El Movimiento Antorchista Nacional, desde su nacimiento en 1974 en el municipio de Tecomatlán, Puebla, ha promovido la cultura, el arte y el deporte, pues estas herramientas ayudan a la transformación del hombre, concientizándolo, educándolo y haciéndolo más sensible a los problemas que ocurren en nuestra sociedad.
Asimismo, la organización siempre ha promovido la cultura en la gente más desprotegida del país, pues en los tiempos actuales sólo disfrutan de ella quienes pueden pagarla porque, desgraciadamente, también se ha convertido en una mercancía que está al alcance de quienes pueden pagar un boleto para entrar a algún recinto importante y disfrutar de un banquete cultural o una buena obra de teatro.
México es considerado uno de los países con mayor diversidad cultural en el mundo. Según la Unesco, nuestro país ocupa el sexto lugar a nivel mundial con más sitios culturales dentro de la lista de patrimonios mundiales.
Además, se ha destacado por ser uno de los países donde han surgido grandes compositores, escritores, cantantes, bailarines, actores, directores de cine, pintores, músicos, arquitectos, entre muchos otros artistas destacados.
Sin embargo, a pesar de tener mucho talento, a este no se le apoya, no se le promueve por parte de las autoridades gubernamentales, viéndose una amenaza a la diversidad artística y cultural mexicana.
Por ello, uno de los propósitos del Movimiento Antorchista es devolver la cultura al pueblo, que es a donde pertenece y que, desde hace varios siglos, le fue arrebatada. Por ello se fomenta entre los grupos antorchistas la práctica de actividades culturales, y al promoverla, el pueblo se hace partícipe. Una vez que el pueblo se hace artista, procura retornar a las comunidades, a los pueblos, a las colonias para que comparta las enseñanzas de arte y cultura que adquirió.
Muestra de esta labor son los Grupos Culturales Nacionales del Movimiento Antorchista que tienen un gran valor que es el seguir transmitiendo la cultura mexicana en las zonas más apartadas y marginadas del país y que son conformados por hijos de campesinos, colonos y obreros como es el caso de Juan Pablo Noh Loria, oriundo de Quintana Roo y que hoy es parte de estos grupos y estudiante de la carrera de Expresión Artística en la escuela Instituto Macuil Xóchitl en la ciudad de Puebla, que nos platicó en entrevista de cómo fue su gusto por el arte y cómo es que llegó hasta el centro del país para estudiar en esta institución tan prestigiada.
¿Cómo conociste por primera vez al Movimiento Antorchista y por qué decidiste estudiar danza en la Macuil Xóchitl?
Conocí al Movimiento Antorchista por mi mamá. Ella es activista; se llama Lilia Loria Tun. Fue hace aproximadamente diez años; en ese entonces nosotros vivíamos en una colonia marginada llamada "El Fortín", ubicada en la periferia de la ciudad de Cancún, pero desafortunadamente fuimos desalojados por un montón de policías fuertemente armados, a quienes no les importó que en muchas de esas casas hubiera ancianos, niños y hasta enfermos; se valieron por sí mismos para corrernos, porque traían órdenes del Gobierno para desalojar y despojarnos de la pequeña choza que con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio realizaron mis padres; tuvimos que empezar de cero.
Recuerdo que luego del desalojo, a la semana siguiente, las familias afectadas, entre ellas la nuestra, solicitamos apoyo a la organización. Días después se realizó un plantón frente al palacio municipal de Benito Juárez; ahí permanecimos aproximadamente dos meses, pero fuimos reubicados en otro lugar, con el compromiso de las autoridades de que más adelante estaríamos en un lugar seguro y sin problemas.
Así fue como conocí a Antorcha. Recuerdo que cuando tenía doce años y mi hermano Leo catorce, fuimos integrados a la Casa de Estudiantes “Felipe Carrillo Puerto”, en la ciudad de Chetumal. Ahí, en el albergue, todos los días veía cómo los moradores ensayaban danza folclórica, que en ese tiempo impartía el maestro Blas, y él mismo me invitó a participar y ensayar durante unas semanas porque él regresaba a su lugar de origen, la ciudad de Tijuana.
En ese lapso, aprendí a zapatear muy rápido; la verdad ahí descubrí cuál era mi verdadera pasión dentro de la organización, porque a pesar de los regaños y la exigencia de mis maestros, descubrí que yo era bueno para realizar esas actividades y sacar cuadros de baile.
Una vez que empecé a bailar e ir a las presentaciones, me di cuenta de que eran eventos a los que asistía gente humilde, gente trabajadora, gente que tal vez iba a ser la primera y la última vez que podían ver un evento cultural. A partir de ahí, le agarré cariño a una de las más bellas expresiones del arte, la danza.
Más tarde, la maestra Cutzi, en ese entonces ella era la encargada de la Comisión Cultural en Quintana Roo, me ayudó en mi formación como bailarín. Todavía recuerdo sus palabras: ella me dijo que yo podía ser buen profesionista en esta área, y que además podía seguir junto a la organización, que es lo más importante. Ella es egresada también del Instituto Macuil Xóchitl.
Esa escuela de artes la conocí cuando todavía tenía catorce años; la maestra me llevó a unos cursos que el instituto realiza cada verano. Y después, al finalizar los cursos, supe que esa carrera era mi vocación. Entonces, cuando culminé la preparatoria, me alisté porque por fin pude estudiar lo que me gusta y en el Instituto Macuil Xóchitl.
