“Los diamantes naturales se forman a partir de carbono puro, a una profundidad de alrededor de 160km debajo de la superficie de la tierra. El proceso de formación de diamantes ocurre durante millones (o incluso miles de millones) de años dentro de la roca fundida del manto de la tierra; donde se puede encontrar la cantidad de presión correcta y el calor, para transformar el carbono en diamante. Luego, los diamantes son transportados a través de flujos de lava fundida a la superficie de la tierra, desde donde se extraen, para convertirse en las piedras preciosas que utilizamos para hacer joyas”, dice la página de internet “77 diamantes”. Hoy se sabe que se pueden replicar condiciones como las antes descritas y existen diamantes sintéticos, resultado de procesos creados por el hombre.
Ahora bien, ¿cómo están las reservas de diamantes naturales en el mundo? En la página de internet llamada “Statista”, para el 2022, en millones de quilates, resulta que el país que más reservas tiene es Rusia con 600; le sigue el país surafricano Botsuana con 300; enseguida la República Democrática del Congo con 150; Sudáfrica con 120; Australia con 11 y el resto del mundo con 120. Como se ve, del total de reservas naturales de diamantes en el mundo, destaca el hecho de que Rusia tenga el 46% de ellas, pues definitivamente despierta, en el mundo que pretende ser unipolar, enojos y envidias derivadas de quien razona pensando en el interés de lucro y no en la humanidad.
El portal “Russia Beyond the Heads” señala que “la búsqueda centralizada de minas de diamantes en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) no empezó hasta pocos años antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando estas piedras empezaron a ser utilizadas como materia prima en la industria militar. A finales de los años 30, en los Urales centrales se descubrieron pequeños campos de diamantes, pero la cantidad extraía satisfacía menos de un 5% de las necesidades totales y la URSS se vio obligada a adquirir piedras sudafricanas, que pasaban, según el contrato, por Estados Unidos y el Reino Unido”.
Más tarde, hubo exitosos descubrimientos hechos por geólogos y geólogas soviéticas. Por ejemplo, desde el año de 1955 se descubrió la mina de diamantes Mir en Rusia, misma que se explotó hasta el año 2001 en que cerró y fue la segunda cavidad más grande del mundo. Con ello, Rusia se hizo independiente de los diamantes del sur de África. Pero, iniciaron los conflictos revolucionarios, como el de Angola, que en su momento los cubanos apoyaron internacionalistamente como proceso de liberación del pueblo angolano. Como siempre, los intereses de los poderosos tienen tentáculos en todas partes y para debilitar los ingresos de las organizaciones revolucionarias, crearon el “Proceso Kimberley”, llamado así, porque Kimberlita es el nombre de la piedra que contiene el diamante, pero este proceso tiene que ver con el control o “certificación de origen” de los diamantes.
Así se explica que, “desde la puesta en marcha del Proceso de Kimberley, en el 2003, el comercio de diamantes entró en una nueva fase de supervisión a nivel internacional. La razón que motivó tal iniciativa fue la recurrente inestabilidad política que marcó a países como Sierra Leona y Angola, donde grupos armados utilizaban la explotación de este mineral como vía de financiamiento para socavar la estabilidad sociopolítica tras la búsqueda de acceder al poder por la vía de la fuerza”, dice Nelson García Pernía, en su trabajo: “El Proceso de Kimberley: una contribución a la resolución de los conflictos en África”; diré yo, el Proceso Kimberley fue un paso más para frenar el desarrollo de los movimientos revolucionarios que quieren el progreso y van en contra del statu quo.
“La cláusula de garantías del Proceso Kimberley es el sistema que garantiza al consumidor que los diamantes que adquiere en su joyería no proceden de países o zonas de conflicto bélico, los llamados “diamantes de sangre”. A este propósito, el sistema de garantías del Proceso Kimberley establecido por la ONU determina que los fabricantes, mayoristas, minoristas, joyeros y particulares deberán exigir a su proveedor, la cláusula de garantías en su factura. Por tanto, esta garantía debe ser solicitada por el particular al minorista; y éste, a su vez, al mayorista o fabricante, y así sucesivamente hasta el productor de diamantes, estableciendo así una cadena de garantías del productor al consumidor final”, así lo dice la página del Instituto Gemológico Español (IGE).
Así dicho, suena hasta bonito; sin embargo, cuando los “libertadores” son los norteamericanos, como falsamente sucedió en Irak, en Afganistán, pues no liberaron a los pueblos, los sometieron más, ahí no hay Proceso Kimberley que valga. O si se trata de darle armas a Ucrania, tampoco hay Proceso Kimberley que valga. Y ahora, sorprende que quieran los aliados de Estados Unidos hacer un nuevo Proceso Kimberly dirigido en contra de Rusia. ¿Por qué? Porque las más de 7 mil sanciones que les han impuesto no les han valido de nada, pues Rusia se ha fortalecido con esas sanciones, pues las han visto como una oportunidad. Pero es cierto que quieren ahora sancionar a los diamantes rusos, para que, en las obras artísticas de Tiffany, Co., y otras grandes compañías de diamantes, no se usaran diamantes rusos, porque, según ellos, los ingresos se podrían usar para “fomentar la guerra”.
¿Perdón? ¿Cuál guerra? ¿Y qué dice el concierto de naciones a lo que ahora está haciendo Israel? ¿No merece medidas más enérgicas que seguir la ruta del origen de los diamantes? Si, pero como los dobles raceros los utiliza Estados Unidos a satisfacción, ahí no hay nada que perseguir, nada que sancionar, nada que decir. En cambio, cuando se trata de Rusia, todo el peso del ataque mediático y todas las sanciones.
Pues bien, pese a que los norteamericanos y los de la Unión Europea se dicen seguidores del libre mercado y de la democracia, resulta que cuando sus intereses se ven afectados son acérrimos violadores de esos principios del mercado y, por eso, tratan ahora de crear un nuevo “Proceso Kimberley”: “Estamos muy cerca de un sistema que los excluirá completamente de los mercados minoristas", ha apuntado el belga Alexander de Croo. En los 11 paquetes de sanciones impuestas por la Unión Europea al Kremlin desde febrero de 2022, los diamantes se han librado por ahora de cualquier medida restrictiva, a pesar de las reiteradas peticiones de Kiev y de los Estados miembros del Este”.
Nuevamente se lanzan contra Rusia, ahora hasta el absurdo de querer colapsar el mercado de diamantes, rompiendo con ello el libre mercado; al rato van a prohibir respirar aire que provenga de Rusia. Así de ridículo. El sistema capitalista muestra, con estas actitudes, más que signos de vitalidad, signos de debilidad. Debemos los pueblos unirnos y frenar la intentona unipolar que Estados Unidos con sus aliados europeos pretenden imponernos, y construir un mundo multipolar. Por ello, hay que levantar la voz en contra de estos absurdos y lo haremos en todos los foros en que nos sea posible. Defender hoy al pueblo ruso es defender a la humanidad entera, no lo dudemos.
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