"En México, existe hoy un aproximado de 100 millones de personas que padecen algún grado de pobreza, o sea 8 de cada 10 mexicanos", afirmó Araceli Damián, presidenta del Consejo de Evaluación de la Ciudad de México. La también investigadora del Colegio de México, dijo que la pobreza en el país está muy subestimada por los datos oficiales. Sus cálculos se basan en un método integral de medición de la pobreza creado junto con el investigador mexicano Julio Boltvinik Kalinka, que es una autoridad mundial en medición de la pobreza y asesor de la Organización de las Naciones Unidad (ONU).
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador está por concluir, generó grandes expectativas, sobre todo para reducir sustancialmente la pobreza; sin embargo, a poco de cumplir cinco años de transformación, se ha caminado en sentido contrario, la pobreza va en aumento, tres cuartas partes de la población padece algún grado de pobreza.
El gobierno morenista apostó todo a las grandes obras, como una refinería, un aeropuerto y el Tren Maya, así como a los programas sociales, pero no se atrevió a plantear una reforma fiscal para obligar a los oligarcas mexicanos a pagar más impuestos y mejorar sustancialmente los salarios, dos acciones que solo un gobierno comprometido con los más desprotegidos podrá realizar.
El académico especialista en pobreza, Julio Boltvinik, aseguró que los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), no reflejan el tamaño de la pobreza. Además de que el Gobierno federal no quiere reconocer el problema ni los errores.
"Andrés Manuel se quedó a la mitad de camino. ¿Cuál es la discusión en el mundo de los que estudiamos las políticas sociales en cuanto al combate a la pobreza? la focalización y la universalización. Esa es la gran polémica en el mundo. En países con gran desarrollo del estado del bienestar, en donde Dinamarca se ha convertido en el más importante, Suecia, Noruega, todos los programas son universales, no son focalizados. ¿Y qué logran con eso? Eliminar la pobreza", expuso Julio Boltvinik.
El planteamiento está claro, primero reconocer el tamaño del reto y después entender que se requiere un presupuesto enorme para combatir de manera efectiva todos los rezagos sociales, de salud, educación, vivienda, infraestructura básica, y que el único camino es una reforma fiscal, que el gobierno se niega a implementar, ¿primero los pobres o primero los ricos?, ese es el dilema que se viene poniendo en claro, López Obrador está por los segundos.
Continúa Boltvinik: "La focalización no funciona, se cometen muchos errores. Tiende a poner etiquetas, usted es pobre y usted no y hasta rompe el tejido social. La salida correcta es la universalización y eso cuesta mucho dinero, pero es el único camino para acabar con la pobreza. Obvio que hay que hacer las otras cosas: el crecimiento económico, empleos, pero eso tiene un futuro opaco por la automatización mundial (...) Eso requiere una Reforma Fiscal a fondo y eso es una de las cosas que se niega a hacer López Obrador (...) un país pobre requiere más gasto público y el gasto público hay que financiarlo con impuestos".
En el caso de los programas de la Cuarta Transformación, la pensión para adultos mayores, lo positivo es su universalización, pero están más desamparadas las familias con niños pequeños, sobre el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro no se dirige a los más pobres, ya que los jóvenes que no estudian ni trabajan son, con frecuencia de clase media y a veces media alta. Es una sustitución del sueldo que está siendo pagado con impuestos. Es un subsidio a las empresas con trabajadores gratuitos.
Por último, el programa Sembrando Vida es similar a aquellos programas de mano de obra temporal de la administración pasada, que pagaba a la gente para rehabilitación de caminos rurales, "eso no es transferencia social, ese es un pago por trabajo. No está llegando a los pobres".
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