Hace unos días, en el municipio de Pueblo Nuevo fue asesinado el pasante de medicina Eric David Andrade Ramírez, joven de 24 años que cumplía su servicio social para lograr su titulación. La indignación no se hizo esperar, sus compañeros de medicina de la Universidad Autónoma de Durango, respaldados por estudiantes de la UJED y otras instituciones, se han manifestado en varias ocasiones para exigir justicia y que la Fiscalía General del Estado mantenga informada a la familia de los avances de la investigación.
Nuevamente quedan al descubierto las graves deficiencias que el sector salud padece de hace mucho tiempo, pero ahora agravadas por el deficiente manejo de la pandemia que ha llevado a la muerte a más de 500 mil mexicanos, la desaparición del Seguro Popular, la creación del inútil Insabi y las medidas de austeridad del Gobierno federal, que rayan en una negligencia criminal, la salud pública es un completo desastre, en el IMSS e ISSSTE, son ya recurrentes la falta de medicamentos, falta de personal. Para lograr una cita con un especialista o la programación para una intervención quirúrgica, pueden pasar meses.
Son más de tres años que más de 20 mil menores de edad en todo el país con problemas de cáncer no reciben atención médica ni medicamentos.
Además de la fragilidad laboral y los bajos salarios para el personal de salud, el gobierno ahorra recursos para la contratación de personal médico, enviando a estudiantes de medicina a realizar su servicio social a las zonas más alejadas e incomunicadas y por lo tanto más inseguras.
Son miles de estudiantes de medicina realizando su servicio social, desplegados por todo el territorio nacional sin ninguna protección, las manifestaciones de los estudiantes están completamente justificadas, exigen que se elimine el servicio social en zonas de alto riesgo y que se les garantice la seguridad necesaria para que no se repitan más hechos violentos.
La respuesta del Gobierno Federal no se hizo esperar, no están de acuerdo en que se elimine el servicio social, porque implica invertir más en la contratación de personal de salud y garantizar la protección necesaria para que se brinde un servicio de calidad a toda la población, sobre todo a la más marginada.
Para que se escuche la voz de los estudiantes de medicina es necesario que su indignación la canalicen convocando a todos los estudiantes de las universidades y elaboren de manera coordinada un plan de lucha a nivel nacional, para mejorar las condiciones educativas de todos los estudiantes y si lo requieren las circunstancias, convocar al pueblo trabajador para ampliar la lucha.
Para que no se repita una tragedia más, se necesita despertar a los estudiantes, las autoridades, aunque siempre lo niegan, solo resuelven cuando el pueblo organizado se moviliza y lucha.
Las acciones del gobierno para detener la violencia en nuestro país han sido un fracaso, la política de abrazos no balazos, que todavía nadie puede explicar que significa, no funciona. Las acciones de gobierno deben evaluarse constantemente y revisar sus resultados, lo que no funciona se debería corregir, este gobierno está por cumplir cuat haciendo lo mi Ku un mismo.
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