El 2 de agosto el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció a través de los medios de comunicación con bombo y platillo, como logro propio, el incremento del 28 por ciento de las remesas que envían los mexicanos radicados en el extranjero, particularmente en los Estados Unidos de Norteamérica a sus familias, uno de los mayores ingresos del país. Según datos proporcionados por el “Anuario de Migración y Remesas México”, el Consejo Nacional de Población (Conapo), la Fundación BBVA y BBVA Research México, pese a la contingencia sanitaria, las remesas crecieron 11.4% superiores a las enviadas en 2019 y llegaron a 40,601 millones de dólares durante 2020.
De acuerdo con esta información, México es el tercer país que más recibe remesas en el mundo, superado sólo por India y China y se estima que en 2021 las remesas llegarán a los 49,400 millones de dólares, con incremento del 21.7%. Por otro lado, en 2020 se observa una dependencia a las remesas como porcentaje del PIB en México nunca vista desde 2003, ubicándose en 3.8% destacando que cinco entidades federativas tuvieron más de 10% de dependencia de las remesas: Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Zacatecas y Nayarit.
“El año pasado se incrementaron las remesas, lo que envían nuestros paisanos de manera considerable. Fueron remesas récord. Es la principal fuente de ingresos que tiene nuestro país. Entonces, eso nos ayuda muchísimo porque ese dinero llega de manera directa abajo, a 10 millones de familias en todo el país, a razón de 350 dólares por familia mensual y eso reactiva la economía abajo. Eso y lo que destinamos nosotros en programas de bienestar fortaleció la economía popular y no se produjo una crisis de consumo”, dijo, y agregó, “Ya en firme, con datos del Banco de México, enero y febrero 21% de incremento y nosotros con las proyecciones que tenemos de marzo nos da lo mismo”.
Sin embargo, el incremento de las remesas no tiene nada de novedoso, es de alegrarse sí, que las familias mexicanas reciban recursos para cubrir sus principales necesidades, como alimento, vestido, educación, servicios, y en primerísimo lugar para la salud, que en estos tiempos de coronavirus es en lo que más gastan, pero por ninguna parte se ve la aportación del gobierno federal que representa López Obrador.
Si comparamos los millones de dólares que significan las remesas con el porcentaje que representa el crecimiento económico de México, la cantidad de empleos generados y la inversión pública y privada en ramas de producción estratégica, los resultados no favorecen al gobierno federal en modo alguno, por el contrario, la brecha se ahonda al medir los resultados del gobierno. México expulsó a la población económicamente activa más productiva por no generar empleos, que inmediatamente en Estados Unidos es captada en áreas esenciales como la agricultura o la industria o en el sector servicios.
Las familias de los queretanos que trabajan en Estados Unidos recibieron remesas por 67.5 millones de dólares, de San Juan del Río 22.73 millones de dólares, de Amealco de Bonfil, 1.69 millones de dólares y Jalpan de Serra 15.86 millones de dólares, y según la Comisión de Asuntos del Migrante de la Legislatura local plantea instrumentar el programa “3x1 Migrante”, del gobierno de la república a cargo de la Secretaría de Bienestar para realizar proyectos de desarrollo en sus poblaciones mediante la aportación de recursos, es decir que con el dinero de los emigrantes se hagan obras de infraestructura básica y servicios en sus comunidades ¿Y los gobiernos qué hacen, qué aportan?
¿Qué festeja el presidente López Obrador?, ¿Cuál es su esfuerzo y su mérito?, ¿Presume su ineficacia y malos resultados?, ¿Presume la venta de la fuerza de trabajo de los hombres y mujeres más productivos de nuestro país, muchos de los cuales terminan su vida, secuestrados, ahogados al cruzar el Río Bravo o por insolación, abandonados por los coyotes? Esto no sólo es hacer caravana con sombreo ajeno sino vergonzoso para un presidente de México.
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