Noh Loria, a través de su danza y su gusto por promoverla de la mano del antorchismo y los Grupos Culturales Nacionales, pudo hacerlo en los estados del noreste de país.
¿Cómo ha sido tu experiencia como bailarín en los Grupos Nacionales de la organización?
Mi experiencia en los “Nacionales” sin duda ha sido muy buena, pues las actividades que realizamos día a día hacen que yo quede más satisfecho en la decisión que tomé al llegar aquí.
Cada uno de los que integramos los “Nacionales”, tenemos la tarea de difundir y esparcir como semillas, el arte en cada rincón del país, tarea que nos apasiona y desde luego sí hacemos, y que sin duda alguna nosotros disfrutamos hacerlo porque, además, el pueblo trabajador agradece nuestro esfuerzo y nosotros a ellos por vernos actuar en los escenarios.
Es satisfactorio ver que muchos de mis compañeros tenemos el mismo objetivo que la organización nos inculcó; eso me alegra y confío en que en un futuro no muy lejano regresemos a nuestro lugar de origen a educar a las juventudes, a través del arte y cultura.
La lógica elemental dice que lo que sale de la matriz, debe volver a su lugar de origen y ese es precisamente nuestro objetivo, regresar a su lugar de origen el arte, al pueblo trabajador.
¿Por qué consideras desarrollar tus cualidades artísticas dentro de las filas de Antorcha?
Es bueno desarrollar mis cualidades dentro de Antorcha, pues gracias a la organización, que ha ofrecido muchas oportunidades a las juventudes a través de la danza, es posible convencer al pueblo, asimismo, puedo invitar a más jóvenes a sumarse a nuestras filas.
Y también puedo utilizar esta bella expresión artística a nuestro favor para ser más sensibles a nuestra realidad y mostrarla a la gente que no tiene las posibilidades de salir de este sistema explotador.
Es bueno desarrollar mis cualidades dentro de las filas porque en un futuro, cuando sea dirigente de algún frente político, podré hacerlo de manera más responsable e inteligente.
En verdad, estoy convencido de que, a través de las bellas artes, al realizarlas en el escenario, no sólo se rescata la herencia de arte y cultura de México, sino que continúa llamando a la juventud y al pueblo a comprometerse con su país y a avanzar hacia el futuro. Llama no sólo acabar con los males temporales, sino con la pobreza y la injusticia social que son el enemigo número uno del país.
Debe ser gratificante estar en el escenario frente al público y sobre todo ver la felicidad y entusiasmo de la gente al verlos bailar.
En efecto, es muy satisfactorio ver que en las presentaciones en las que participamos o en donde nos invitan los estatales, la gente queda muy satisfecha y contenta al hacer lo que nos gusta y apasiona, bailar. He aquí donde cotejamos nuestro esfuerzo; el público es el mejor juez calificador porque nos indica la medida, qué tanto trabajo se realizó, si valieron las horas de ensayo, cansancio, sacrificio, tiempo, dedicación y, sobre todo, el empeño dedicado, en síntesis, es así como nos damos cuenta de si estamos avanzado o no, lo cual agradecemos e intentamos siempre dar lo mejor en el escenario.
Soy honesto, hablo por mí y mis compañeros, cuando digo y lo afirmo que sí le ponemos mucho esfuerzo y sacrificio a los ensayos, siempre pensando en ofrecerle al público un evento de calidad, no solamente a los que tienen la posibilidad económica sino al pueblo humilde y trabajadora, que es la inmensa mayoría, con las artes escénicas nosotros disfrutamos de lo que hacemos, bailar para el pueblo, ofreciéndole lo mejor y lo bello de nuestro país, nuestras raíces.
Todo esto, reflejado en el escenario, en los eventos culturales que Antorcha realiza, que no es más que para el pueblo.
En un par de años serás un bailarín profesionista, ¿te visualizas a futuro como maestro y educador en el Movimiento Antorchista?
La organización me educó, la organización ha hecho mucho por mí, tanto en mi preparación académica, social y política; estoy consciente y convencido de que el trabajo que yo desempeñe a futuro será con el único fin y objetivo de contribuir a través del arte en la educación y politización de las juventudes y la clase trabajadora, pues como una vez me dijo mi mamá: "vuela lo más alto que puedas, no pares, descubre, aprende y luego enseña, pero no olvides tu nido". Entonces así es como me visualizo a futuro y también estoy muy agradecido por todo lo que me han inculcado en la organización.
¿Algún mensaje que nos quieras dar?
No me queda nada más que decir que sumemos más gente a nuestra querida organización, la verdadera y auténtica que lucha por los pobres de México.
Organicémonos como militantes antorchistas, no nos rindamos a pesar de las circunstancias en las que vivimos, y como dijo una vez el Che Guevara en la carta de despedida para sus hijos: "Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
La invitación está clara, luchar para derrocar a este sistema de explotación y acabar con la pobreza, es nuestra tarea fundamental ¡Luchemos juntos hasta el final! Agradezco mucho la entrevista, hasta pronto.
Hoy Noh Loria, a través de su danza y su gusto por promoverla de la mano del antorchismo y los Grupos Culturales Nacionales, pudo hacerlo en los estados del noreste de país, con una Gala Cultural que con júbilo fue recibida en Baja California, Sonora y Sinaloa, regresando un poco de lo aprendido al pueblo humilde de ese otro extremo del país.
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