El escaso nivel de lectura veloz comprensiva, así como de escritura correcta, mostrado por los alumnos de los primeros grados que atiendo como profesora de Ciencias Sociales en el nivel medio superior, es algo sumamente grave que ha sido tendencia en los últimos cinco años. Por eso decidí abordar algunos puntos de vista acerca de esta problemática.
Los alumnos muestran escasa velocidad y comprensión de lo que leen, lo mismo que una escritura incorrecta en sus trabajos académicos, lo que trae consigo no sólo limitaciones para su correcta y adecuada comunicación, sino principalmente serias limitaciones para sus aprendizajes y, por consiguiente, en su desempeño académico y rendimiento escolar.
Es triste y poco alentador llegar al aula y ver en el pizarrón escritos mal hechos o con faltas de ortografía, que los mismos docentes escriben de manera incorrecta para sus notas de tarea y para los apuntes de los estudiantes.
Estas limitaciones en la lectoescritura de los estudiantes, manifestadas en una lectura lenta y una escritura deficiente, sin formas adecuadas y sin técnicas, son ocasionadas por diferentes factores.
Entre tales factores destacan sus escasos hábitos de lectura y de escritura, motivados por el insuficiente desarrollo y práctica de estas destrezas básicas, debido a la poca importancia que le dan y al destinar sus tiempos de estudio y libres en distracciones poco provechosas, tales como internet, juegos electrónicos, entre muchos otros motivos.
El problema central encuentra, como otra de sus causas principales, el hecho de que los docentes aún están escasamente preparados para desarrollar con sus alumnos lectura veloz y comprensiva, así como una escritura correcta.
Es triste y poco alentador llegar al aula y ver en el pizarrón escritos mal hechos o con faltas de ortografía, que los mismos docentes escriben de manera incorrecta para sus notas de tarea y para los apuntes de los estudiantes.
Por el lado de los padres de familia, poco promueven la práctica de la lectura de sus hijos porque no saben cómo hacerlo, no están suficientemente motivados y, principalmente, andan preocupados por atender las exigencias y limitaciones de sus fuentes de ingresos. La escasez de material de lectura en el centro y en los hogares es causal también del problema central explicado. La biblioteca es un espacio que se ha dejado de visitar poco a poco.
Los padres de familia de nuestro centro educativo provienen de las comunidades más pobres de la región y del estado, como son Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala, Puebla, entre otros, en busca de un mejor futuro laboral, económico y educativo, siendo la realidad distinta a la anhelada, recurriendo a trabajos eventuales, comercio ambulatorio, subempleo o actos delincuenciales.
Esto ocasiona que nuestros alumnos vivan en condiciones de hacinamiento, con un bajo sustento económico, donde sus padres —a consecuencia de esto— descuidan la educación de sus hijos al no comprarles el material necesario para un buen aprendizaje.
A pesar de la situación descrita, el conjunto de las familias ve en la escuela, es decir, ve en la educación de sus hijos, grandes oportunidades para que ellos se superen económica y socialmente y puedan progresar en la vida. Tienen cifradas en la escuela la esperanza de que ella les proporcione a sus hijos ese camino para salir adelante.
Por el lado de los docentes, existe la perentoria necesidad de que sus alumnos tengan desarrolladas capacidades básicas suficientes para ellos poder avanzar en mejores condiciones su práctica educativa en el aula y en la comunidad.
De aquí, entonces, que el proyecto de Antorcha Magisterial, a través del Proyecto del Mejoramiento de la Calidad de la Educación (MECE), se justifica en la medida que brindará respuestas a las aspiraciones y necesidades planteadas por los diversos actores del centro; permitirá contribuir en la generación de condiciones necesarias para el cambio y el mejoramiento de la educación.
El MECE busca elevar la calidad de los servicios educativos y se basa en la participación activa de todos los agentes educativos, incluyendo directivos, docentes, alumnos y familias. El proyecto considera el enfoque de derechos como fundamental para una educación de calidad, no solo garantizando el acceso a la escuela, sino también el desarrollo pleno y el aprendizaje continuo a lo largo de la vida.
Finalmente, resalto que la concepción constructivista del aprendizaje escolar se sustenta en la idea de que la finalidad de la educación que se imparte en las instalaciones educativas es promover los procesos de crecimiento personal y social del alumno en el marco de la cultura de grupo al que pertenece.
Estos aprendizajes no se producirían de manera satisfactoria a no ser que se suministre una ayuda específica a través de la participación del alumno en actividades intencionales, planificadas y sistemáticas como el MECE, que logren propiciar en este una actividad mental constructiva. Pero esta concepción será explicada en otro momento para su análisis.
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