MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Primero de mayo, sin nada que festejar, mucho que conmemorar

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Un festejo es un acto donde se presumen los éxitos, los logros alcanzados o, simplemente, se dan a conocer la construcción de obras realizadas en un periodo determinado de tiempo. Sin embargo, este primero de mayo de 2024, los obreros sólo harán presencia en los desfiles oficiales a los que, seguramente, convocaron sus líderes gremiales, sin nada que celebrar, pero sí, mucho que conmemorar.

Hoy, la fecha es conocida internacionalmente como el Día del Trabajo, siempre como un acto de pleitesía al gobierno en turno, procurando siempre ocultar a los obreros el verdadero origen de la emblemática fecha.

El 1° de mayo de 1886 la American Federation of Labor (AFL) en Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU.), convocó a huelga, al llamado acuden 40 mil obreros, sobre todo del norte americano, en la ciudad de Chicago. Al tercer día de huelga, mientras una comisión dialoga con el patrón, la policía arremete contra unos siete mil manifestantes, seis obreros caen a las puertas de la fábrica McCormick. Al día siguiente se concentran 15 mil obreros, una protesta pacífica se convirtió en una masacre obrera en la Plaza Haymarket. La cifra de muertos nunca se supo con exactitud, como en Cananea y Río Blanco, una minera y la otra textilera; las cifras son muchas más de las que oficialmente se reconocen.

En contra de los obreros norteamericanos el gobierno EE. UU. inició “los juicios de Chicago”: August Spies, Albert Persons, Adolph Fischer, George Engel, Louis Lingg, Michael Schawb, Samuel Dielden y Oscar Neebe, este último fue condenado a quince años de prisión; los cuatro primeros fueron fusilados, Lingg no soportó el encarcelamiento y se suicidó, a los tres restantes les conmutaron su pena capital por cadena perpetua, poco después del juicio final se demostró su inocencia, pero los obreros fusilados, muertos estaban.

El 11 de noviembre de 1887 se consumó el crimen legal. Engel, Spies, Parsons y Fischer fueron ahorcados. El diario argentino La Nación, del 1º. de enero de 1888, publicó el elocuente relato escrito por José Martí: “Les leen la sentencia a cada uno en su celda; les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero; les echan por sobre la cabeza, como la túnica de los catecúmenos cristianos, una mortaja blanca; abajo, la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso, ¡como en un teatro!”, fragmento del relato martiano, que acompañó con el poema que “resonó en la celda de Engel, que, arrebatado por el éxtasis, recitaba "Los tejedores de Silesia", de Heinrich Heine, como ofreciendo al cielo el espíritu, con los dos brazos en alto” (La Historia del 1º de mayo, Fundación Francisco Largo Caballero, de la revista Los Mineros, Diciembre 16, 2023)

 Siete horas con cincuenta y dos minutos, es lo que el obrero trabaja de gratis para sus patrones, esa es la fuente de los multimillonarios y no la corrupción, señor AMLO

Una jornada de lucha, ese fue el origen del 1º de mayo, en homenaje a los Mártires de Chicago, como justamente se llama a los cuatro ejecutados por el reclamo obrero de condiciones de trabajo más humanas. Fue la Segunda Internacional que instituyó el 1º de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores en 1889.

El Día del Trabajo, se llama a la fecha en la actualidad, no se convoca a huelga, tampoco a una tímida protesta por las condiciones de trabajo tan miserables en la que generan la riqueza mexicana, “los 26 millones 561 mil personas que laboraron en las diferentes unidades productivas” (INEGI, 25 de junio de 2020), de los cuales, 8 millones, 393 mil obreros y empleados laboran en empresas grandes (Ibíd.), el resto, 18 millones, trabaja en empresas medianas, pequeñas y micro, estás últimas en las peores condiciones de trabajo, sin prestaciones, sin seguro social, ni pago de tiempo extra, con jornadas de trabajo de 10 o más horas diarias, sin medidas de seguridad para desempeñar su trabajo.

El 1º de mayo es un día de fiesta, de descanso obligatorio, de desfiles coloridos, ni quien se acuerde de Spies, Persons, Fischer y Engel. Centrales obreras, sindicatos, organizaciones de trabajadores, desfilan echando loas al gobierno en funciones, se vuelcan al presidente en turno, igual que en los “gobiernos conservadores”, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), El Mesías de la 4T replica lo hecho por los gobiernos anteriores que tanto critica.

Es el gobierno de la autodenominada 4T, donde las reformas a la Ley Federal del Trabajo han sufrido cambios que están muy lejos de beneficiar a los obreros: se puso techo al reparto de utilidades, se ofrecen nuevos nichos de oportunidad a las outsorcing, se puso límite de un año al pago de los salarios caídos, se eliminaron las Juntas de Conciliación y Trabajo, sustituidas por verdaderas juntas inquisidoras integradas por funcionarios de nivel secretarial, que hacen más tortuoso una simple declaratoria de huelga, como ocurre en la textilera KDF, en Atlixco, donde el “juez”, mandó el emplazamiento al archivo “porque no coincidía el número de folio”, después de señalar el error, sólo atinó a decir, “ah, usted disculpe, pero no vuelve a ocurrir”; siguiente cita, “es que el domicilio no coincide”, nuevamente se le corrige el “error”, y así se la llevan. La Confederación Revolucionaria de los Trabajadores (CRT), representante de los trabajadores, hizo la denuncia oportuna de las “chicanas” de que son objeto, y ahí siguen.

Para Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, (Boletín 281, 2 de mayo de 2012), el tiempo en que un obrero desquita su salario, pasó de doce minutos a nueve minutos, de 2008 a 2012; para el Doctor en Economía por el Colegio de México, Brasil Acosta Peña, en estudio independiente “A los trabajadores de la cervecería modelo”, para 2018 el tiempo se ha reducido en ocho minutos. Siete horas con cincuenta y dos minutos, es lo que el obrero trabaja de gratis para sus patrones, esa es la fuente de los multimillonarios y no la corrupción, señor AMLO, mientras los que producen la riqueza se mal alimentan, viven en colonias sin servicios, viajan en transporte caros e inseguros.

Los peligros y las dificultades, que la misma ley considera, hacen complicado el trabajo de los verdaderos defensores de los trabajadores, como la CRT. Hoy la historia reclama el concurso de una nueva generación de líderes, dispuestos a defender y llevar por mejores rumbos la vida de los obreros mexicanos, del país mismo, por eso, vale la pena recordar el 1º de mayo, por eso vale recordar a los “Mártires de Chicago” y hacer honor, a quien honor merece.

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