El pasado mes de septiembre Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), como representante del Poder Ejecutivo Federal, presentó a la Cámara de Diputados el Paquete Económico 2024, el último de la actual administración federal. Dicho Paquete Económico se compone de tres elementos: los Criterios Generales de la Política Económica (CGPE), la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF). Los CGPE se refieren a las estrategias fiscales y objetivos que se plantea el gobierno para el siguiente año, considerando los riesgos y posibles escenarios. Por su parte, la ILIF establece los ingresos que espera recaudar la autoridad, así como las fuentes de esos recursos, que servirán para cubrir los gastos planteados para el próximo ejercicio fiscal. Finalmente, el PPEF presenta el desglose de asignación de recursos para el gasto público de todas las áreas del gobierno; además de considerar los subsidios y apoyos que se destinarán a los estados y municipios en el año 2024.
Pues bien, la SHCP considera que nuestra economía crecerá en 2024, entre 2.5% y 3.5%; tendrá una inflación promedio de 3.8%; la tasa de interés se estima en 10.3%; el tipo de cambio será de 17.1 pesos por dólar, aproximadamente; y finalmente, considera que el precio del petróleo rondará los 56.7 dólares por barril (12 dólares menos por barril respecto a 2023). Con esta previsión de comportamiento de la economía mexicana en 2024, la SHCP considera gastar un total de 9.07 billones de pesos (bdp), que representa una variación, en términos reales, de 4.2% con respecto a 2023, y de ese total habrá que señalar que 1.7 bdp, apróximadamente 19.2%, corresponden a financiamiento, es decir, deuda que adquirirá el gobierno federal, pues ante la caída que se ha tenido en los ingresos petroleros, así como los limitados niveles de recaudación, el ingreso apenas será de 7.3 bdp, por tanto, para ese déficit será necesario endeudarse. Es preciso remarcar que no es criticable que el gobierno se endeude, pues eso ocurre constantemente, tanto en el nivel micro como macroeconómico, pero que se endeude por seguir invirtiendo en una refinería como la de Dos Bocas que aún no produce y sigue saliendo cada vez más cara, o no aplicar una reforma fiscal que tanto urge donde paguen más a los que más ganan, eso sí es criticable.
Finalmente, el PPEF para 2024 plantea gastar 9.07 bdp en el Sector Público Presupuestario (SPP), de los cuales 6.49 bdp corresponden al Gasto Programable (GP), el cual soporta el funcionamiento de todas las instituciones del Gobierno Federal; y 2.58 bdp serán para el Gasto No Programable (GNP), que está destinado para cumplir las obligaciones y apoyos establecidos por la ley, como las participaciones a estados y municipios y el pago del servicio de la deuda; tanto el GP y el GNP sufrirán un aumento de 3.9% y 5%, respectivamente, en cuanto a lo gastado en el presente ejercicio fiscal.
Pues bien, es cierto que dichos conceptos y cifras no son un lenguaje común dentro de la población en general, lo cual trae como consecuencia no interersarse en cómo y en qué gasta el Gobierno el dinero que se le pone en sus manos. Es menester alertar a la población de ciertos aspectos que se traducirán, en 2024, en una afectación a su salud, a la insfraestructura, a la educación y demás aspectos que el mexicano día a día enfrenta, por ejemplo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en su investigación “PAQUETE ECONÓMICO 2024: FINANZAS PÚBLICAS AL CIERRE DEL SEXENIO”, señala que: “Las Participaciones (Ramo 28) y Aportaciones (Ramo 33), aquellos recursos transferidos del Gobierno Federal a las entidades federativas y municipios del país, ascienden a 2.2 billones de pesos, lo que implica un crecimiento de 0.3% con respecto al PEF 2023. El proyecto considera Aportaciones por un total de 986 mil millones de pesos y para Participaciones por 1 billón 268 mil millones de pesos”. Este dato es importante, pues con ese mínimo incremento los gobiernos no dispondrán de recursos suficientes para los servicios de limpia, alumbrado público, energía eléctrica, etc., que demanda la población, lo cual seguirá sumiendo en la marginación y pobreza a millones de mexicanos.
Otro aspecto de suma importancia para el 2024 será el gasto en Salud, pues: “[…] se promete un gasto federal en salud de 962 mmdp. Se trata de un aumento de 5.8% (53 mmdp) en comparación con lo aprobado para este año” (www.mexicoevalua.org, 26 de septiembre). A pesar de que el incremento se anunció como una cifra histórica, no debemos olvidar que los datos de pobreza multidimensional presentados recientemente por el CONEVAL dieron a conocer que en 2018, 16.2% de la poblcación tenía carencia por servicios de salud, en cambio, para 2022, 39.1% de los mexicanos, es decir, 50 millones de personas no podían atenderse correctamente.
Pues bien, aunque el PPEF 2024 tiene muchos más aspectos por analizar, con los datos mencionados podemos vislumbrar que el discurso de primero los pobres seguirá siendo eso, discurso solamente, pues no se destinan recursos suficientes para mejorar la calidad de vida de los mexicanos y tampoco se invertirá lo suficiente para atender la salud de la población, lo que se traducirá en nulo desarrollo y mayor inconformidad. Esto debiera preocuparnos a todos, ya que a cinco años de distancia no se ha consolidado un sistema de salud como el de Dinamarca que tanto se prometió, y tampoco se han transformado las comunidades con la inversión de obra pública directa que tanto se difundió, en cambio, se sigue derrochando recursos públicos en Programas de Transferencia Monetaria Directa, que no son malos, pero no resuelven el problema de raíz, la marginación y la pobreza.
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