La educación en México se encuentra en verdaderos aprietos, después de que en el ámbito educativo el gobierno llamado de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, no le ha dedicado el proyecto adecuado, condenando a los mexicanos a retornar a clases presenciales con un mar de carencias, no tan solo con escuelas destruidas y sin servicios, sino también con la nula posibilidad de cumplir con cuotas, uniformes y útiles que son sumamente costosos e inalcanzables para las familias pobres del país.
En contraparte es permanente la exigencia de los directivos en los centros educativos, ya que aquellos alumnos que no cumplan con la cuota no podrán ingresar a la escuela, prevaleciendo además la vergüenza por no contar con la vestimenta adecuada, con uniformes para deporte, el diario y de gala.
Desde la pandemia Covid-19 los centros educativos de México fueron saqueados y destruidos en amplio número, en cada una de las entidades del país ha prevalecido el abandono del gobierno federal para la reconstrucción y acondicionamiento de dichos lugares, siendo los gobiernos estatales y municipales quienes han debido hacer lo propio a pesar de que la 4T les arrebató recursos millonarios que de acuerdo a los datos obtenidos, se han destinado a la realización de las obras faraónicas del mandatario mexicano.
Es falso que la educación sea gratuita para los mexicanos, principalmente para los núcleos desprotegidos y el sistema de becas que se aplica por los tres órdenes de gobierno resulta inalcanzable para por lo menos cubrir colegiaturas, no se diga para todo aquello que se exige en las escuelas por parte de maestros y directivos.
El empobrecimiento de las familias de la Nación frente a la inflación se puede sentir ampliamente desde el ámbito educativo, donde además se ha encarecido el transporte urbano que es utilizado por millones de jóvenes para acudir a la escuela, aunado al elevado costo de productos de la canasta básica y servicios.
Lo más grave es que alrededor de 5 mil 500 escuelas de diversas entidades del país, siguen trabajando en ruinas, sin los implementos necesarios ni agua potable o energía eléctrica, con ventanas rotas y techos con goteras que se han visto afectados por las lluvias.
Frente al arranque del nuevo ciclo escolar en México, han sido muy pocos los centros educativos reestructurados, por lo que es evidente que los jóvenes acudirán en esa situación a clases presenciales, a la vez que prevalece el adormilamiento del gobierno federal en ese sentido, donde la secretaría de Educación Pública se regodea del retorno a clases pero no habla de las condiciones lastimosas en que se está haciendo.
Así es como se está forjando el futuro de nuestros hijos, con escuelas sin puertas y ventanas, sin energía eléctrica ni agua potable, con Las paredes que anteriormente estaban pintadas con lindos dibujos ahora grafiteadas, los pequeños lavabos especiales para los menores arrancados al igual que los cables de energía, los aparatos de aire acondicionado también fueron robados.
Para millones de alumnos mexicanos el retorno a clases presenciales será muy triste, primero porque la inflación se ha encargado de generar mayor número de familias en la pobreza o miseria extrema, careciendo de recursos para adquirir lo más elemental, segundo porque tendrán que estudiar en esos lugares destruidos, vandalizados, sin servicios ni equipo educativo que permita a los maestros brindar una mejor enseñanza.
Los padres de familia organizados en comités han sido quienes se han encargado de reconstruir algunas escuelas, sin embargo no es suficiente porque también se piden cuotas extraordinarias que son imposibles de cubrir por las familias, debido a la grave situación económica que se está viviendo.
Asi será nuevamente el retorno a clases presenciales en México, con enormes carencias, mientras el glorioso gobierno sigue asegurando que en el país las cosas marchan sobre ruedas, que todo está bien, que no falta nada.
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