En una de sus giras por nuestro estado en el año 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su discurso dijo que México debe apostar a la autosuficiencia alimentaria; es decir, debe lograrse la capacidad de producir lo que se consume a nivel nacional y no depender de las importaciones de granos básicos.
En su conformismo mencionó: “afortunadamente, por lo que hacen los productores mexicanos, pequeños, medianos y grandes, somos autosuficientes en muchos alimentos y se ha ido mejorando cada vez más la actividad productiva en el campo para no ser deficitarios y tener los alimentos que se necesitan. Falta todavía lograr la autosuficiencia, pero se va avanzando”.
Sin embargo, la realidad que es más terca que una mula, demuestra que cayó la producción nacional de granos como maíz, trigo, sorgo y frijol propiciando que México registre récords en importaciones de estos productos. Según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) de enero a mayo de este 2021 hemos importado 16.7 millones de toneladas de granos básicos, que de acuerdo con las cifras representa un incremento histórico del 13.6 por ciento en las importaciones de granos y oleaginosas respecto al mismo periodo de 2020.
El crecimiento de la compra de sorgo, trigo y frijol al exterior se debe, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), debido a las sequías de moderadas a intensas en tres cuartas partes del territorio nacional, lo que impactó en baja de la producción.
Sin embargo, resulta que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que a mediados de junio del 2021 el nivel promedio de las 210 principales presas en el país era de 44 por ciento de su capacidad total, o sea que agua sí había, y ¿Cómo se explica entonces que “la sequía ha provocado la caída de la producción de granos? Aquí hay “ganso” encerrado.
Para el caso de Zacatecas, quiérase o no aceptar, está impactando la reducción del 40 por ciento a los recursos de los programas del campo que había antes de la transformación. Pero bueno, al parecer este año no habrá sequía, con el buen temporal las condiciones están dadas para que el campesino revierta la situación de ciclos agrícolas anteriores, esto a condición de que el delegado de la Sader, José María Llamas Caballero se ponga a trabajar y realice las gestiones necesarias para que se dispersen los recursos del programa “Producción para el bienestar” y los agricultores tengan los insumos necesarios para elevar la producción.
Al día de hoy sigue siendo necesario que la dependencia federalizada simplifique las reglas de operación que faciliten el trámite de los campesinos para acceder a dichos apoyos, porque en el campo urgen fertilizantes, semillas mejoradas, adquisición de maquinaria, equipos de riego, diésel, etc., para lograr cosechas aceptables de frijol y maíz.
De no ser así, la gran mayoría de los campesinos entrarán en las cuentas del Coneval donde se dice que para el 20 por ciento de los trabajadores más pobres su ingreso se desmoronó de 159 a 94 pesos en 2020. En resumidas cuentas, a pesar de las ayudas para el bienestar, la pobreza creció en nuestro país y la 4T resultó muy eficaz para hacer más pobres a los pobres.
Por eso considero que es tiempo de que el campesinado de los ejidos del municipio de Fresnillo, Valparaíso, Cañitas de Felipe Pescador, Saín Alto, Río Grande, entre otros, se vean beneficiarios en los hechos y no en discursos como hasta la fecha ha ocurrido.
En el campo zacatecano se lamenta la desaparición del seguro catastrófico o los programas de empleo temporal que se destinaban a la reparación de caminos, con ellos los pobladores recibían un ingreso que era de gran apoyo en estos tiempos en que todo se encarece a costa de los miserables frutos que obtienen.
Está claro que del discurso presidencial a los hechos estamos muy lejos de lograr un campo competitivo, pero con los programas oficiales sí podemos asegurar granos para el autoconsumo familiar de la población vulnerable, por esto al pueblo solo le queda unirse y ser partícipe de su propia transformación.
En los próximos días pequeñas comisiones de campesinos acudirán a la delegación de la Sader a exigirle al gobierno de la 4T que ya libere apoyos que urgen para labrar las parcelas, porque con sus propios medios los labriegos no alcanzarán a cosechar esperando obtener respuestas aceptables, de no ser así, la inconformidad irá en aumento y las protestan serán necesarias en las puertas de la delegación de Zacatecas.
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