores que realizan esas labores sin los equipos de seguridad respectivos
En esta región, los habitantes de todas las edades, no tan solo se enfrentan al dilema de esperar el retorno diario de los mineros, la pobreza se respira por los poros ante la falta de opciones de desarrollo como podría ser la diversificación de empleos o cultivos.
Se carece de lo más indispensable para la subsistencia de cualquier ser humano y brillan por su ausencia cualquier tipo de apoyos que pudiesen provenir del gobierno federal, no se tienen servicios médicos ni medicamentos, tampoco se han destinado recursos extraordinarios para fortalecer la educación, mucho menos existe promoción económica de la llamada 4T para la llegada de mayor número de inversionistas, en una palabra, pareciera que las familias mineras no existieran para el señor Presidente, dejando que los coahuilenses se rasquen con sus propias uñas en un revanchismo político absurdo por pensar diferente al inquilino de Palacio Nacional.
Ya se ha dicho que el gobierno de la 4T ha mantenido oídos sordos mientras el colapso económico se hace presente en la región carbonífera, donde ya está causando estragos el desempleo y la miseria, sin que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) haya firmado en tiempo y forma el contrato respectivo para la adquisición del carbón que en esa zona de Coahuila se genera y que es el motor principal para la subsistencia de las familias.
Esa situación generó la pérdida de alrededor de 4 mil empleos directos, donde el Presidente de México ha hecho como que actúa en la solución de tan grave conflicto, pero solo por encimita porque supuestamente gira instrucciones que no llegan a cumplirse, en medio de falsas esperanzas para los coahuilenses a quienes ha mentido.
Lo más triste de ese asunto es que se está dejando a miles de familias sin el sustento diario, sin empleo, y la pobreza -que ya de por sí se tenía en esa región- se ha acentuado de forma espantosa, mientras los promotores de la Cuarta Transformación en México siguen guardando silencio, sin mover un dedo para salvar de esta tragedia a sus compatriotas.
El claro ejemplo de los graves errores cometidos por quienes pertenecen a MORENA se puede observar desde la región carbonífera de Coahuila, sus fallas están costando muy caro al pueblo de México, engendrando mucho mayor miseria que la que se tenía a su llegada al poder.
De ese tamaño ha sido y es el engaño del presidente mexicano hacia las familias mineras de Coahuila, lanzando promesas que nunca se habrán de cumplir pero que han servido para aderezar el discurso populista de los morenistas, de esos que no se imaginan siquiera como se deja la piel en la tierra al escarbar con las manos para lograr un simple kilo de carbón, de esos que no se llenan el rostro de negro, pero que se han atrevido a mentirle a sus compatriotas aunque se manchen de negro la memoria.
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