El pasado 8 de septiembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) envió al Congreso, el presupuesto para el 2024, el cual contiene el proyecto de presupuesto público y ley fiscal, en el cual el gobierno de México aumentó el gasto neto total a 9 billones de pesos, lo que representa un crecimiento real de 7 por ciento en comparación al del 2023. Sin embargo, la deuda pública de México se continúa incrementando durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Dicho presupuesto deberá ser aprobado por la Cámara de Diputados, a más tardar el 15 de noviembre.
Para el 2024, el gobierno morenista, proyectó que la deuda pública represente un 48.8 por ciento del Producto Interno Bruto, un aumento del 5.2 por ciento del PIB con relación a lo observado en 2018, previo a la gestión de López Obrador.
El presupuesto privilegia los “programas de ayuda monetaria” y los apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex), a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a las obras prioritarias del gobierno federal, como son la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya. Se reducen recursos a la Secretaría de Salud, casi por la mitad, mientras que, el incremento a Educación, Seguridad y Protección Ciudadana es de apenas uno por ciento y para la inversión física se presupuesta una reducción del 23 por ciento, lo que significa que se volverán a dejar de atender problemas de suma importancia como son la salud y educación y se dejará de realizar obras de infraestructura en todo el territorio nacional.
De nueva cuenta, el presupuesto de egresos para 2024, no contempla ningún proyecto de obra prioritario para el estado de Guanajuato. A pesar de que, se destinarán 39 mil millones de pesos a proyectos hidráulicos en el país, no se le asignará un solo peso al proyecto “Agua sí”, después de que era un compromiso por parte del gobierno federal y de más de un año de reuniones con autoridades de la Secretaría de Gobernación y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
No se debe perder de vista que, dicho proyecto, surge debido a la cancelación del proyecto de la presa El Zapotillo, en Jalisco y la negación del agua correspondiente a la que tenía acceso el municipio de León, con lo cual se pretendía resolver el problema con el vital líquido en la entidad.
De nueva cuenta, el presupuesto de egresos para 2024, no contempla ningún proyecto de obra prioritario para el estado de Guanajuato. A pesar de que, se destinarán 39 mil millones de pesos a proyectos hidráulicos en el país, no se le asignará un solo peso al proyecto “Agua sí”
Mientras tanto, las pocas lluvias que se han registrado en buena parte de Guanajuato y la baja captación de agua en la presa El Papalote, que no ha llegado al 40 por ciento de su capacidad, obligan al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL), a realizar tandeos en la distribución de agua potable para las 97 colonias de la ciudad, que, hasta hoy, tienen el servicio cada tercer día. De acuerdo con las autoridades municipales, el tandeo, que se realiza en buena parte de las colonias, se extenderá hasta el año próximo, como consecuencia de las pocas lluvias que ha habido en esta temporada, lo que obliga a los ciudadanos a optimizar y a no desperdiciar el vital líquido.
Pero el problema no solo se presenta en León. La falta de lluvias ha generado que prácticamente los 46 municipios de Guanajuato enfrenten algún grado de sequía y 39 de ellos están en condiciones de sequía extrema. Según el histórico del Monitor de sequía, desde el 2011 el estado no presentaba estos niveles de sequía, en donde en aquella ocasión fueron 34 municipios que presentaron sequía extrema y 11 sequía severa y 1 sequía moderada.
Y aunque el gobierno del estado ha informado que se trabaja en un plan alterno, donde no se requiera de inversión de recursos económicos por parte del gobierno federal, la autorización del proyecto volverá a depender de la Conagua, con lo cual, la realización de la obra, no se realizará en un corto plazo.
Una vez más, la solución a los problemas que afectan gravemente, en este caso, a millones de guanajuatenses, vuelven a quedar relegados a segundo plano, como consecuencia, de la lucha política que hay entre Morena y el PAN, en su persistencia por adueñarse del poder estatal y de la nación.
Los mexicanos debemos aprender que, una lucha verdadera por acabar con la pobreza en la que vivimos millones solo será posible, cuando sea el pueblo educado y organizado quien tome en sus manos las riendas de este país y se trabaje por construir una sociedad más equitativa y justa para todos.
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