En días pasados el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, anunció el regreso a clases presenciales en todos los niveles educativos.
Es de observarse que desde el inicio de la pandemia uno de los sectores que se vio más afectado y que está sufriendo los efectos de esta crisis es el de la educación, pues esta vino a descubrir la gran desigualdad que existe en nuestro país, por un lado estaban los que tenían todas las condiciones para trabajar a distancia contando con las herramientas de la tecnología y, por el otro, se encontraban los que no tenían acceso a un dispositivo que les permitiera tomar sus clases a distancia.
Con el regreso anunciado por el presidente y por las autoridades educativas, esta desigualdad se verá nuevamente reflejada más duramente en el sector educativo, pues existen escuelas que no tienen las condiciones y ni siquiera cuentan con los servicios básicos como electricidad, agua, drenaje, sanitarios, etc.
En cuanto a la infraestructura de las escuelas de acuerdo con el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Educación que elaboró el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), una quinta parte de los alumnos que asisten a educación básica enfrentan problemas de disponibilidad de infraestructura al no contar con servicios básicos en sus escuelas y, una sexta parte, al no tener mobiliario básico. En el caso de Educación Media Superior (EMS), 28% de los planteles no cuentan con agua todos los días, 2% no cuenta con energía eléctrica y a 69% le faltan muebles en al menos una de las aulas. Esta es una realidad que afecta a diversas escuelas en nuestro país.
Ante esta situación resulta importante resaltar que el presupuesto para el 2021 en educación ascendió a 338 mil millones de pesos, lo que representa el 5.37% del presupuesto total. En relación con el gasto educativo aprobado en el PEF 2021 aunque tuvo un ligero crecimiento, presentó un recorte de 1.3 % en comparación con el gasto educativo ejercido en 2019. Si lo comparamos con los sexenios anteriores comprobamos que, pese a la retórica del Gobierno de la 4T, en realidad ha venido decayendo el porcentaje destinado con respecto al gasto total, el cual siempre va en ascenso. Además, es importante considerar la eliminación de 13 programas, sobre todo de educación básica y los recortes planteados a 40 programas más, al tiempo que el rubro de infraestructura educativa anticipa un recorte real de 29.7%. Todo esto en un contexto de crisis sanitaria por la Covid19, que demanda atención y recursos para infraestructura sanitaria y de higiene, como podemos notar este presupuesto careció de una estrategia de atención a la educación a distancia por la covid-19.
Desde antes de que iniciara la pandemia, jóvenes organizados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez en el sur de Veracruz y en todo el estado, habían venido denunciando estos recortes a la educación y la nula atención de las autoridades educativas estatales en las escuelas por el abandono de distintas obras en todo el estado. Tal es el caso de algunas escuelas que se encuentran en la sierra de Soteapan, Tatahuicapan y de algunas colonias de la ciudad de Coatzacoalcos donde existen diversas obras abandonadas desde el 2016, a pesar de las diversas gestiones realizadas por padres, estudiantes y maestros, las autoridades educativas han hecho caso omiso para cambiar la situación.
Con el regreso a las clases presenciales anunciado, piden que se tome todas las medidas recomendadas por el sector salud y que los maestros se hagan responsables de cuidar los protocolos, pero estas condiciones no se pueden cumplir si no se atienden las necesidades que se tienen en cada uno de los planteles educativos de la entidad. Es obligación de las autoridades educativas salvaguardar la seguridad e integridad de los estudiantes y desde aquí los hacemos responsables de lo que pueda ocurrir por no atender a este sector de la población.
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