Llevamos los antorchistas sinaloenses tres semanas solicitando por diferentes medios, prensa, radio, redes sociales, al gobernador Quirino Ordaz Coppel, su urgente intervención para dar solución a necesidades de vivienda y pequeñas obras de infraestructura que su gobierno se comprometió a resolver en colonias, escuelas y poblados rurales. Nos consta que el gobernador ya tiene conocimiento de nuestra petición y reclamo y a pesar de ello no interviene, ni da instrucciones a funcionarios para que atiendan y resuelvan. ¿Qué hace falta para que el licenciado Ordaz Coppel actúe? ¿Por qué no lo hace?
¿Es que acaso los antorchistas cometemos una ilegalidad al pedir obras y servicios? ¿Es que lo que se solicita significa miles de millones de pesos? ¿Se piden lujos y no cosas elementales y necesarias?
Ni lo uno ni lo otro. Nuestra petición de obras y servicios está fundada en el derecho de petición consagrado en el artículo 9 constitucional y en el derecho de organización tutelado en el artículo 8 de nuestra ley de leyes. Tampoco significan las peticiones inversiones imposibles de cumplir, hablamos en total de 40 mdp, ni el 3 por ciento de lo que gastó su gobierno en la construcción de estadios de futbol y béisbol, siendo estos negocios privados. No hay pues comparación alguna, son obras de elemental necesidad, avaladas por las instancias correspondiente, al grado que todas tienen proyecto ejecutivo en manos de la Secretaría de Obras públicas a cargo de Osbaldo López Angulo y de la Comisión de Vivienda.
La dotación de solares a familias de escasos recursos, es de justicia elemental, pues los bajos salarios que perciben los trabajadores no les permiten endeudarse de por vida con las empresas inmobiliarias que otorgan vivienda a precios de oro.
¿Como entender la actitud de la primera autoridad en el estado? Le está apostando a que nos cansemos y desistamos de nuestras justas peticiones? ¿a que pasen las elecciones y que ya todo quede en el olvido? O bien que su actitud obedezca a una irracionalidad política solo porque no somos sus incondicionales, solo porque nos atrevemos a alzar la voz después de tanta indiferencia de sus altos funcionarios.
El gobernador debe entender que ni es Dios ni es rey, y que en los tiempos de democracia la autoridad debe gobernar para todos y no solamente para la inversión privada, para los pudientes. Los pobres somos los que más impuestos pagamos y por tanto tenemos derecho a una vida mejor, a que se destinen recursos provenientes de esos impuestos para mejorar las condiciones de vida.
La lucha continuará, de eso no hay duda, pues no tenemos otra alternativa más que insistir por todas las vías legales posibles y esperar que el licenciado Quirino Ordaz Coppel se sensibilice, deje de ver a los antorchistas como sus enemigos, pues no lo somos, al contrario, fuimos promotores de su entonces candidatura y a él le consta, y por lo tanto no merecemos ese trato discriminatorio. Una vez más apelamos a su sensibilidad política, a su buen oficio de gobernante, y esperamos buenas respuestas.
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